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El artista, una de las leyendas del diseño gráfico, impartió un taller en la UCSJ

Imposible, separar la provocación de la reflexión: Alex Jordan

En cuanto al compromiso social, el problema es llegar con una idea que haga voltear a la gente

Lamentó que muchos miren el mundo a menos que sea a través de una pantalla

 
Periódico La Jornada
Lunes 12 de agosto de 2013, p. 7

No se puede separar la provocación de la reflexión, dice Alex Jordan, una de las leyendas del diseño gráfico, quien formó parte del grupo Graphus, que transformó el diseño en una práctica social, la cual continuó años después al fundar en París el taller Nous Travaillons Ensamble (NTE, Nosotros Trabajamos Juntos), del que han salido imágenes que han dado la vuelta al mundo.

Baste recordar tres de ellas: una fotografía de George Bush hijo, con las palabras Terror is me (2003), o la de un joven sentado a horcajadas sobre el muro de Berlín, tomada por Raymond Depardon en 1989, que detiene las banderas (añadidas después) de Israel y Palestina, en una alegoría de que si ese muro cayó, otros también lo harán. La tercera imagen: sobre fondo amarillo, una línea punteada (la frontera) donde la mano del norte aparece extendida, la mano del sur tiene los dedos mutilados por esa línea fronteriza. Ese fue el cartel que se utilizó para una exposición realizada en la frontera entre México y Estados Unidos, en 1991.

Jordan, nació en Alemania, donde estudió en la Academia de Bellas Artes de Dusseldorf y fue alumno del artista, escultor y diseñador gráfico Joseph Beuys. Hoy divide su tiempo entre Alemania, donde es profesor en la Escuela Superior de Arte de Berlín, y París, sede del estudio NTE.

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Vino a México para participar en el seminario Pensar la ciudad de México desde los espacios públicos. Acciones compartidas entre ciudadanos y gobierno local, donde ofreció la conferencia El lugar de los ciudadanos, formas de acción pública; además, participó en un taller colectivo de diseño de talleres, al lado de Alejando Magallanes, Andrés Ramírez y Francisco Mata, en la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ).

El resultado de ese taller puede verse en una muestra que se inauguró el sábado y permanecerá un mes en el Campus Regina de esa institución; después habrá una exposición en las instalaciones del Metro.

Alex Jordan, también cofundador de la asociación fotográfica Bar Floreal, parte de que el diseño gráfico tiene que reflejar lo que ocurre en la sociedad; pero no sólo es un crítico, también hace propuestas, ya sea en campañas de salud, cívicas y culturales, desde invitaciones a festivales de música y teatro, hasta campañas de limpieza en las ciudades y para asociaciones humanitarias.

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Alex Jordan durante la entrevistaFoto Prometeo Lucero
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Ejemplos de los carteles más memorables de Jordan
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Ejemplos de los carteles más memorables de Jordan

En el desarrollo del diseño gráfico hoy todo es posible. Todo es tan abierto que puedes volverte loco, están las computadoras y los programas de computadora que nos convierten cada vez más en esclavos de la pantalla. Pero la pantalla no es la ventana para ver el mundo real. Mucha gente no mira el mundo real a menos que sea a través de esa pantalla, señala el fotógrafo en entrevista.

Hay quienes dicen que somos millonarios al tener tal cantidad de imágenes; ante esta situación, afirma, mi trabajo es ser honesto. Ayudar a abrir los ojos de los demás.

Hablar de compromiso social de un artista parece fácil, pero no lo es. El problema es llegar con una idea que haga voltear a la gente. Pero no se debe pensar que tu trabajo va a tocar a todos, eso es imposible y es uno de los problemas. Sin embargo, a veces se pueden hacer carteles que sí toquen a todo el mundo.

Como ocurrió con el cartel de George W. Bush.

No se puede separar la provocación de la reflexión. La provocación activa la reflexión, subraya.

Es así que para los alumnos de la UCSJ el taller no fue sólo un ejercicio de cuestiones técnicas, sino también fue uno de análisis y pensamiento.

“No se trata sólo de ver lo exterior, también es algo para pensar. No es sólo ver lo de fuera, sino lo interior también. No utilizar sólo la computadora o las bases de datos, sino observar más allá de la pantalla de una computadora.

Un cartel parece algo muy simple, pero es muy complicado: concentrar un mensaje en poco espacio con pocas explicaciones, algo que pueda hacer pensar a quien vea ese póster. La poesía puede hacer lo mismo.