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La fundación en su honor no está dedicada a su rastreo, señaló la directora Ana Kuri

Se desconoce si aún hay restos de Antonieta Rivas Mercado; buscarlos sería complicado

El martes pasado se presentó en la Sala Manuel M. Ponce, de Bellas Artes, una lectura dramatizada de la obra Exquisitamente suya, Antonieta..., sobre la vida de la multifacética mujer

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Imagen que se expuso en una muestra en 2006, en Bellas ArtesFoto INBA
 
Periódico La Jornada
Viernes 30 de agosto de 2013, p. 4

Es muy difícil gestionar la búsqueda y encontrar los restos de María Antonieta Rivas Mercado (ciudad de México, 1900-París, Francia, 1931), los que tras su trágica muerte terminaron en una fosa común en el cementerio del Père-Lachaise, ubicado a las afueras de París. El caso es muy complicado, pues no se sabe exactamente dónde está y si todavía quedan algunos restos, explicaron Martha Gargollo, sobrina-nieta de Rivas Mercado y Ana Kuri, presidenta y directora, respectivamente, de la fundación que lleva el nombre de quien es considerada precursora del feminismo en México.

Lo que se tiene documentado, explicó Kuri, es que el cuerpo de Rivas Mercado fue enterrado en dicho cementerio; existe el acta de defunción, mas no se sabe dónde está exactamente.

“Durante la Segunda Guerra Mundial, ese territorio, entre otras zonas, fue bombardeado por los alemanes. Por lo que sería una labor titánica: primero gestionar los permisos para buscar los restos y luego confiar en que existan.

No es nada sencillo. En estos momentos, como fundación, no estamos abocados a ello, pero seguramente más adelante veremos qué se puede hacer.

Si se diera el caso, tendríamos que ir a París, junto con algún diplomático mexicano, pues es una cuestión que se tiene que manejar a escala consular y a solicitud de algún familiar, reiteró Kuri.

En el caso del arquitecto Antonio Rivas Mercado, padre de Antonieta, recordó la promotora cultural, tardamos dos meses en localizar sus restos en el panteón Dolores. Gracias al apoyo de la directora de ese panteón se pudo localizar un fémur, unos 10 huesos, parte de la columna vertebral, un fistol, un botón de marfil de su atuendo y algunos herrajes de la caja. En el caso de Antonieta Rivas Mercado es una cuestión complicada.

Con base en las cartas y otros textos de Antonieta Rivas Mercado, y con dramaturgia de Miguel Sabido, la noche de este martes, como homenaje a su figura y trayectoria, se realizó en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes una lectura dramatizada de la obra Exquisitamente suya, Antonieta, con la participación de la primera actriz Julieta Egurrola, además de Julia Sabido, Lisbi Cuéllar y Rodrigo Lecona.

Historia donde la propia Antonieta cuenta su pasión e interés por renovar la cultura en nuestro país, después de la Revolución Mexicana. La obra refleja su temperamento, talento y carisma, así como sus ideas feministas, vida sentimental, la custodia por su hijo y proyectos culturales que auspició.

Da cuenta de su labor como literata, traductora, actriz y directora. De cómo formó parte del grupo de los Contemporáneos. De cómo a ella se debe, entre otras cosas, la fundación del Teatro Ulises y la revista del mismo nombre, así como la creación de la Orquesta Sinfónica Nacional, con la dirección de Carlos Chávez.

Asimismo se da cuenta del apoyo que brindó a personajes como Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Gilberto Owen, Celestino Gorostiza, María Teresa Montoya, Roberto Montenegro, Julio Castellanos, Clementina Otero, Jiménez Rueda y el pintor Manuel Rodríguez Lozano, amor imposible de Antonieta.

Habla igual de su relación sentimental con José Vasconcelos y el apoyo que dio a su campaña presidencial, así como de sus exilios en Nueva York y París. Finalmente se recuerda la nota que dejó para luego suicidarse, el 11 de febrero de 1931, dentro de la catedral de Notre Dame, a las 31 años.