Empresario zapatero invertirá en la restauración del Coliseo romano
Lunes 9 de septiembre de 2013, p. 8
Roma.
Los severos recortes presupuestales aplicados a la industria cultural italiana en los años recientes han puesto en tela de juicio su mecanismo de gestión, basado en la subvención estatal hoy minada por la crisis económica ante un programa de austeridad generalizado, aunado a la falta de interés de la clase política por la cultura, pese a ser generadora directa o indirecta de 15.3 por ciento del producto interno bruto (PIB) y de conformar la parte más innovadora, dinámica, y reactiva del sistema productivo italiano
, como demuestra el reporte de 2013, Yo soy cultura: Italia de la calidad y belleza desafía la crisis, en sus más de 200 páginas.
I
La situación ha llevado a cambios apreciables en el sector, comenzando por la sustitución parcial o total del Estado como proveedor, al favorecer por primera vez el patrocinio privado en monumentos símbolo, como el polémico y ajetreado programa de restauración del Coliseo, lo cual abre la puerta no sólo a opiniones contrastantes, sino a un largo juicio legal iniciado en noviembre de 2011 por la Asociación para la Defensa del Ambiente y de los Derechos del Consumidor, que estimaba insuficiente el dinero asignado a los trabajos de remozamiento respecto de la importancia del monumento, solicitando la suspensión del patrocinio y la aclaración de la gestión de la operación
. El veredicto, emitido por el Tribunal Administrativo Regional hace un año y ratificado el pasado 31 de julio por el Consejo de Estado, fue desfavorable al considerar las razones infundadas.
Pareciera que finalmente la puerta quedara abierta al inminente inicio de la necesaria restauración, donde el inmueble permanecerá siempre abierto.
El deterioro, tras más de 70 años sin arreglo, se presenta hoy con 3 mil lesiones, además de fisuras y una inclinación recién descubierta de 40 centímetros.
La restauración se realizará en tres fases, comenzando por la limpieza de la fachada con agua nebulizada, la sustitución de rejas, el arreglo del área interna y de los subterráneos, y la creación de un área de recreación y librería con un aumento total de 25 por ciento de superficie visitable.
El anfiteatro Flavio es el símbolo de la ciudad y el monumento más concurrido del país: 96 por ciento de los turistas que llegan a Roma lo visitan, sumando un total de 5 millones de personas al año y 25 millones de euros de ganancia.
El caso, por tanto, toca cuerdas sensibles sobre la ruta correcta que la gestión del patrimonio debe seguir hoy día.
II
Luego de un concurso organizado por el Ministerio de Cultura y el ayuntamiento de Roma en 2010, acudieron 20 competidores; se adjudicó a la empresa de calzado Tod’s, cuyo propietario, Diego Della Valle (lo es también del equipo de futbol Fiorentina), financiará la obra por 25 millones de euros, con la aplicación de 21 por ciento de IVA que se entrega al Estado. ¿Qué obtendrá el empresario a cambio? He ahí el punto de fractura en la opinión pública.
Según Della Valle, el suyo es sólo un gesto de altruismo sin finalidad de lucro, tampoco de tipo publicitario, que debería ser imitado por la clase empresarial, en un momento tan crítico del país. Para él, la gestión del arte y la cultura es una salida para el futuro de Italia, un potente generador de empleo.
La indignación de los opositores no es propiamente contra Della Valle, quien se beneficiará sólo parcialmente del ofrecimiento del contrato: anunciará las distintas fases en que se desarrolla la restauración y abrirá un centro de acogida
de la Asociación Amigos del Coliseo gestionada por él, con duración de 15 años, espacio provisorio cerca del anfiteatro.
Della Valle renunció, entre otras cosas, a utilizar la imagen del Coliseo en sus productos; tampoco pondrá su logo en los paneles de la restauración ni en el revés de los boletos como habría podido hacer.
La opinión contraria a la intervención privada se manifiesta decepcionada con el Estado, por su debilidad, por malbaratar su patrimonio, por no valorarlo ni protegerlo, por estar dispuesto a vender su alma al mercado.
En contraste, otros consideran retrógrada no aceptar la participación privada, afirma Giovanni Puglisi, presidente de la Comisión Nacional italiana ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que desdramatiza el hecho en una entrevista para Il sole 24 ore: No se trata de transformar el Coliseo en un enorme zapato, sino darle la posibilidad de valorarlo y permitir una mejor fruición. Es una iniciativa importante que estimula la inversión extranjera como en la Capilla Palatina de Palermo, llevada a cabo por el Grupo Wuerth sin tanto escándalo
.
El ministro de Cultura, Massimo Bray, declaró que examinará con cuidado el contrato de Della Valle, pues “soy del todo contrario a intervenciones privadas con la única finalidad del business”.
III
El mismo día que Della Valle se liberaba del engorro legal, el nuevo alcalde de Roma, Ignazio Marino, del partido de izquierda PD, cumplía una de sus primeras promesas de campaña electoral: convertir en peatonal el área de los foros imperiales, como se había querido hacer desde finales del siglo XIX, con la visión en un futuro próximo del parque arqueológico más grande del mundo.
Marino, quien utiliza bicicleta para transportarse, manifestó: Ni en París o en Londres hubieran transformado el Coliseo en una glorieta. El cierre de esta zona al tráfico permitirá gozar plenamente del patrimonio arqueológico de Roma y reducir drásticamente la contaminación
, concluyó. Este es el comienzo de un sueño. Una revolución para nuestra ciudad”.
IV
La transformación de la zona enfrentará ajustes estructurales importantes los que deben observarse con atención. Podrán ser adoptados como posibles modelos o como auténticos fracasos. El tiempo dará su veredicto y nosotros como espectadores no podremos más que observar con atención
.