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Ni fiesta hubo, lamentan al término del acto oficial

Participaron en la reconstrucción 170 albañiles, carpinteros y otros trabajadores
Enviada
Periódico La Jornada
Domingo 27 de octubre de 2013, p. 25

Juan R. Escudero, Tierra Colorada, Gro., 26 de octubre.

En jornadas de 12 horas, de día y de noche, y con salarios base de mil 100 pesos a la semana, unos 170 albañiles, carpinteros y otros trabajadores, en su mayoría provenientes de Chiapas, Veracruz, estado de México, Distrito Federal y sólo un puñado de los pueblos de este municipio o de su vecino Acapulco, lograron reconstruir en menos de un mes el octogenario puente Papagayo, ubicado en el último tramo de la carretera libre de México-Acapulco.

No partieron de cero porque el río Papagayo dejó en pie el esqueleto de arcos del puente, que fue construido desde 1928 y que sobrevivió al huracán Paulina en 1998 y ahora a la tormenta Manuel. Pero el agua y los vientos arrasaron con toda la carpeta asfáltica del puente y la gente tuvo que colocar tablones a lo largo de los 160 metros de la estructura para cruzar el río, cuya crecida también acabó con casas, árboles y toda la arena de la orilla que servía como playita local, según la gente del lugar.

Yo vine a pedir trabajo porque aunque el río no llegó hasta mi casita, las lluvias sí acabaron con todo el maíz y las calabazas que sembré. Me pagan mil 100 pesos a la semana como ayudante, hago cualquier cosa que se ofrece, lo que me dicen. Lo que junté en el mes que trabajé nos va a servir para sacar la comida y también para la escuela de mis hijos, pero hoy se acaba el trabajo y cuando mucho el dinero me alcanzará unas semanas más. Luego, a ver qué hago porque ahorita ya no puedo hacer nada en mis tierras hasta la siguiente temporada, comentó Buenaventura Orben Martínez.

No todos los trabajadores temporales son campesinos, Freddy López, del cercano pueblo de Xolapa, es comerciante, pero asegura que las ventas se cayeron porque por los daños en los caminos no había manera de surtir la tienda de su mamá, así que pidió trabajo en lo que se normalizaban las cosas.

La reconstrucción del Papagayo comenzó a finales de septiembre y la entrega estaba prevista para el 31 de octubre, pero las autoridades la acortaron primero para el 29, luego el 27 y finalmente para el 25, aunque la reapertura oficial fue este sábado, según dijo a este diario José Elizalde Carbajal, director de construcción de la empresa Impulso de Desarrollo Integral SA (Idinsa), a la que la Secretaría de Comunicaciones (SCT) adjudicó la obra, directamente y sin licitación debido a la contingencia. El costo total aún no se determina, según Elizalde porque falta conciliarlo con las autoridades, pero según éstas ascendió a 30 millones de pesos.

Todos trabajaron doble jornada el último día y aunque los ingenieros y arquitectos aseguraron que la obra está terminada, apenas unas horas antes de los discursos oficiales se terminaron de pintar los barandales y de plano quedaron armados junto al puente los andamios que usaron para el colado de las bases del puente.

Las cuadrillas tuvieron que esperar varias horas para la reapertura, antes de terminar realmente con su trabajo y recibir su última paga. No hubo fiesta como en otras obras, se quejaron los albañiles mientras terminaba el acto oficial.

Quienes pudieron irse en cuanto los funcionarios dieron los banderazos para reabrir la circulación fueron los habitantes de Papagayo, que salieron de sus casas para pedir ayuda al gobernador Ángel Aguirre Rivero. No se sumió, vámonos, dijo una mujer morena a su hija cuando vio que pasaron los primeros coches por el puente.