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Limpian con sus medios ante retraso en el apoyo
 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de septiembre de 2013, p. 26

Con palas, escobas y cubetas, habitantes de la colonia Desarrollo Urbano Quetzalcóatl –una de las más afectadas por la tromba que se registró antier en Iztapalapa– comenzaron a limpiar y sacar el lodo de sus viviendas, donde el nivel del agua alcanzó hasta un metro.

Mientras en algunos hogares las labores iban avanzadas y sus pertenencias: muebles, colchones, electrodomésticos, salas, ropa, entre otros, ya inservibles, fueron apilados en las banquetas, en otros, sobre todo aquellos habitados por adultos mayores, aún se podía observar el agua estancada en las cisternas o lavadoras.

De acuerdo con los vecinos, la lluvia terminó a las 10 de la noche y dejó a su paso calles cubiertas de agua y casas anegadas en cuatro manzanas de la colonia, asentada en las faldas de un cerro. Misael Trostky Patricio, de la calle Villa Campa, lote 42, relató que encontró a sus padres refugiados en la parte alta de su vivienda, mientras abajo, refrigerador, tanques de gas y sillas estaban flotando.

Intentaron salvar algunas cosas al ponerlas sobre la cama y encima de algunos muebles, pero hasta ahí llegó el nivel, apuntó, al señalar que logró sacar el agua hasta las cinco de la madrugada.

A unos pasos, en el lote 40, la Francisca Pérez, de 65 años, es presa de la desesperación. Toda la mañana ha dado vueltas en el punto de mando ubicado en el parque Cuauhtémoc, para que la apoyen con una brigada, pero nadie ha acudido en su ayuda.

Estoy sola, tenga a mi hija enferma en el hospital. Lo único que hice fue subirme al segundo piso, ahí tengo dos cuartos sin terminar. Vinieron a bombear el agua. Sacaron lo más que pudieron, pero me dejaron el lodo. No tengo fuerza para mover los muebles, expresó.

En un recorrido, los damnificados se quejaron de la mala organización que priva entre las brigadas dispuestas por las autoridades. Todos están hechos bola, nos estamos rascando con nuestras propias uñas, porque si esperamos a que nos ayuden, nos quedamos con el lodo en las rodillas, señaló Margarita Robles, otra de las afectadas.