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El abogado hace un análisis en la Revista Mexicana del Derecho de Autor

Legalmente es posible crear un nuevo Himno Nacional, dice Ignacio Otero
 
Periódico La Jornada
Domingo 15 de septiembre de 2013, p. 4

Este primer verso produce por igual exaltación y críticas a una nación, que incluso en su himno se pronuncia beligerante. Mexicanos al grito de guerra. A 159 años de que se entonó por primera vez el Himno Nacional Mexicano, su letra y música son respetadas, interpretadas, a veces mal, por mexicanos que desconocen su origen y significado.

Cuando se creó, no se tenía el concepto de himno como se tiene actualmente, sino que se entonaban cánticos que estaban relacionados con la cultura de un país, con la música popular, dijo en entrevista el abogado y catedrático Ignacio Otero Muñoz autor del texto El Himno Nacional: México dueño y señor, publicado por la Revista Mexicana del Derecho de Autor.

El artículo más que contar la historia del Himno Nacional es un análisis jurídico de las disposiciones vigentes en esa época (finales del siglo XIX) por las que se concedía la titularidad a los autores sobre una obra de su creación; concluye que tanto histórica como jurídicamente el Himno Nacional Mexicano es propiedad de México, no obstante los rumores que divulgan lo contrario.

También señaló que el poeta Francisco González Bocanegra y el compositor Jaime Nunó fueron impulsados por un espíritu especulativo, para crear el himno. Sólo querían que se les reconocieran como autores, no querían la titularidad desde el punto de vista patrimonial para negociar.

–¿En qué circunstancias se compone el Himno Nacional?

–A finales del siglo XIX, en un México que ha sufrido tres intervenciones extranjeras y ha perdido la mitad del territorio. El himno se creó, porque se quería un cántico patrio que uniera a los mexicanos. Ante estas circunstancias el sentimiento popular era defender la nación que había sido mutilada.

–¿Legalmente, se podría hacer un nuevo Himno Nacional?

–Sí, nada más que hay algunas cuestiones. En una ocasión se le preguntó a Benito Juárez si se le podía omitir al himno la estrofa IV, en la que se hace alusión a Santa Anna: Del guerrero inmortal de Zempoala/ te defiende la espada terrible/ y sostiene su brazo invencible/ tu sagrado pendón tricolor.

“A lo que Juárez respondió: ‘al Himno Nacional no se le quitará ni una sola nota, ni una sola palabra’. Se puede hacer un nuevo Himno Nacional y puede llamarse igual, sin problemas ante la ley, pero no se puede modificar el actual himno”.

El 4 de mayo de 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho firmó un decreto en el que se proclamó oficial el Himno Nacional. En este documento ordenó que para facilitar su canto se entonarán las estrofas I, V, VI, y X. También se prohibió alterar, corregir o modificar la letra o la música.

El Himno Nacional mueve ciertas fibras en el ser humano que causa un sentido de pertenencia a algo, atrae recuerdos, evocaciones, refirió Otelo, y agregó que la mejor forma de honrar a un país y a un deportista en una Olimpiada, por ejemplo, es tocando el himno de su país.

Para hacer un nuevo Himno Nacional, independientemente de lo que estipula la ley, “si se logra hacer una canción que traiga una evocación, que el mexicano la escuche y diga: ‘esto forma parte de México’, se podrá, pero no puedes imponerlo”, dijo el jurista.

Respecto de la vigencia del Himno Nacional, Otero comentó que muchos países tienen su himno y nunca se ponen a pensar en que ya no sea vigente la letra. “Por ejemplo, La Marsellesa: Allons enfants de la Patrie, Le jour de gloire est arrivé! Contre nous de la tyrannie (¡Marchemos, hijos de la patria. El día de gloria ha llegado! Contra nosotros la tiranía) fue contra la monarquía, en favor de la libertad, y actualmente ya no hay monarquía”, asevera.

Otras guerras

–Nuestro himno no es un himno de libertad, como el francés, sino bélico –se le comenta.

–Seguimos en guerra, pero cambiaron las circunstancias de guerra, cambiaron los enemigos, pero estamos en un campo de batalla: contra el narcotráfico, contra las firmas comerciales.

“Lo vemos: hay una desunión que se acentúa cada vez más. La apatía del pueblo tiene muchas causas, la principal es que la mayoría desconocemos la historia de México.

Ya no hay historias que conmuevan a los jóvenes. Hasta los presidentes desconocen la historia del país que están gobernando. La historia no les interesa. El 15 de septiembre es para los mexicanos como un desgarramiento. ¡Viva México! Gritan loas a un país que desconocen. No aman a México, nadie ama lo que desconoce, es un principio filosófico.

No obstante las cuestiones que competen al marco legal que salvaguarda el Himno Nacional, el catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México reiteró la importancia de consultar al pueblo, ya que dijo hay cuestiones que a algunos puristas les molesta, pero sí se podría cambiar el himno. No estoy en contra de eso: si hacen himno mejor que el que tenemos y el pueblo lo acepta, adelante. El que desconoce el folclor y lo que ama el pueblo desconoce, incluso, la historia hasta del arte. Pero si se afecta algo en lo que cree el pueblo habrá reacción.

Señaló que en el hipotético caso de que se decidiera hacer un nuevo himno valdría la pena resaltar que éste fuera de acuerdo con la época actual, que sea a un México lleno de marcas extranjeras.

–¿Se revelaría la gente ante la imposición de un nuevo símbolo patrio?

–Quizá la gente no proteste, ya nadie se subleva por nada.