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El filme narra las batallas que el genio libró para que Apple fuera referente tecnológico mundial

Se estrena en el país Jobs, biopic del autor de la revolución digital

Ashton Kutcher protagoniza esta historia de cualidades shakesperianas, desde los primeros éxitos del líder, su caída y subsecuente travesía errante, y su redención, define el director Michael Stern

Foto
Fotograma de la película Jobs, en el que aparecen los actores Ashton Kutcher y Josh Gad en los papeles del cofundador de Apple y su amigo Wozniac
 
Periódico La Jornada
Sábado 5 de octubre de 2013, p. 7

Ayer se estrenó en salas comerciales de México Jobs, biopic del cofundador de Apple, dirigida por Joshua Michael Stern.

El filme, protagonizado por Ashton Kutcher, detalla el periodo (1971-1991) en el que Steve Jobs logró con su genio y visión una revolución digital que cambió la vida de la humanidad.

Fue criado en un suburbio de clase obrera en Carolina del Norte. Al salirse de la Universidad Reed College, Steve Jobs era un alma perdida, por lo que viaja a India, donde experimenta con drogas alucinógenas en busca de la iluminación, pero en lugar de eso halla trabajo como técnico para un realizador de videojuegos.

Incapaz de tolerar el confinamiento de un trabajo rutinario y anónimo, se lanza a vender un pequeño tablero computador inventado por su inteligente amigo de la infancia, Steve Woz Wozniak (Josh Gad).

Con sus habilidades innatas de mercadotecnia y su conocimiento tecnológico, Jobs convence al dueño de una tienda de electrónica local a ordenar 100 unidades, por lo que recluta a un grupo de amigos para que lo ayuden a ensamblar las unidades en la cochera de sus padres para completar el pedido: así nace Apple.

Con ímpetu y el apoyo del inversor Mike Markkula (Dermot Mulroney), el prototipo de Woz evoluciona en la primera computadora personal. Gracias a la incansable búsqueda de perfección de Jobs y a su aversión al statu quo, Apple transforma el mundo de la computación y obliga a gigantes, como IBM, a cambiar su rumbo.

El lado oscuro del genio

Pero hay un lado oscuro en la fuerza impulsora de Jobs: una impactante falta de compasión que le deja un camino de amores ignorados, amigos traicionados y colegas desilusionados.

A medida que Apple se expande en una corporación global, el perfeccionismo de Jobs resulta en su caída. Su insistencia en desviar cantidades masivas de los recursos de la compañía a un producto sin probar llamado Macintosh obliga a la mesa directiva a entregar el control al ex ejecutivo de Pepsi, John Sculley (Matthew Modine). Pero sin la visión ni el liderazgo de Jobs, la empresa se desvía más allá de su meta.

Más de una década más tarde, una nueva mesa directiva decide que Jobs es el único que puede regresar el brillo a Apple.

Retoma el liderazgo de la compañía y prepara el camino que convertirá al alguna vez pequeño proyecto en la compañía más valiosa del mundo al supervisar una línea de productos innovadores que cambiarán para siempre la manera en la que vivimos.

La historia de la película Jobs surgió cuando el director Joshua Michael Stern supo que un empresario y editor de la ciudad de Dallas, sin experiencia en cine, planeaba producir una cinta sobre Steve Jobs. Stern había escuchado de un amigo que el empresario Mark Hulme encomendó a uno de los empleados de su compañía, Matt Whiteley, a escribir un guión basado en la vida de Jobs y que estaba en busca de un director.

Aquí había alguien totalmente fuera de la industria que realmente quería hacer algo riesgoso, en un campo en el que no había estado, recuerda Stern. Para mí, como cineasta, era bastante interesante; pensé que era muy parecido al espíritu de Jobs.

Aún más fascinante que el origen de la película fue su temática, que pareció a Stern digna de una película: Lo que Jobs logró es una historia totalmente inspiradora. Llega al espíritu de la innovación y a la perseverancia que se necesita para lograr algo que los demás creen imposible.

Luego de que Hulme vio Un papá muy poderoso, segunda película de Stern, y de tener varias conversaciones con él, el empresario/productor llevó al director a Dallas y le detalló el ambicioso proyecto en el que se adentraba.

Inspiración y génesis

El productor dijo a Stern que lo inspiró a hacer la película el impacto global del retiro de Jobs como presidente de Apple, en agosto de 2011.

En ese entonces, Hulme estaba en la etapa inicial de lanzar una compañía de producción de largometrajes, pero aún no encontraba una premisa atrapante. Lo que pasó el día de la renuncia de Jobs, desde las expresiones de sus empleados hasta la invasión de reportajes de prensa alrededor del mundo, convenció a Hulme de que éste era el tema de su primera película.

Sin conexiones en Hollywood, Hulme recurrió a Whiteley, de su equipo de mercadotecnia, y le preguntó si estaría interesado en escribir el guión. Hulme también reunió un equipo de investigadores para escudriñar las montañas de archivos públicos, entrevistas y artículos en torno a la fundación de Apple. Mientras, Whiteley entrevistó a numerosas personas que trabajaron en Apple o con Jobs en otras compañías.

Ya armado con esta meticulosa investigación, Whiteley empezó a trabajar en dar vida a esta historia de éxito. Estaba en pleno proceso en octubre 2011, cuando el mundo se entristeció con la noticia de la muerte de Jobs. Al final del año, la historia de Whiteley excedía las 250 páginas, casi el doble de un guión de cine estándar.

Whiteley pasó los siguientes meses puliendo la idea para lograr una película de unas dos horas, enfocándose en los momentos definitorios de la carrera de Jobs, quien tenía una perspectiva sobre cómo todo se conecta 10 o 15 años después. No entiendo cómo logró vivir y trabajar en el futuro, pero es ciertamente una de las grandes raíces de su genialidad.

Whiteley eligió centrarse en la vida de Jobs desde sus 20 años hasta mediados de sus 40 años, tiempo en el que luchó contra grandes obstáculos para construir Apple.

Cualidades shakesperianas

Para Stern, el guión tenía una cualidad casi shakespireana: detallaba los primeros éxitos de este líder ambicioso, su caída y subsecuente travesía errante al desierto proverbial, y finalmente, su redención. Ese es un periodo que mucha gente no conoce, dice el director, quien ansiosamente ingresó al proyecto a inicios de 2012.

Mucha gente no se da cuenta de lo que pasó este hombre hasta el momento en que la primera iMac salió. Fue sólo su determinación lo que lo ayudó a conseguir lo que logró. Eso, por supuesto, y la brillantez de Steve Wozniak y otros.

Uno de los más grandes retos que enfrentaron los realizadores fue pintar un retrato acertado de un hombre que, por naturaleza, era enigmático, dice Stern. “Muy poca gente supo quién era. Así que el reto fue permitir que la historia se desarrollara sin especular sobre las razones de sus acciones.

Quien quiera que sea el personaje, tiene que vivir y respirar en la película. Así que evité la presión de intentar contar la historia de un hombre mítico y sencillamente cuento la historia de alguien que hizo algo asombroso e inspirador, que contra las adversidades, introdujo al mundo algo que no existía, que ahora se ha vuelto parte de nuestra cultura, y que no podemos imaginar no tener. Esa es la historia de Steve Jobs.