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Antología publicada por la UNAM muestra la vitalidad del cuento, dice Alberto Chimal

Se inicia la Feria Internacional del Libro de Guadalajara

El tomo V de Sólo cuento será presentado en la jornada inicial de la FIL, adelanta el autor del prólogo

Los días 6 y 7 de diciembre se desarrollará el Encuentro Internacional de Cuentistas

Ahora ocurre que los sucesores de Edgar Allan Poe no saben cultivar el género, señala

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Alberto Chimal con un ejemplar de Sólo cuento VFoto José Antonio López
Enviada
Periódico La Jornada
Sábado 30 de noviembre de 2013, p. 2

Guadalajara, Jal., 29 de noviembre.

El cuento, como género, si no lo declaran muerto, sí en coma, y antologías como Sólo cuento V deja constancia de la permanencia del cuento en América Latina, señala el escritor Alberto Chimal.

Y el cuento permanece, tan es así que dentro de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, que se inicia este sábado, existe un espacio dedicado al relato, el Encuentro Internacional de Cuentistas que se realiza desde hace varios años con la presencia de representantes de ese género. Este año, se realizará los días 6 y 7 de diciembre.

Sólo cuento V, editado por la Dirección de Publicaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se presenta este sábado, con la titular de esa dependencia, la escritora Rosa Beltrán, y los autores Ignacio Padilla, quien realizó la selección, y Alberto Chimal, realizador del prólogo.

El cuento, dice Chimal, es uno de esos géneros o tipos de literatura que constantemente se ven como menospreciados porque en nuestra época globalizada tenemos todo el tiempo la vista fija en los modelos que vienen del mundo de habla inglesa, donde el cuento ya no funciona como antes.

Aunque Edgar Allan Poe fue el iniciador del cuento moderno, explica, “ahora resulta que sus sucesores no saben escribir cuentos, y hay quienes optan por hacerlos cada vez más extensos: un autor como Stephen King es capaz de etiquetar como cuento un libro de 200 páginas, porque no es suficientemente largo como para que lo publique como novela, lo cual es absurdo.

“Hay excepciones, pero muchos otros cuentistas ya le han perdido la pista a lo que hace especial al cuento moderno: esa concreción, esa contundencia, esa singularidad de la historia, mucho de lo que se publica allá, y de lo que se imita aquí, simplemente no tiene ese brillo, ese interés, esa singularidad. Son pequeñas estampas como muy grises, verosímiles, pero sin mucho interés, y creo que un libro como Sólo cuento hace a un lado estos malos ejemplos del presente y al contrario recoge, prolonga, lo mejor de la tradición del cuento en español que durante largo tiempo en el siglo XX pasó por América Latina, México, Argentina, Cuba, Colombia; esa es una tradición que en este momento me parece más viva que la tradición del cuento en otros lugares o por lo menos en inglés”.

Prejuicios

–Quizá nos gusta matar al cuento, porque no lo vemos a menudo en las mesas de novedades.

–Creo que eso es un reflejo condicionado de otra mala influencia: cuando en América Latina las grandes editoriales que habían sido importantes en los años 60 empezaron a colapsar a causa de las crisis económicas y las dictaduras de los 70, entraron con todo las editoriales españolas que se comieron a las casas editoras de otros tiempos y acabaron por imponer los criterios de allá.

Uno de los criterios que impusieron, dado que no había una gran tradición del cuento en España, que comienza a haberla pero no la había, lo que nos vino de importación fue la idea de que el cuento no vende y por eso no lo publican.

–Sin embargo editoriales como Páginas de Espuma demuestran lo contrario.

–Precisamente esa editorial ha demostrado que si se pone el cuento en venta las personas lo compran; es algo que todavía no nos acaba de entrar en la cabeza.

–Y entonces el cuento encuentra nuevos espacios, no sólo en Twitter o las redes sociales, sino en Internet en general.

–Es muy natural, porque la brevedad de los textos que se publican en Internet, que es obligado un poco por este ritmo vertiginoso con el cual se renueva la información de la red. El cuento favorece incluso la minificción, que es un género que está con muchísima fuerza, eso es muy alentador. Pero también ocurre un fenómeno paralelo: muchas personas que empiezan a interesarse en el cuento lo hacen a partir de lo que leen en una pantalla, no lo que leen en un libro. Eso puede ser inquietante para muchos, porque habla de una brecha generacional con el uso o con la confianza que se puede tener en las tecnologías digitales, pero es un fenómeno que está sucediendo.

–Tampoco es un género literario menor…

–Ese es un prejuicio. Lo que me llama la atención de todo eso, es que algo que sí está pasando con más frecuencia que antes es que no nada más la gente se acerca a escribir cuentos, sino que mucho del aprendizaje literario de muchas generaciones pasa por aprender los principios del cuento, no porque sean más fáciles sino porque diría que se prestan más para un primer acercamiento de enseñanza.

–Pero muchos lo ven como el escaloncito para llegar a la novela.

–Sí, eso ocurre. Pero no es cierto. Y muchos que hacen eso, utilizar el cuento nada más como un peldaño para subir a la novela se van dando cuenta de que esa idea no es cierta, y lo aprenden a la mala. Siempre en toda generación, en toda época, hay una buena cantidad de vocaciones literarias que se malogran, que se extinguen, pero creo que ahora una de las causas más frecuentes de que eso pase es porque se subestima al cuento, se cree que es fácil, se le aborda sin cuidado, sin aprenderlo o como peldaño y eso no funciona.

La violencia, tema central

–¿Cuáles son las características del cuento actual en México?

–En general hay de todo, una gran diversidad, pero la mayor parte de lo que se publica se caracteriza en que está centrado en la violencia, por obvias razones, porque es lo que vivimos y vemos cotidianamente en los medios. Está centrado en la vida urbana, como lo ha estado desde hace 60 años. Tiende cada más a lo muy breve, y eso es muy interesante, no me refiero a la minificción, sino a la estampa, la viñeta muy rápida.

“Otra cosa es que en muchos casos, creo que por esa influencia que no siempre es positiva de la literatura de Estados Unidos, a veces tiende más a lo que aquí se llamaba el relato, es decir a la descripción de estados, de situaciones en las que no pasa nada, en las que no hay cambio, que se trata de ver una instantánea del mundo, mientras en el cuento, en el sentido clásico, tiene que pasar algo.

–¿Cómo colocar al cuento en el lugar en qué debería estar?

–Dándonos cuenta, de una vez por todas, que puede atraer a gran cantidad de lectores. Está comenzando a ocurrir, autores de todo tipo igual en la prensa convencional impresa o Internet, están allegándose una cantidad de lectores que notarían que podrían tener hace 10 o 20 años. Algunos están aquí, otros por ahí flotando, pero creo que sí está sucediendo.

Sólo Cuento V se presenta este sábado, a las 19 horas, en el salón Alfredo R. Palencia, de la expo Guadalajara, mientras, en el Encuentro Internacional de Cuentistas, de la próxima semana, participan Alejandra Costamagna, Karmele Jaio, Edmundo Paz Soldán, Ana María Shua, Ignacio Padilla, Guadalupe Netel, Álvaro Uribe, Paul Viejo y Jualián Herbert.