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Rompen el tejido social, advierte

Tiendas Soriana, del todo perjudiciales: Javier Sicilia
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 1º de agosto de 2013, p. 14

Cuernavaca, Mor., 31 de julio.

Las tiendas Soriana son absolutamente perniciosas para la vida humana, económica y cultural de una población, porque rompen el tejido social de las zonas en las que son instaladas, afirmó el dirigente del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Javier Sicilia.

El poeta aseguró que es falso que la instalación de una tienda en la zona sur de esta ciudad traiga empleos y progreso, pues lo que la gente requiere es que se reactive la tierra y la vida común.

Señaló que estos comercios han destruido comunidades enteras, dejando huecos para el crimen organizado. La lógica legal del dinero fortalece las lógicas ilegales del crimen: eso es lo que no han acabado de entender (las autoridades).

Que no nos digan que se está combatiendo el crimen cuando ellos le están abriendo la puertas al crimen, sostuvo.

Explicó que las tiendas de cadenas comerciales extranjeras al llegar a ciudades como Cuernavaca destruyen los mercados populares y los negocios pequeños, de los que viven una o más familias.

La sucursal de Soriana que se edifica en un predio de 5 mil 10 metros en la avenida Morelos Sur, en la colonia Las Palmas, ha afectado las viviendas y el entorno social de los vecinos, quienes iniciaron una serie de denuncias y movilizaciones contra la misma.

Javier Sicilia recordó la defensa infructuosa que hicieron para evitar la tala de árboles del Casino de la Selva, donde se instaló un Costco hace 10 años, y que sólo dejó daños al medio ambiente, pues destruyó un pulmón natural de Cuernavaca.

Destruyeron la forma de vida, los changarros y afectaron al mercado central (Adolfo López Mateos). Esas tiendas son destructoras de tejido social, insistió.

El activista puso como ejemplo al pueblo de Ocotepec, en el municipio de Cuernavaca, donde la gente crea sus propios oportunidades, pero cuando llegan esas tiendas arrasan con la forma de vida y no fomentan el empleo, pues sólo unas cuantas personas reciben un pago mínimo por sus servicios.