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Difundirán seis videos con 26 de las coreografías de Guillermina Bravo, informa su hijo Lucio

Homenaje en Bellas Artes al faro de todos los bailarines en México

En Querétaro fue honrada por profesores y alumnos del colegio de danza que fundó

Integrantes del gremio dancístico encomian los aportes de la artista a la cultura nacional

Era una gran melómana; sus obras tenían que ver con la música que elegía, dice Ignacio Toscano

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Guillermina Bravo durante un ensayo con sus bailarinesFoto Maritza López
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Los restos de Guillermina Bravo fueron velados por sus alumnos en la sala Martha Graham, del Centro Nacional de Danza Contemporánea, en la capital de Querétaro, de donde fueron trasladados al DFFoto Demián Chávez
Reporteras y corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 8 de noviembre de 2013, p. 3

La bailarina y coreógrafa Guillermina Bravo, el faro de todas las generaciones de bailarines en México, fallecida la tarde del miércoles en Querétaro, recibirá hoy al mediodía un homenaje de cuerpo presente en el Palacio de Bellas Artes. Está por definirse si será en el vestíbulo o en el escenario del teatro principal del recinto, como correspondería a una de las grandes hacedoras de ese espacio de lo sagrado.

Estricta y seductora, así definieron ayer en Querétaro a la bailarina y coreógrafa varias generaciones de alumnos y profesores que tuvieron el privilegio de compartir las aulas con ella durante los 34 años que vivió en esa ciudad.

Este jueves fue despedida por maestros y estudiantes del Colegio Nacional de Danza Contemporánea (Cenadac) en las instalaciones de esa institución que fundó hace más de dos décadas.

El salón de ensayos y exhibiciones Martha Graham se convirtió en capilla ardiente, donde también se exhibieron algunos videos con la obra coreográfica de Bravo. Fueron sobre todo los jóvenes quienes rodearon el féretro y colocaron flores.

Al lugar también arribaron la directora del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, Laura Corvera y el director del Instituto de Cultura del municipio de Querétaro, José Antonio MacGregor Campuzano.

Siempre pendiente de la academia

Los colaboradores de Bravo resaltaron el hecho de que nunca se alejó de sus actividades, siempre pendiente de la academia para dar instrucciones a profesores y bailarines que fungían como sus ojos, dado que todos los días le tenían que dar una reseña de las acciones emprendidas en el Cenadac.

Fue una mujer que se se echó a la bolsa tanto a políticos, empresarios y alumnos para concretar metas y transmitir los conocimientosmediante la danza, dijeron.

Lucio Sánchez Bravo, hijo de la bailarina, informó que está lista una colección de seis videos con 26 coreografías que desarrolló Guillermina Bravo a lo largo de su trayectoria, la cual estiman presentar como parte de los festejos que ya organizaban por su cumpleaños 93 el 13 de noviembre.

Exhortó a las autoridades culturales a lanzar una convocatoria para recopilar más material audiovisual que tengan en su poder o en archivos las diferentes televisoras o instituciones para continuar con la difusión de su obra coreográfica, principalmente en las escuelas de danza contemporánea.

Lo anterior, explicó, porque es común que alumnos hablen sobre ella, o se le rinda mensaje pero sólo a través de las palabras y es necesario difundir su obra coreográfica a través de la imagen.

El secretario académico del Cenadac, Fernando Corzantes, afirmó que el legado de Guillermina Bravo se mantendrá a través de la enseñanza que imparten en esa institución que cuenta con bachillerato y una licenciatura.

Sobre todo, continuaremos su lucha para esta escuela que dejó sólida, obteniendo el recurso público federal y local para que se imparta la enseñanza de la danza a través de la técnica Graham que impulsó.

Por la tarde de ayer, los restos de la Coatlicue de la danza, como la llamaba el dramaturgo Emilio Carballido, fueron trasladados de Querétaro a la ciudad de México para ser velados en la agencia Gayosso de Sullivan, donde acudieron amigos e integrantes del gremio dancístico.

Bailarines, coreógrafos, investigadores y amigos consultados por La Jornada subrayaron que Guillermina Bravo está siempre presente en los escenarios de la danza mexicana, pues consolidó la técnica Graham que se enseña en casi todas las escuelas del país.

También expresaron preocupación por preservar el archivo del Ballet Nacional de México, que fundó en 1948, para que su memoria siga viva.

A continuación, las opiniones de quienes conocieron el trabajo de la decana de la danza.

Raquel Tibol, crítica de arte y autora del libro Pasos en la danza mexicana (1982): “Considero que no benefició a Ballet Nacional de México el traslado a Querétaro, porque esa ciudad no tenía un público para danza contemporánea. Las actividades culturales eran de un tipo conservador, tanto así que al principio les hacían un vacío y Guillermina Bravo tuvo que darle más tiempo a la escuela que a la creación artística. Ningún bailarín destacado ha salido de allí, que yo sepa.

La última serie coreográfica con alto valor estético que realizó fue cuando el Instituto Nacional de Bellas Artes, al celebrar los 70 años de creación de Rufino Tamayo, le encargó hacer un programa dentro de la estética del pintor oaxaqueño. Lo único que falló allí fue el telón de la danza más importante, al punto que cuando repitieron esta coreografía en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, Tamayo le pidió que no lo volviera a usar. Él fue personalmente con los bailarines a pintar el telón que se usó posteriormente. Habría que averiguar quién tiene ese tesoro. Fue la única vez que Tamayo formó un equipo con bailarines. Era una composición escueta, pero adecuado a la estética de la danza.

Ignacio Toscano, director de Instrumenta Oaxaca: “Todos los que quisimos y reconocimos a Guillermina Bravo le decíamos que era la bruja, la madre de la danza contemporánea. Por experiencia propia sé que era una gran maestra. Todas las generaciones de bailarines y coreógrafos en México pasaron por ella, pero no sólo ellos, en el estudio que tenía cuando dirigía el Ballet Nacional, personas importantísimas formaban parte de un consejo académico, entre ellos, Raquel Tibol, Jaime Labastida, Alberto Dallal, Emilio Carballido, Mario Lavista. Su estudio era un centro de confluencia de las artes y la inteligencia.

“En Guillermina no sólo destaca su capacidad en la danza, era un mujeres inteligente, dura y sensible, combativa. Sería muy importante que todas las instituciones le hiciéramos un homenaje.

“Con motivo de su cumpleaños 90, Intrumenta Oaxaca comisionó 12 obras a igual número de compositores, entre ellos Lavista, Ana Lara, Gabriela Ortiz, Federico Ibarra y Jorge Torres. Todas las piezas están grabadas y haremos lo posible para que se difundan. Era una gran melómana, sus obras tenían mucho que ver con la música que elegía, la cual no era gratuita.

También hay que hablar de su labor educativa, y es enorme su lista de coreografías, entre ellas las que hacía para el Festival Internacional Cervantino. Recuerdo que le comisionamos una obra para un festival en Sinaloa, Guillermina se fue a escuchar muchas tamboras y bandas para crearla. El gran reto ahora es difundir ese legado.

Claudia Lavista, bailarina y directora de Delfos Danza Contemporánea: “Guillermina fue una pionera fantástica de la danza. Era memoria colectiva, la sabia, la que había estado aquí todo el tiempo como un faro para las nuevas generaciones. Era una luz, una brújula. Cuando se fundó el Fonca ella hizo ver la importancia de las becas a los intérpretes y los creadores. Tenía una cultura infinita, fue una persona muy generosa con sus alumnos en general, defensora total de lo que significaba ser bailarín, consolidó la técnica Graham de formación por muchos años.

Es una pena su muerte, es como si muriera la gran abuela del pueblo. Me da tristeza que cuando fallecen grandes figuras, las autoridades organizan homenajes, festivales, premios. Me parece una falta de respeto que ese reconocimiento a la trayectoria no se realice en vida. Lo mismo pasó con Michel Descombey, que fue otro grande de la danza y murió deprimido porque le quitaron su espacio y el apoyo. Me preocupa como generación intermedia lo que sucede, esta incapacidad de los políticos de darse cuenta de la importancia que tienen estas personas.

Gladiola Orozco, directora del desaparecido Ballet Teatro del Espacio: “La muerte de Guillermina Bravo me deja hecha pedazos. Siempre la tuve cerca, la consentía y la cuidaba. Fue una mujer con una disciplina única en relación con la danza y trabajó mucho para establecer una compañía de renombre (Ballet Nacional de México), que para ella y para mí fue fundamental para expresar el arte que creemos es la danza.

“Fue una mujer de gran carácter y mucha disciplina para logar una compañía de calidad, creó obras maravillosas, como Los hechiceros, El paraíso de los ahogados, no puedo mencionar todas porque su producción es impresionante. Lo que me deja con su partida es su fuerza para ser leal a la danza como medio de comunicación y de reflexión para mantener un contacto permanente con la sociedad¨.

Federico Castro, bailarín, intérprete en el BNM de 1953 a 2000: Para mí, el encuentro con la vida fue al conocer la danza y esto ocurrió cuando vi por primera vez bailar al BNM, dirigido por Guillermina Bravo. Pensé que eso era lo que quería para toda mi vida. Había tanta sabiduría en ella, que siempre había qué aprender de su persona, sus experiencias, sus logros en el arte, su forma de transmitir, su relación entre todos nuestros compañeros. Ella fue punto clave para lograr un objetivo: salir adelante y construir una danza que tuviera características nacionales, pero con lenguaje universal. La considero mi hermana, mi amiga, mi madre, pero principalmente mi maestra, una sabia dentro del maravilloso lenguaje dancístico. Tuvo la fortuna de realizar metas que constantemente se proponía y así formar bailarines, coreógrafos y grandes artistas.

Margarita Tortajada, investigadora de danza: “La maestra Guillermina representa toda una generación de mexicanos, pero en especial de mujeres que trabajaron por la cultura nacional y precisamente en la danza para que obtuviera mayor reconocimiento.

“Tiene obras muy importantes, donde hace una síntesis de lo mexicano. Al mismo tiempo refleja la danza contemporánea en piezas como El juego de la pelota que se vale de signos nacionales y los relabora hacia otro sentido, más abstracto, más dancístico. Su legado es importante en muchos sentidos: es creadora de instituciones, de géneros dancísticos, de obras que nos encierran como mexicanos.

Marcó a toda la danza en la segunda mitad del siglo XX e inicios del XXI y está presente hoy día en los escenarios, aunque algunos jóvenes, claro, no lo saben, pero ella está en la técnica Graham, en la didáctica de la enseñanza de la danza. Su presencia se hace sentir en los cuerpos de los bailarines, en las tendencias artísticas.

Mantener viva su memoria

Rossana Filomarino, bailarina y coreógrafa: “Estoy muy conmovida por la muerte de Guillermina Bravo. Es una figura enorme no sólo de la danza mexicana, sino de la danza mundial. Lo que desearía en este momento es que las autoridades no se olviden de la importancia de Bravo en la danza, para que su memoria siga viva. Por ejemplo, todo el archivo del Ballet Nacional de México debería ser resguardado y organizado por alguien profesional, como memoria del país; ese sería el homenaje más grande que se le puede hacer.

Tuve el privilegio de gozar de ella, no sólo como maestra y coreógrafa, sino también de contar con su amistad y ser su confidente y compañera intelectual en el bien y en el mal. Guillermina es un ejemplo de perseverancia y de lucha, pero no por ella misma, sino por el arte y por el pueblo.

Colombia Moya, crítica de danza: Guillermina Bravo fue durante más de 60 años el corazón de la danza contemporánea mexicana. La saga del Ballet Nacional de México fundada por ella en los años 40 del siglo pasado, así como el Colegio Nacional de Danza Contemporánea en Querétaro, y su enorme obra coreográfica, son indudablemente durante el siglo XX parte fundamental del desarrollo histórico de la danza en México. Descanse en paz la maestra Guillermina Bravo.