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La cantante recordó a los exiliados y desaparecidos del régimen militar en el Teatro de la Ciudad

¿A dónde van y a dónde llegan? las víctimas de la dictadura argentina: Liliana Felipe

Se presentó en el programa de la Semana de la Cultura Argenmex, que termina hoy

Llegué a un país maravilloso al que no le falta nada, sólo democracia y justicia, dijo con humor e ironía

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Todos somos extranjeros, fue la conclusión a la que llegó Liliana FelipeFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Domingo 13 de octubre de 2013, p. 3

Los numerosos argentinos exiliados en México y los miles de desaparecidos durante la dictadura militar entre los años 1977 y 1984, fueron recordados por la cantante y compositora Liliana Felipe. ¿A dónde van y a dónde llegan, si se van?, cantó durante el concierto en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, mientras un lento deambular de sombras humanas recorría el fondo del escenario.

Desaparecieron en Argentina a mi hermana. Esto fue en enero de 1978. Yo comencé una nueva profesión: la de ser extranjera, habló la artista acompañada por un piano de cola y un telón transparente que desde las sombras daba vida a los personajes de sus canciones en el concierto titulado De los chingones a los comechingones, el cual fue parte de la Semana de la Cultura Argenmex, que culmina hoy.

Convocada por la embajada de la República Argentina, propone explorar la mezcla cultural de los dos países tras la llegada de gran número de argentinos a México, primero desde el exilio político desde la década de 1970 y luego al migrar por motivos económicos. Desde el 7 de octubre más de 70 artistas, escritores y académicos participaron actividades literarias, teatro, música, academia, cine y gastronomía.

Todos somos extranjeros, fue la conclusión a la que llegó, y tienes que aprender a dónde llegas, porque las cosas suelen ser diferentes. En Argentina desaparecieron 30 mil personas. El espurio, el inepto Calderón, agregó un cero en México: son 300 mil las personas muertas, desaparecidas o como quieran llamarlas, fue la promulgación inicial del concierto ofrecido ayer.

Llegué a un país maravilloso al que no le falta nada. Tiene de todo y demasiado. Nada más le falta democracia, justicia e igualdad. Son detalles, las carcajadas salieron desbocadas ante la afirmación, como sucedió varias veces a lo largo del espectáculo de poco más de una hora, durante la cual fluyeron diversos ritmos al piano.

Una extranjera mexicana, Liliana Felipe en sus canciones dibujó crítica, a veces con humor y sarcasmo, la realidad mexicana. Una colega argenmex de Chava Flores llegada desde la Córdoba de Sudamérica, que cantó sobre las bicicletas en Coyoacán, el amor en Azcapotzalco y los mercados con sus frutas, pero que también exclamó ¡El petróleo es nuestro!, demandó la libertad del profesor tzotzil Alberto Patishtán, lanzó palabras de apoyo a la lucha de los maestros y lamentó la teledictadura. De igual forma, cantó a las mujeres que admira: Elena Poniatowska, Lucía García, Rosario Ibarra de Piedra, Isela Vega y Marta Lamas, entre otras.

Desde las sombras, la silueta se transformó en la cantante Reina Orozco sobre el escenario, el mismo que ocupó Jesusa Rodríguez, también directora del montaje, vestida del personaje del copetudo Peña Nieto-Díaz Ordaz. Antes, fue un Carlos Salinas enmascarado, jugando con el mundo en forma de pelota. Nos tienen miedo, porque no tenemos miedo, interpretaron las tres a coro.