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Elfego Arrroyo era atendido en el hospital Rush, luego de que su hermano hiciera huelga de hambre

Murió indocumentado guerrerense que logró un trasplante de hígado en Estados Unidos

Migrantes enfermos denuncian desinterés del consulado mexicano; nos aconseja autodeportarnos

Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Sábado 13 de julio de 2013, p. 18

Chicago, Illinois, 11 de julio.

Este martes falleció Elfego Arroyo, emigrante guerrerense que luchó contra hospitales de Chicago que no querían atender a enfermos que se encontraban en situación de ilegalidad. Su recuperación era estable después de haber logrado un trasplante de hígado en el hospital antinmigrante Rush, pero sufrió un desmayo y su corazón se paralizó.

En junio del año pasado, su hermano Lorenzo empezó una huelga de hambre que duró tres semanas, junto con otros cuatro activistas. Luchamos para que los hospitales Rush, UIC y Loyola nos incluyeran en sus listas de espera. Pero nos maltrataron y denigraron por ser indocumentados, especialmente en esta última universidad jesuita, dijo quien a su vez también necesita urgentemente un trasplante de órganos (los tres hermanos Arroyo han sufrido de la misma enfermedad hereditaria, hasta ahora incurable, llamada amiloidosis).

El pastor anglicano José S. Landaverde explicó que el año pasado solamente tenía en su parroquia ocho casos de pacientes con necesidades urgentes de trasplantes de órganos, y ahora son 40 los indocumentados mexicanos que piden por sus vidas. Los hospitales de Northwestern, de la Universidad de Chicago y Advocate Christ Medical Center no nos aceptan, dijo el líder de la Misión Nuestra Señora de Guadalupe, quien señaló que la reforma antinmigrante obamista excluirá de cualquier beneficio de salud o seguridad social a los enfermos.

Francisco, también hermano de Elfego, compara su situación como residente legal con la de sus otros dos hermanos: No me maltrataron, me diagnosticaron, me atendieron y ahora sobrevivo gracias a programas de ayuda federal. Otra hubiera sido la situación de Elfego y Lorenzo si residieran legalmente, dijo el oriundo de Rincón Chiquito, Teloloapan, estado de Guerrero.

Elfego Arroyo falleció a las 6 de la tarde, después de haber sufrido cinco ataques epilépticos. Ya se había desmayado en otras dos ocasiones. Sus hijas Fernanda, Anahí y Jennifer, todas menores de edad, viajarán a su velorio a Guerrero este domingo. Su esposa Leticia, su hermano Lorenzo y su tía Catalina, residentes indocumentados en Chicago, no podrán hacerlo.

Indaga la CNDH el caso Zenón

Los mexicanos indocumentados han perdido la esperanza de vivir. Se han resignado a las migajas de la marginación gubernamental estadunidense y al maltrato del consulado mexicano. Ante la presión de los hospitales locales, la Secretaría de Relaciones Exteriores tiene como política oficial intentar repatriarlos contra su voluntad o conocimiento, denigrándolos, mintiéndoles e intimidándolos con el alto precio de los gastos médicos hospitalarios, aseguró Jesús Vargas, líder de la coalición humanitaria CHIP.

En ese contexto, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) empezó una indagación de oficio por posibles omisiones de autoridades consulares: “Al parecer, servidores públicos del consulado de México en Chicago actuaron con negligencia en el caso de un mexicano (Zenón Santiago Hernández), a quien le retiraron los servicios de terapia intensiva que requería… lejos de proporcionar asistencia a los familiares de la víctima, los presionó para que accedieran a su repatriación”, citó el organismo que preside Raúl Plascencia Villanueva en un comunicado del pasado 19 de junio.

Me comprometo a realizar una investigación al respecto y a tener una actitud más honesta, abierta y amable con todas las partes agraviadas, resumió el cónsul general de Chicago, Carlos Jiménez Macías, el pasado 17 de junio. A la fecha, el consulado mantiene una política de desinterés absoluto, acusan activistas locales. El departamento de prensa no ha desmentido las acusaciones de corrupción e insensibilidad humana en su contra que se han difundido en medios de Chicago, Los Ángeles y otras urbes de este país.

Las acusaciones contra el consulado por falta de liderazgo son constantes. Hay enfermos que señalan que les dan un trato ineficiente e insensible, además de ofrecerles 300 dólares de ayuda para que se autodeporten. Uno de esos 40 casos es el de Isidro Solís, quien arribó hace 21 años a Grand Rapids, Michigan, y tiene siete hijos: “Necesito urgentemente un trasplante de hígado. No puedo mantener a mis hijos; mi esposa está encerrada en la casa atendiendo a los bebés y tampoco puede trabajar. El consulado de Chicago me dio una opción: 300 dólares y que te atiendan allá… y te regresas a Estados Unidos como puedas”, lamentó el mexiquense.

Me mintió el hospital

Jorge Mariscal señala: “Recibí diálisis por siete años; cuando era menor aplicaba para el programa de All kids care y pude haber recibido un trasplante de riñón, pero el hospital me mintió. Aquí nuestro crimen es la ignorancia, pero la propuesta del consulado de autodeportarme, y de desinformarme, es irracional”, dijo el joven tapatío que llegó a Estados Unidos al año de haber nacido. Marisol Hernández y Blanca Gómez han preferido no acudir al consulado a pesar de estar en una fase crítica de su enfermedad.

La cónsul de protección, Ioana Navarrete, aceptó que el Centro Médico Advocate Christ repatrió en 2010 al oaxaqueño Quelino Ojeda sin conocimiento del consulado. Tres años después, la administración que heredaron Eduardo Arnal y posteriormente Agustín Rodríguez de la Gala no han podido responder con qué documentación las aduanas dejaron entrar a México el helicóptero que transportó al connacional ahora fallecido.