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Detiene la policía a más de mil extranjeros en el distrito marginal de Biruliovo

Redadas masivas de inmigrantes en Moscú para evitar más disturbios xenófobos

Los ánimos se crisparon el domingo pasado, cuando un azerbaiyano apuñaló a un joven ruso

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Policías rusos detienen a trabajadores migrantes durante una redada en un complejo de almacenes de verduras en el distrito de Biruliovo, ayer en MoscúFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 15 de octubre de 2013, p. 25

Moscú, 14 de octubre.

La policía de Moscú desplegó este lunes –la víspera del Kuram Bayram, como llaman los musulmanes de este país y de las repúblicas ex soviéticas a la ceremonia o fiesta del sacrificio– un dispositivo especial de vigilancia para evitar que se repitan los disturbios xenófobos del domingo anterior en Biruliovo, distrito marginal de la capital rusa.

Como medida preventiva, y para apaciguar a quienes protestaron ayer, la policía realizó hoy redadas masivas de inmigrantes en Biruliovo, que arrojaron la cifra de mil 200 extranjeros detenidos, supuestamente para verificar si están en reglas sus papeles.

Las detenciones afectaron sólo a personas con rasgos físicos diferentes a las que tienen apariencia eslava, lo cual –en opinión de organizaciones de derechos humanos– no se corresponde con los compromisos asumidos por Rusia al firmar la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial.

Por otro lado, más de 4 mil policías hacen guardia día y noche cerca de las mezquitas, donde ya se instalaron arcos detectores de metales ante la afluencia masiva de creyentes que se espera este martes.

También se concede especial atención a los bares y restaurantes que ofrecerán el partido de futbol entre Rusia y Azerbaiyán, que se jugará en Bakú y en el cual la selección rusa puede lograr, por delante de Portugal, la clasificación directa al mundial de Brasil el año siguiente.

Las autoridades tienen razones para estar preocupadas, y no tanto porque Rusia vaya a empatar o perder ese partido. Tratan de prevenir enfrentamientos entre rusos y azerbaiyanos –aparte de que 95 por ciento de éstos son musulmanes y más de medio millón viven en Moscú, sin contar a los que ya consiguieron la ciudadanía rusa– como secuela de los disturbios en Biruliovo.

Los ánimos de muchos jóvenes rusos de los distritos marginales de Moscú están crispados desde que se supo que un azerbaiyano, hasta ahora no detenido, apuñaló y causó la muerte a Yegor Scherbakov, un muchacho ruso que salió en defensa de su novia cuando la empezó a molestar el agresor.

Cientos de personas –algunas fuentes hablan de hasta tres mil– intentaron el domingo hacer justicia por su propia mano en Biruliovo, arengados por jóvenes ultranacionalistas que, al grito de Rusia para los rusos, causaron destrozos en la central de abasto del sureste de Moscú y en un centro comercial, donde trabajan muchos inmigrantes de las antiguas repúblicas soviéticas y de las regiones caucásicas que forman parte de la Federación Rusa.

La multitud enardecida quemó coches, rompió cristales y, varios centenares de los más irreconciliables, se agarraron a golpes con los miembros de las unidades antidisturbios que detuvieron a cerca de 400 personas, la mayoría puestas en libertad este lunes tras pagar una multa. A los líderes de la revuelta se les acusa de vandalismo, mucho menos grave que incitación al odio racial.