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El gravamen no contribuirá a reducir sobrepeso y obesidad, señalan

Inviable, el impuesto a bebidas azucaradas, insisten el blanquiazul y las refresqueras

Puede tener gran impacto en las familias que dependen de la industria azucarera, advierten

 
Periódico La Jornada
Sábado 12 de octubre de 2013, p. 7

El PAN en la Cámara de Diputados ha logrado el respaldo de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), de asociaciones refresqueras, productores de caña de azúcar y pequeños comerciantes en su reclamo y oposición al impuesto de un peso por litro a las bebidas azucaradas. Esas organizaciones sostienen que la medida propuesta por el gobierno de Enrique Peña Nieto afectará a los trabajadores, generará más informalidad y no contribuiría a reducir la obesidad.

En el foro Impacto de la propuesta de la reforma fiscal 2014 en el sector rural, realizado en el Palacio Legislativo de San Lázaro, el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anprac), Emilio Herrera Arce, señaló que ese impuesto no contrarrestará el contenido calórico total de la dieta de los mexicanos, y tampoco propiciará el consumo de agua potable. El impuesto es ineficiente para combatir el sobrepeso y la obesidad, el sustento de salud para generar este impuesto no le da capacidad para impulsarlo.

El vicepresidente de la Comisión de Alimentos de la Canacintra, Pedro García, insistió en que la ingesta de refrescos no es el único factor que causa la obesidad, porque el mexicano consume 3 mil 300 calorías, ¿cuánto significa el refresco?, 438 mililitros; según Luis Videgaray Caso (secretario de Hacienda) significan 200 calorías.

Por separado, el presidente de la Comisión de Desarrollo Rural, diputado Víctor Serralde Martínez (PAN), lanzó la advertencia de que ese impuesto afectará a 150 mil familias de la cadena productiva.

Vemos que el gravamen puede tener un gran y serio impacto en los obreros y las familias que dependen de la industria azucarera. Todo esto suma una cantidad impresionante de gente; hablamos de más de un millón y medio de expendios, de pequeñas tiendas y comercios.

A la par de los representantes de la industria refresquera, el legislador insistió en que restarle incentivo al consumo de estas bebidas –como medida de salud– no reducirá la obesidad, y su impacto se observará en el empleo.

Mientras, en el foro, el secretario de asuntos jurídicos y encargado de finanzas de la Unión Nacional de Productores de Caña de Azúcar, Lázaro Arias, aseguró que el impuesto es un tiro de gracia al sector porque no habrá ganancias por la comercialización de 400 mil toneladas del endulzante.

En los recientes cinco años el consumo del azúcar per cápita va hacia la baja y la obesidad al alza; no aceptamos ni aceptaremos que nos señalen como culpables de la obesidad, refirió.

Para el presidente de la Unión Nacional de Cañeros, Carlos Blackaller, el impuesto de un peso por litro, sumado al 16 por ciento de IVA que ya pagan los refrescos, sumarían 11 pesos por kilo de azúcar: se cobrarían impuestos por 2.8 veces más que el ingreso del productor de caña.

De nueva cuenta, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes, en voz de Cuauhtémoc Rivera, consideró que el impuesto afectaría a 75 mil comerciantes en el país, porque la venta de refrescos y bebidas azucaradas representa 40 por ciento de sus ingresos.

El producto líder de los pequeños comerciantes es el refresco y las bebidas azucaradas, le sigue la panificación, los lácteos, las botanas, golosinas y las cervezas, este país consume eso. Nosotros no inventamos a los consumidores, dijo Blackaller.

En defensa de la aplicación de impuesto, María Guadalupe Rodríguez, de la Secretaría de Salud, puso a consideración de los asistentes que siete de cada 10 mexicanos tiene sobrepeso u obesidad, y además de que en los 17 años recientes se ha incrementado en 60 por ciento el consumo de refrescos.

El problema de obesidad es provocado por varios factores, pero sin lugar a dudas se da por un consumo desmedido de calorías. La salud no es todo, pero sin salud no somos nada. De poco nos sirve tener ingresos si no hay una población sana.