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Debilitaría las finanzas públicas, advierte la agencia calificadora

México podría importar petróleo para consumo interno la siguiente década: S&P
 
Periódico La Jornada
Domingo 1º de septiembre de 2013, p. 17

México podría comenzar a importar petróleo para consumo interno en los próximos10 años, debido por un lado a la caída de la producción de crudo y gas y por el otro, al crecimiento económico y mayor demanda de energéticos, advirtió la firma financiera internacional Standard and Poor’s (S&P).

En su más reciente reporte Reforma energética de México: reviviendo a Lázaro Cárdenas, aclaró que eso no debería afectar sustancialmente la economía, pero debilitaría las finanzas públicas, ya que la recaudación de impuestos sobre la gasolina representa un menor retorno para el gobierno.

De los 2 millones 500 mil barriles por día que México produce, el consumo local suma poco más de 2 millones de barriles, y está creciendo de 2 a 4 por ciento anual por año. En otras palabras, parecería que hay un argumento sólido para abrir la producción petrolera de México a la inversión del sector privado, a través de inversiones directas, concesiones o contratos de riesgo.

Y el caso para aplicar la misma estrategia con el gas natural es aún más fuerte. Dado que el presupuesto de inversión de Pemex se ha centrado principalmente en el petróleo, los proyectos relacionados con el gas comúnmente se han dejado de lado.

Debido a una insuficiencia de gasoductos para importar gas desde Estados Unidos a 4 dólares el millón de unidades térmicas británicas (BTU), significa que México tiene que recurrir a la importación por barco a precios más cercanos a los 20 dólares por millón de BTU, lo que afecta la competitividad de su industria pesada. Pemex simplemente no tiene los recursos para cambiar esta situación en un futuro previsible, refirió.

Por ejemplo, el proyecto de gas natural licuado flotante (FLNG, por sus siglas en inglés) de Shell, que espera desplegar en los mares del norte de Australia, tendrá un costo de aproximadamente 15 mil millones de dólares. En contraste, Pemex invierte menos de 500 millones de dólares en proyectos relacionados con el gas por año.

Recordó que la propuesta presentada el 12 de agosto por el presidente de México Enrique Peña Nieto para permitir una mayor participación privada en la industria de energía estatal del país desencadenó un enérgico debate en el Congreso mexicano entre las partes que están a favor y en contra.

Explicó que a primera vista puede parecer extraño que algunos legisladores en el México de libre mercado quieran preservar una industria controlada por el Estado, sobre todo en vista de la amplia evidencia de los errores en las políticas energéticas durante varias décadas.

Tales desaciertos han generado tanto retraso en las industrias del petróleo y gas del país, que es posible que México algún día se vea en la necesidad de importar petróleo. Sin embargo, la izquierda política persiste en impulsar la idea de que no permitir la participación de las empresas extranjeras honra una tradición que se remonta a su líder espiritual, Lázaro Cárdenas, presidente de México entre 1934 y 1940.

El problema es que este argumento equivale a rescribir la historia. Más importante aún, Standard & Poor’s considera que la postura de todas las partes está desviando la atención de los cambios que probablemente el país necesita –algunos de los cuales propuso el propio Cárdenas– para reforzar su industria de energía y el bienestar financiero de México.