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El monólogo de Jorge Herrera Velasco se presentará en El Juglar

Lo Cortés… no quita lo cabrón reflexiona con humor sobre la inequidad e injusticia
 
Periódico La Jornada
Viernes 13 de septiembre de 2013, p. a11

Hernán Cortés relata sus vicisitudes desde que salió de España para venir a las entonces denominadas Indias, hasta su muerte, dice el escritor y actor mexicano Jorge Herrera Velasco. Autor del monólogo Lo Cortés… no quita lo cabrón, Herrera estima que su texto recurre a la versión histórica tradicional y a la vez coteja la mentalidad y las actitudes del Cortés del siglo XVI con las de un imaginario Cortés del siglo XXI.

Como actuautor he despojado de solemnidad y lugares comunes el material histórico para plasmar un estilo propio, un tanto irreverente, donde abundan el sarcasmo, la ironía y el humor. Aparte de lo biográfico, en el monólogo se expone también una posición crítica sobre aspectos de nuestra situación sociopolítica actual. En buena medida se trata de una obra que denuncia a un sistema que no ha sabido proporcionar a sus ciudadanos ni equidad ni justicia, agrega el creador, en entrevista.

Como actor ha participado en Voces del antiguo Egipto, La rebelión de los sueños, El censo, Un corazón en la ciudad, 3 en chou, El invichente y el monólogo Herodes, estas dos últimas de su autoría.

Tiempo y artimañas

–¿Por qué ese título?

–Hay que partir de la base de que Hernán Cortés fue un conquistador eficaz que logró tomar el poder y el gobierno de este territorio llamado México. Ahora bien, como conquistador eficaz, muchas de sus acciones fueron las de un redomado cabrón, de la misma manera que fueron las de Alejandro, César o Napoleón, por citar sólo a tres. En la trama Cortés relata algunos episodios de su truculenta existencia y deja ver con claridad que, para lograr la conquista, tuvo que actuar como un perfecto cabrón en muchos momentos en que, si no lo hacía, se podía abortar la empresa. Y después, al igual que otros conquistadores, se dio su tiempo y sus mañas para, también a lo cabrón, establecer en los territorios conquistados las leyes e instituciones que a su juicio convenían, o, mejor dicho, le convenían. Además, en numerosas ocasiones demostró su cabronería siendo agresivo y cruel con los indígenas, e incluso con las mujeres que tuvo; no fue un simple machín, sino un supermacho.

–¿Cuál es la propuesta de la obra?

–Bueno, se presenta a un Cortés que se autoproclama padre de la patria, dado que gracias a la Conquista se dio el mestizaje que origina la nacionalidad mexicana. Él arguye que también gracias a sus expediciones de conquista se ensanchó el territorio que llegó a conformar nuestra nación; territorio que después sería mutilado por la falta de capacidad y de patriotismo de los gobernantes del México independiente. Enaltece la lengua, la religión y la cultura heredadas de España que, al combinarse con lo prehispánico, hicieron la amalgama que caracteriza la idiosincrasia mexicana. Considera que la historia ha sido muy injusta con él pero que, a pesar de no ser reconocido, él se sabe verdadero padre de la patria mexicana. Sus argumentos, si bien polémicos, no dejan de tener bases históricas a tomar en cuenta, aunque es difícil, por no decir imposible, que los mexicanos puedan decirle padre a Cortés. Quizá unos pocos.

–¿La puesta en escena?

–La escenografía es dinámica y el montaje se vale de un sencillo juguete escénico que tiene vida propia y complementa el monólogo por medio de la interacción entre el actor y esta especie de guiñol, con lo que el trabajo deviene en una parodia de documental. La dirección está a cargo de Octavio Salazar-Villava, mexicano, licenciado en Arte por la Academia de Bellas Artes de Varsovia y posgrado en dirección escénica por la Escuela de Teatro de Varsovia.

–¿Cómo maneja el actuautor su texto durante la representación?

–Con toda libertad –advierte Herrera–, ya que siendo conocedor del tema y de la trama, sobre el escenario puedo improvisar y discurrir nuevas opciones para manejar mi histrionismo; al hacerlo, rompo con el acartonamiento y la monotonía en que puede caer el actor en un monólogo. Se trata de una pieza teatral rica en recursos visuales y auditivos que, mediante la ironía y el humor, busca hacer pasar a los espectadores un rato interesante y divertido a la vez y, al mismo tiempo, sacar lo que el grueso de los mexicanos traemos dentro contra el sistema sociopolítico que nos agobia.

Lo Cortés… no quita lo cabrón se presenta del 14 de septiembre al 19 de octubre en El Juglar, Centro de Arte y Cultura AC, en Manuel M. Ponce 233, Guadalupe Inn, los viernes a las 20 horas y los sábados a las 19 horas. Informes al 5680 4113 y 5680 4128. Descuento de 50% a adultos mayores, estudiantes y maestros con credencial vigente.