Cultura
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Señorita Vodka es la primera novela de Susana Iglesias y la publica Tusquets Editores

Propone narradora cómo vencer a los misóginos y sacarlos de su piel

Amor, desamor y muerte, únicos temas en la literatura, ligados a la memoria, expresa a La Jornada

Foto
Susana Iglesias durante la entrevistaFoto María Meléndrez Parada
 
Periódico La Jornada
Martes 6 de agosto de 2013, p. 6

La novela Señorita Vodka es un manual contra los misóginos y un juego de espejos formado por la trilogía del amor, la muerte y la memoria, el laberinto infinito del escritor. Así define Susana Iglesias al volumen editado por Tusquets, que presentó hace unos días.

La autora recomienda, en entrevista con La Jornada, leer los apartados de su obra de forma salteada, como capítulos autónomos para obtener una perspectiva nueva; sin embargo, rechaza que tenga relación con la conocida novela Rayuela, de Julio Cortázar, que también puede ser abordada de esa manera.

Se trata del relato de una mujer que comparte el nombre con el libro, que mediante recursos narrativos como el diario, la carta, el diálogo y capítulos cuya ordenación no es cronológica ni temática examina la idea del suicidio y de la muerte como recomienzo; además, las relaciones entre los dos sexos.

El personaje muta. Así somos: cambiantes. Los que despertamos un domingo no somos los mismos que vamos el miércoles rumbo al trabajo. Vamos cambiando. Nuestras heridas son nuevas y también nuestras formas de sanar son nuevas en cada momento.

La autora caracteriza a Señorita Vodka como un manual contra los misóginos” donde enseña cómo vencerlos y sacarlos de su piel, porque es muy triste cuando no aprenden a ser hombres. Parte de la labor de las mujeres es reducar ese patrón caduco que tenemos entendido como hombre.

Es una novela de amor, desamor y de muerte, los únicos temas para mí en la literatura que están ligados a la memoria. Ese es el laberinto infinito del escritor, esta espiral. Para mí ahí está la base fundamental para empezar a escribir literatura.

Del sexo afirma: Todos los ideales del amor, el sexo los ensucia un poco en el sentido de que te llena de voracidad, de instintos bajos y de depredador, y puede ensuciar todo lo noble que quede dentro de ti, aunque también es el disfrute de nuestro instinto animal, tampoco hay que negar eso.

Iglesias, quien ve en los escritores rusos como Fiodor Dostoievski o en el argentino Roberto Arlt a sus preferidos, señala que su primera novela es un homenaje a la noche, a esta noche garibaldiana o garibaldina, y a la ciudad de Los Ángeles.

Su protagonista, dice, es una mujer convulsa, con el corazón entre Los Ángeles y el Centro Histórico, y entre los hombres de la novela: Mike, W, Judas, el editor que no tiene nombre y es un ente totalmente ficticio, Epifanio, el chico que hace surf y que le muestra que la vida es una gran ola en la que te trepas y subes al punto más luminoso o te estrellas en una carretera rumbo a Venice, Hermosa Beach, Acapulco o dónde tú quieras.

Un demonio delicioso

Susana Iglesias define a la mujer, como un gran estuche de secretos... un demonio delicioso, una caja de sorpresas, es toda piel, y confiesa que no es feminista, cuestión que le da pavor y pánico. Habla en cambio sobre los dichos de algunas mujeres de que somos iguales y tenemos los mismos derechos, pero a la hora de pagar la cena yo no veo que pongan un peso. Y explica que una mujer y un hombre son quienes pueden jalar parejo con el otro para construir una historia, para poder enfrentarse a la vida.

Agrega: Los hombres pueden ser muy sensitivos, pero el mismo acartonamiento cultural y social los castra, que no deben mostrar sus sentimientos o si se comportan tiernos, los desarman. Y ese es un gran error porque los grandes hombres se desnudan, te dan todo de sí mismos, desde sus lágrimas hasta su violencia, no física sino emocional, con la que aman a una mujer y la poseen hermosa, violentamente; y la mujer igual.

Respecto de su interés literario, enfatiza: Si no escribo me muero. Así de sencillo. Para mí, escribir es arrojarme al abismo, quien luego rechaza que su novela sea autobiográfica, pero dice que nació en una parranda en Garibaldi, a las 8:35 de la mañana, y que sus personajes son reales y los encontró deambulando en esa zona y en Hollywood Boulevard, en Los Ángeles.