Política
Ver día anteriorDomingo 11 de agosto de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

Organización ecologista señala a Cemex como impulsora del deterioro ambiental

Pedreras tienen a Monterrey en la cima de la contaminación de América Latina
Foto
Tarascadas a la Sierra PicachosFoto Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 11 de agosto de 2013, p. 13

Monterrey, NL.

Las montañas de Monterrey han dejado de ser el símbolo de la majestuosidad y la belleza de la ciudad. Sus imponentes formaciones naturales ahora son también la imagen del saqueo y el expolio de las pedreras, empresas dedicadas a la extracción de piedra para elaborar cemento, actividad que ha dejado profundas cicatrices en sierras, cerros, lomas, riscos y picos alrededor de la Sultana del Norte.

Las 64 pedreras que operan en Nuevo León con permisos –emitidos vía corrupción gubernamental– han convertido a Monterrey en la ciudad más contaminada de América Latina, por encima del Distrito Federal, Cochabamba, Bolivia; Santiago de Chile y Lima, Perú; con una concentración promedio anual de 85.9 microgramos por metro cúbico de partículas suspendidas menores a 10 micras, cuatro veces más del límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud, según el último informe del Clean Air Institute, titulado Calidad del aire en América Latina.

Cementos Mexicanos (Cemex) está detrás de la mayoría de las pedreras. Directa o indirectamente es la empresa que está ocasionando la mayor contaminación de la historia de Monterrey. ¿Adónde llevan toda esa piedra que las pedreras extraen de las montañas? A Cemex, empresa de Lorenzo Zambrano, poderosa multinacional que utiliza prestanombres para operar o bien les compra el material, dice María de Jesús Marqueda, presidenta del Comité Ecológico Pro Bienestar al exigir la reubicación o el cierre de estas empresas altamente contaminantes que ocasionan graves daños a la salud de los habitantes.

Marqueda, enferma de cáncer debido a estos y otros contaminantes a los que estuvo expuesta al vivir en una zona afectada por emisiones tóxicas de empresas, encabeza la lucha para intentar limpiar la atmósfera de esta ciudad: El gobierno de Nuevo León no tiene una política pública de [protección al] ambiente. La corrupción y la irresponsabilidad de los funcionarios han secuestrado la salud de los ciudadanos. Las pedreras son el cáncer, el demonio; operan en la impunidad y son muy peligrosas.

Sierra Picachos

Uno de los tantos daños irreversibles que causan las pedreras es contra reservas ecológicas como la Sierra Picachos, la más grande área protegida de México desde el punto de vista de biodiversidad, con 75 mil 850 hectáreas.

Los dueños de buena parte de estas miles de hectáreas son dos familias del empresariado regiomontano: los Garza Sada y los Barragán. Estos últimos, antiguos dueños de la procesadora de Coca Cola.

Adrián Sada, ejecutivo de Vitro, emprendió un programa en la zona para la conservación del lobo gris mexicano en peligro de extinción, y Alfonso Barragán impulsa proyectos sociales alrededor de los municipios de la zona y el trabajo de la Asociación Ecológica de la Sierra de Picachos, AC (Aespac).

La pedrera Matrimar SA de CV obtuvo el pasado 29 de enero autorización para el cambio de uso de suelo por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), pero desde hace algunos años ha ocasionado severos daños a flora y fauna del lugar.

Están ocasionando un ecocidio. Con esa autorización el gobierno mexicano está violando convenios de cooperación ambiental, particularmente el que fue suscrito en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan). Este es un asunto internacional que involucra a Canadá, Estados Unidos y México porque la sierra cubre estos tres países, dice Mariano Núñez González, asesor legal de Aespac, que ha solicitado a la Comisión de Ecología y Medio Ambiente del Congreso del estado que exija a la Secretaría de Desarrollo Sustentable y Medio Ambiente del gobierno de Nuevo León, un peritaje ambiental ante los severos daños en perjuicio de la Sierra Picachos.

Matrimar, como la mayoría de las 64 pedreras de la región, venden a Cemex su materia prima. En un recorrido por la Sierra Picachos puede verse la cicatriz dejada en la montaña saqueada por esta empresa que opera de manera ilegal desmontando y abriendo brechas de decenas de kilómetros, afectando matorrales y matando animales.

En la Sierra de Picachos se refugian 30 mil especies de Canadá, Estados Unidos y México, como el oso negro, pumas, lobo gris, puerco espín, murciélago canadiense, mariposa monarca, armadillos, halcones, águilas reales, codornices moctezumas, coralillos, víboras de cascabel y guajolotes silvestres. La riqueza vegetal incluye tres tipos de encinos, una vasta y rica producción de orégano, pinos y un importante espectro de cáctaceas.

La Sierra Picachos está ubicada en los municipios de Higueras, Agualeguas, Cerralvo, Doctor González, Marín, Sabinas Hidalgo y Salinas Victoria, en Nuevo León, y pertenece a la Sierra Madre Oriental y a las sierras y llanuras coahuilenses.

Es una pieza fundamental del equilibrio ecológico del norte de México, porque constituye, por su ubicación geográfica, un escudo natural de protección climatológico para la zona metropolitana de Monterrey. Tiene una gran diversidad que compite con Costa Rica con grandes humedales y ecosistemas que están siendo afectados por la pedrera a la que dieron 30 años para operar y las responsables de esa devastación y destrucción son la Semarnat y la Profepa. Están lucrando con la contaminación del aire, el agua y las 32 áreas naturales protegidas desde el gobierno de Lázaro Cárdenas, señaló Núñez González.

Este abogado ecologista lleva 50 años defendiendo el ambiente y las áreas protegidas de la región. Desde hace años es dictaminador ecológico del Colegio de Abogados y conoce la problemática generada por las empresas denominadas depredadoras como Cemex: Desde hace años estamos luchando por sacar las pedreras de aquí. Desde los años 30 y 40 este sistema de extracción le había pegado al Cerro de la Silla que ya tiene dos huecotes porque trataron de saquearlo por la roca azul para la industria cementera. El Cerro de la Silla, siempre ha sido un atractivo latente para los depredadores.

Los dos grandes cómplices

El poder la industria cementera encabezada por Cemex y el contubierno con autoridades federales, estatales y municipales no ha permitido detener la depredación: Están saqueando la Sierra Mitras, las montañas de Santa Catarina, Escobedo, San Pedro... los dos grandes cómplices son la autoridad federal y estatal. En México no hay una ley fuerte sobre el sistema de montañas que determine como en Canadá o Estados Unidos con una policía montada y de bosque, la preservación. Al contrario, con el artículo 27 que es sobre el ejido, es muy fácil que llegue el poderoso y desplace a los ejidatarios, dice Nuñez González.

La calidad del aire se fue afectando a pesar de los buenos vientos provenientes de los 10 cañones de las montañas: Las pedreras representan la industria más peligrosa y la que más provoca daños a la salud. No revierte en ningún momento lo que daña: aire, agua, ecosistemas. Funcionan ilegales. Se meten a la brava en complicidad con la autoridad federal y luego la municipal y la estatal. Son autoridades omisas por corrupción.

Durante un recorrido por la Sierra Picachos, se comprobó que la pedrera Matrimar abrió una brecha de 19 kilómetros dañando la zona con desmontes, tala y arrastre con tractores de arbustos y matorrales. Todo ante la atenta mirada de las autoridades omisas.

La autoridad no reacciona

El abogado ambientalista explica que han presentado todo tipo de denuncias para frenar el ecocidio, pero la autoridad federal no reacciona, por lo que acudirán a la Corte Interamericana de Derechos Humanos: Actúan de manera vergonzosa. Sólo los multaron. Los polvos que levantan están dañando los pulmones de los habitantes y a los organismos vivientes. Si siguen así acabarían con el ecosistema y generarán enfermedades en los pobladores.

Victoria Pérez, portavoz de la Aespac, se mostró indignada por las consecuencias provocadas por la pedrera Matrimar: Estamos pidiendo que salga la pedrera de la sierra. Están operando ilegalmente. Les pusieron multas, quitaron los sellos y siguen trabajando allí. Nos están dejando contaminación. Nuestra sierra es un área natural protegida. Por más que quieran no pueden tocar esa tierra. Es en donde se purifica el aire y el agua de todo el estado de Nuevo León.

Las operaciones de la pedrera han causado el fin de varios ojos de agua. Los mantos acuíferos se están secando debido a las explosiones y daño en el subsuelo por la extracción de roca: La sierra es virgen. Es hora de protegerla entre todos.