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Cuál será su entorno o qué aprenderemos de la sonda, entre las preguntas a los astrofísicos

Expertos estudian estela de dudas que deja tras de sí la Voyager 1

Entre las interrogantes, destacan las aportaciones del programa y los métodos de transmisión

Es interesante para la física, en particular sobre la interpretación de la supernova

Envía datos por señal de radio, con una potencia de unos 23 vatios, igual a un pequeño foco de buró

Foto
Proyección artística de la sonda Voyager 1 surcando el espacioFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 14 de septiembre de 2013, p. 2

París, 13 de septiembre.

La sonda estadunidense Voyager 1 se convirtió oficialmente el jueves en el primer objeto fabricado por el hombre en alcanzar el espacio intersideral dejando tras de sí un aluvión de interrogantes para los no doctos en la materia, como cuál será su entorno o qué podremos aprender de ella.

Expertos, entre ellos la astrofísica Rosine Lallement, del Observatorio de París, respondieron a algunas de esas interrogantes. He aquí sus respuestas:

–¿Cómo se sabe que Voyager 1 alcanzó el espacio interestelar?

–La densidad del medio en el que se desplaza la sonda es bastante más elevado que el de la burbuja en torno al Sol en la que evolucionan la Tierra y los otros planetas de nuestro sistema.

Los astrofísicos han podido hacer evaluaciones de manera indirecta, a partir de mediciones de onda transmitidas por la sonda, dado que la frecuencia está directamente vinculada a la densidad.

–¿En qué entorno evoluciona ahora la sonda?

–El espacio interestelar está hecho de gas, el plasma galáctico. No puede visualizarse.

Confirmación de deducciones

Todo lo que se conoce hoy reposa sobre dos modelos. Por primera vez una sonda va a poder explorar ese entorno. Los astrofísicos van a poder comparar todo lo que ha sido deducido indirectamente con observaciones directas del gas galáctico.

Y si todos los instrumentos no funcionan más sobre Voyager 1, su hermanita Voyager 2, totalmente operacional, deberá penetrar este medio inexplorado dentro de tres años.

–¿Qué informaciones pueden esperarse?

–Las informaciones son particularmente interesantes para la física, y principalmente para el análisis de interacciones entre las estrellas y los gases en la galaxia.

Lo que se está aprendiendo tiene implicaciones directas principalmente respecto de la interpretación de las supernova, estrellas que están culminando sus vidas. Y el análisis de las supernova permite, por ejemplo, comprender si el universo está en expansión, observó.

También es importante el aspecto de exploración de lo desconocido. Siempre es interesante ir a ver un poco qué pasa afuera, señaló la astrofísica.

Y si un día se quiere enviar sondas hacia las estrellas, se sabrá más sobre el entorno.

–¿Cómo transmite Voyager sus informaciones a la Tierra?

–Los datos recogidos por los diferentes instrumentos son transmitidos en tiempo real por radio, a un ritmo que parece ridículo en vista de los enlaces Internet actuales: 160 bits por segundo comparados con 5 a 8 millones de bits en promedio para una línea ASL en Francia.

Esa señal radio es emitida con una potencia de 23 vatios, equivalente a un pequeño foco de una lámpara de buró. Pero después de haber viajado durante 19 mil millones de km, la potencia recibida en la Tierra es infinitesimal, y es necesario utilizar antenas de 34 a 70 metros de diámetro de la red Deep Space para escucharlas, señalan expertos.

–¿Hasta cuándo?

–Los responsables de la misión estiman que algunos instrumentos podrán continuar funcionando al menos hasta en 2020. Pero desde 2014, el instrumento ultravioleta a bordo de Voyager 1 será apagado por una orden enviada desde la Tierra, para preservar la energía para los otros instrumentos. Luego, hacia 2020, los ingenieros apagarán uno por uno estos instrumentos para mantener la sonda en vida, hasta que el único detector sea suspendido, hacia 2025.

Incluso, si es probable que ningún dato científico sea recogido después de 2025, es posible que sigan llegándonos informaciones técnicas, incluso varios años después, precisa Ed Stone, responsable científico del proyecto Voyager con sede en el Instituto Tecnológico de California, en Pasadena.

El programa de exploración Voyager tenía como objetivo el estudio de los planetas del sistema solar. Voyager 1 y 2 han sobrevolado desde entonces Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, así como 48 de sus lunas. Los datos recogidos por los nueve instrumentos a bordo de cada sonda la convierten en la misión de exploración del sistema solar más fructífera de la historia espacial.

Las dos sondas Voyager deberán permanecer al alcance de Deep Space hasta alrededor de 2036, a condición de que su batería de plutonio desprenda suficiente energía para transmitir señales hasta la Tierra.