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Pasando hambre por un thigh gap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de octubre de 2013, p. a10

Washington, 1º de octubre.

Es la última moda de pérdida de peso entre las adolescentes estadunidenses: el thigh gap, o tener las piernas tan delgadas que al juntarlas queda un espacio entre los muslos, una obsesión que puede llevar a la anorexia o la depresión.

En Tumblr, Pinterest o Facebook, abundan las fotos de muslos más o menos esbeltos, en primer plano y de una delgadez a veces insoportable, que publican chicas muy jóvenes ávidas de mostrar su éxito al emular a las modelos.

“Mi thigh gap (espacio entre muslos) es enorme, estén celosas, chicas”, se ufana en Tumblr foster-the-beatles, mientras en la misma red social skinnysizezero, solidaria, afirma: Juntas podemos ser flacas, tener una talla 32 con una espacio entre muslos hermoso y un vientre chato.

Tengo la impresión de que estoy empezando a tener un espacio entre muslos, estoy feliz, añade elleskyyy. Quien firma starvingforperfection (pasando hambre para ser perfecta) lamenta sin embargo su mediocre/no existente espacio entre muslos.

Obsesión poco realista

Esta obsesión no es nueva, pero está amplificada por las redes sociales, algo que convoca a las adolescentes todos los días. Así, una cuenta de Twitter, Cara Thigh Gap, se consagra a la extrema delgadez de la modelo británica Cara Delevingne y decenas de sitios o páginas de Facebook ofrecen planes o ejercicios para conseguir el anhelado espacio entre muslos.

Ese espacio entre las piernas es realmente algo muy difícil de lograr, explica Barbara Greenberg, sicóloga de Connecticut especialista en adolescentes, porque es una cuestión de estructura ósea que pocas mujeres presentan.

Para una adolescente, ese tipo de obsesión poco realista significa tener que morirse de hambre, agrega.

Pero las jóvenes se mueren de hambre y cuentan su lucha en Tumblr. Ayer sumé 380 calorías y luego comí dulces. Se convirtieron en 650 calorías. ¡Gooooooordaaaaa!, se desespera Anastasia, una joven alemana, que ruega: Por favor Dios, déjame ser delgada.

Las necesidades energéticas de un adolescente, sin embargo, están en el entorno de unas 2 mil 500 calorías diarias, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).