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No hay que etiquetarla como nueva, de mujeres ni extranjera, señala Gabriela Ortiz

Se debe acabar con la segregación en la música de concierto en México

Es un gran error hacer recitales especiales sólo con obras contemporáneas; es necesario programarlas de forma regular, opinó

La compositora estrenó ayer Voltaje, con la OSM

 
Periódico La Jornada
Domingo 21 de julio de 2013, p. 2

Es imprescindible terminar con esa especie de segregación que se tiene en la música de concierto en México, urge la compositora Gabriela Ortiz, de quien la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM) presentó ayer el estreno mundial de su concierto Voltaje.

En específico, la autora y docente mexicana se refiere a la música contemporánea, en torno de la cual, considera, existen prejuicios y prácticas negativas que impiden su desarrollo, promoción y difusión.

A su parecer, resulta muy importante que las obras de reciente creación formen parte de los programas normales, cotidianos, de las orquestas nacionales, como ocurre en algunas de las más importantes agrupaciones del orbe, entre ellas la Filarmónica de Los Ángeles.

Pero eso es algo que no se hace en México, reclama en entrevista, porque entre las instituciones y los programadores prevalece la falsa idea de que la música nueva es muy difícil de entender y no atrae al público.

Uno de los grandes errores en las orquestas nacionales es hacer conciertos especiales con sólo obras contemporáneas. Un error, porque los músicos deben preparar obras que son muy difíciles y cuentan con muy poco tiempo, además de que para al público es una exigencia muy alta. Esto cambiaría y se haría algo más fresco y atractivo si se programa este tipo de piezas de manera cotidiana y regular, destaca.

A veces hay una especie de segregación hacia la música nueva. También estoy en contra de los conciertos integrados sólo por música de mujeres. Es absurdo. Lo que debe prevalecer es la calidad por sobre todas las cosas. No debe hacerse la separación de si es música nueva o escrita por mujeres o por un autores de determinadas nacionalidades o color de piel.

A partir de lo anterior, Gabriela Ortiz reconoce la labor de la Sinfónica de Minería luego de que comisionó un par de obras a sendos autores nacionales, uno es ella y el otro Javier Álvarez, para conmemorar los 35 años de su existencia, festejo que realiza en el transcurso de su actual temporada.

Celebro que se den este tipo de espacios, porque el compositor que no escucha su música no alcanza a cumplir un proceso muy importante, el de autoaprendizaje, subraya.

Es muy importante que el compositor escuche su obra porque de allí adquiere experiencia y aprende qué tipo de sonoridades y combinaciones instrumentales sonoras funcionan. Es como un chef, que consolida su oficio no sólo al cocinar, sino al probar también.

Luego de la resonancia internacional que alcanzó con su ópera Únicamente la verdad: la verdadera historia de Camelia La Texana, estrenada en México en 2010, y que en marzo pasado tuvo exitosa temporada con la Ópera de Long Beach, Gabriela Ortiz presenta ahora aquí su Concierto Voltaje, escrito para timbales y orquesta.

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Gabriela Ortiz alcanzó resonancia internacional con su ópera Únicamente la verdad: la verdadera historia de Camelia La Texana, estrenada en México en 2010Foto Roberto García Ortiz

Se trata de una obra en la cual trabajó desde hace año y medio de la mano de la reconocida percusionista mexicana Gabriela Jiménez, con quien ha montado antes otras de sus piezas y quien será la solista ahora en el estreno absoluto de dicha pieza.

Aunque las percusiones integran parte considerable del catálogo de esta artista, al ser una de sus principales vetas de creación, por el aspecto rítmico (el otro es la lírica, en especial la voz), ésta es la primera partitura que escribe para timbal y sinfónica, la cual, hasta donde se tiene noticia, se convierte asimismo en la primera obra de tal naturaleza hecha en México y una de las pocas que existen en el mundo.

El título de Voltaje hace referencia no a la electricidad, sino a la energía que hay y requiere esta pieza en y para su interpretación, según la creadora, quien aclara que en esta obra hace referencia a su concierto Candela, escrito hace 20 años.

Cada uno de sus tres movimientos alude con sus títulos a la naturaleza de los mismos. El primero, Quantum mechanics, es una especie de mecanismo que nunca para; el segundo, Campo magnético, marca la atracción que hace el solista de la orquesta o viceversa, y en el último, Dual forces, los timbales y la orquesta son dos fuerzas que interactúan al mismo nivel.

Conectar con el público

Si bien acepta que la suya es una música difícil de ser interpretada, por la precisión sobre todo en a nivel rítmico, la autora considera que es una expresión muy atractiva y agradable para los escuchas.

Para mí es muy importante la conexión con el público, porque necesito esa reciprocidad. Sí creo que la música no es para tener una partitura y mantenerla guardada en un cajón, sino para que suene. Pero necesitamos del público, si no el ciclo no se completa, rubrica.

El programa donde se estrena el concierto Voltaje incluye asimismo la obertura de El holandés errante, de Wagner, y la Séptima sinfonía de Beethoven, con el director José Areán al frente de la OSM. Este domingo el concierto será a las 12 horas, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000, CU).