Opinión
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Melón

Gracias a pesar de...

P

ara empezar, gracias, Brendan y en seguida éstas van para Matt Dillon. Este señor realiza un documental dedicado a los soneros mexicanos y el a pesar de... es porque no lo han asesorado personas con verdaderos conocimientos de lo que ha sido el ambiente sonero en este México lindo y querido.

Esta música cubana según Pepe Macías El Tapatío y algunos veracruzanos de la vieja guardia, desembarcó en el puerto en intercambio de discos que traían marineros cubanos y así esta música, para mí bellísima, fue apoderándose del gusto porteño. En dichos discos, me contó El Tapa, había sonidos desconocidos para los oídos de la juventud jarocha de aquellos años. Pero, en 1928 con la llegada del Son Cuba de Marianao, saciaron su curiosidad. Por supuesto el tres, al que cambiaron el nombre a tresillo, igual que marímbula a marimbol, ya se hicieron familiares y dieron lugar a que Veracruz el bello tuviera grupos locales: Son Crespomel, Son Árbol de Oro y hasta un son infantil, El Tigre, patrocinado por una casa de deportes.

De los soneros cubanos vienen a mi memoria Lalo Ruiz de Mantilla, Arsenio Núñez y su hermano El Neno. Con el tiempo fueron llegando soneros cubanos y grupos como el Niágara y el Conjunto Casino y en 1945 el conjunto Matamoros con Benny Moré, apareciendo en uno de sus discos el uso del scat y más tarde la Sonora Matancera en El bobo de la yuca, cantando Bienvenido Granda, también lo utilizó.

Para esos años ya estaban en el gusto del público mexicano entre los que recuerdo el son de Agustín Lara llamado el Son Marabú, que después se convirtió en el Son Clave de Oro, también el Son Veracruz, del Argentino, otros dos con el mismo nombre, uno en Puebla, que me cuentan era extraordinario, el otro en Veracruz que pude escuchar en vivo, así como el Anacaona, los dos muy buenos y formados por mexicanos. En el de Puebla escuché comentarios elogiosos y debo decir que formaron parte de ese grupo Julio del Razo, Cabezón Téllez, Pablo Zamora Peregrino (sobrino de Toña La Negra), Agapito Silva, Cheo Marquetti ¡wow!, y Luis González Pérez ¡rewow!, aunque ahora dicen que no era virtuoso.

Miguelito Valdés, en compañía de Margarita Romero, tuvo un programa de radio de mucho éxito. Allá por los años 60 volvieron a encontrarse para grabar con Rafael de Paz y su orquesta, en la que tocó el güiro. Pero, volviendo a mis pininos, aquí estaba Vicentico Valdés, quien grabó con el conjunto de Humberto Cané.

Al regresar a Cuba el Conjunto Matamoros, Benny Moré y el pianista Ramón Dorca se quedaron entre nosotros y con los cubanos que ya estaban aquí bajo la dirección de Humberto Cané dejaron grabaciones llenas de sabor. Chicho (Clemente Piquero), Modesto Durán, Florecita, Manolo Berrío, por supuesto, Cané y algunos más que, en mi opinión, se la comieron.

Estas joyas salieron en RCA Víctor y en Columbia; Silvestre Méndez acompañando a Kiko Mendive dejó en compañía de soneros cubanos y mexicanos, entre ellos Daniel de la Vega, al piano, y el Chunco Pacheco, en la trompeta, y en otra Eduardo Periquet, quien llegó a nuestro país con el Conjunto Casino: Andresito Mucha Trampa, en el bajo, dueño de un sabor de bala. Sé que me quedaré corto, pero no puedo dejar, monina, de señalarle que se podía gozar tarde y noche en salones de baile y cabarets.

Hubo varios grupos integrados por mexicanos sensacionales y en esta ocasión sin falsa modestia le diré, mi enkobio, los compañeros que tuve. Los Guajiros del Caribe, con Toño Espino, director y pianista, César Molina, Armando Thomae, Eduardo Periquet, trompetas; Chamaco Ángel y Fufu, percusiones; Jorge Espinoza, Julio Morales, Eduardo Lara, Mario Risitas, Mariano Oxamendi, los dos últimos cubanos, y quien esto escribe.

Diablos del Trópico, Luis Lozano Cachimba, al piano; Agapito Silva, Caravela, Samuel Escartín, trompetas; Galo Almazán, director; Carioca, Rovirosa, percusiones, y Felipe Chía, contrabajo. Estrellas de Juan Bruno Tarraza: en diferentes épocas Pepe Bustos y Viejo Luis, al piano; Alejandro Cardona, Caramelo y Lucas, trompetas; Pablo y Toño Peregrino, percusiones; Humberto Cané, contrabajo; Rafael Mora Limón El Morro, guitarra, y, por supuesto, Juan Bruno, director, compositor de Bocón, número en que le hice coro a Benny Moré.

Para ponerle el tapón al botellón, para Brendan y Matt Dillon, muchas gracias. ¡Vale!