Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 22 de septiembre de 2013 Num: 968

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Intimidad
Raymond Carver

En una plaza de Tánger
Marco Antonio Campos

La otra mitad
de Placencia

Samuel Gómez Luna

Los rostros del
padre Placencia

Alfredo R. Placencia
a la luz de la poesía

Jorge Souza Jauffred

El indio y los Parra
Vilma Fuentes

Leer

Columnas:
A Lápiz
Enrique López Aguilar
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Prosaismos
Orlando Ortiz
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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Germaine Gómez Haro
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¡Viva el rock!, en el modo

El modo (Museo del Objeto del Objeto) se ha convertido en un punto de referencia en nuestra ciudad como espacio de documentación, investigación y exhibición de temas variopintos, como el rock and roll, tópico que da lugar a la exposición recién inaugurada bajo el título El rock en México 1955-2010. Es una de esas pequeñas y deliciosas muestras que se disfrutan tanto, que se antojaría reproducirlas en un contexto mucho más amplio que abarcara todos los aspectos sociológicos y culturales que este fenómeno de mediados del siglo pasado revolucionó. En su pequeño espacio de exhibición, el modo hace milagros y acoge una museografía divertida, atrevida e inteligente que consigue atrapar visualmente al visitante y lo lleva por un recorrido cronológico que ilustra el devenir y la incidencia social de este género musical a partir de objetos, carteles publicitarios, discos, aparatos, vestimentas originales de los personajes más famosos, fotografías entrañables y curiosos artefactos que remiten a las décadas gloriosas  de los cincuenta y sesenta, con todo un repertorio de anécdotas y parafernalia que arrancan una sonrisa y generan nostalgia.

Se percibe cómo, a partir de los años cincuenta, el rock se empieza a colar en los cabarets emblemáticos de la ciudad, como el Iris, el Margo, el Lírico, el Río Rosa, Las Mil y una Noches, en los teatros de revista y cafés cantantes y, más tarde, en las pistas de hielo, donde los jóvenes iban a “echar novio o novia” bajo las melodías de César Costa, Los Camisas Negras, Enrique Guzmán y los Teen Tops, entre tantos otros. Una fotografía especialmente curiosa y simpática es la que inmortaliza a la cantante y vedette chicana Gloria Ríos, considerada precursora del género, contoneando sus exuberantes curvas en el cartel de presentación de su célebre revista musical Del charleston al rocanrol, acompañada de una cita por demás ilustrativa: “Epiléptica y enloquecida Gloria Ríos baila al ritmo del furioso Rock & Roll.” El rock and roll marca un hito en la construcción de la sociedad moderna. Hay que recordar que corría la Presidencia de corte conservador de Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958) y un amplio sector de la juventud progresista de clase media buscaba signos de identidad propia que los vinculara  con el cosmopolitismo de influencia anglosajona. El rock and roll en México se convirtió, con la fuerza de los ritmos locales, en un fascinante híbrido de carácter propio. Esta exposición arroja luces sobre momentos emblemáticos de la época a través de anécdotas e imágenes testimoniales, y su guión teórico subraya la importancia del diseño publicitario y su injerencia en las estrategias de comunicación en la sociedad, aspectos nodales en el discurso curatorial de este museo.

Fundado por el destacado empresario de la comunicación estratégica y la mercadotecnia (Zimat Consultores), diseñador, filántropo y editor Bruno Newman, el modo abrió sus puertas en octubre de 2012. A lo largo de más de cuarenta años, el también coleccionista ha reunido alrededor de 30 mil objetos que forman parte del acervo del museo. Su interés y pasión por las artes gráficas lo han llevado a juntar toda suerte de envases, empaques, exhibidores, artículos publicitarios, entre otros rubros, que en su conjunto conforman un importante registro de la evolución del diseño industrial y gráfico en los últimos doscientos años. Albergada en una hermosa casona art nouveau edificada en 1906 en la calle de Colima, la colección del modo es única en su género en nuestro país y está debidamente catalogada para fomentar la investigación y difusión de todo lo relacionado con la comunicación y el diseño. Además de visitar su sede, vale la pena echar un vistazo a su página web (www.elmodo.mx) donde la documentación en archivo da cuenta de las multivariadas actividades que se realizan alrededor de cada exposición. Ahí se lee lo que me parece la acertada misión de este proyecto sui generis:  “Cada uno de los objetos del acervo puede verse como pieza de un enorme rompecabezas que, en su conjunto, ofrece un panorama amplio, diverso y sorpresivo, conformado por fragmentos de la vida diaria que nos ayudan a revisarnos a nosotros mismos en lo que somos, lo que consumimos, lo que recordamos y cómo procesamos todo ello en términos comunicacionales. Para muchos, los Objetos de estas colecciones, serán curiosos, para otros, la vuelta a un pasado nostálgico lleno de recuerdos y, para otros, un descubrimiento y un estímulo estético e intelectual.”