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José Álvarez presentó Canícula, que se estrenará el viernes en la Cineteca y salas alternas

Los totonacas son tan sonrientes y musicales que sólo tuve que poner la cámara

Mi trabajo fue estructurar un diálogo con ellos, que permitiera registrar la acción; quería mostrar ese tesoro y nos ganó la parte estética del trabajo en su comunidad, afirma

Foto
Un fotograma del documentalFoto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Miércoles 10 de julio de 2013, p. 9

Canícula, documental dirigido por José Álvarez, que aborda la vida cotidiana de una comunidad totonaca, se estrenará el próximo viernes en la Cineteca Nacional y otras salas alternas de la ciudad, como foro El Bicho, The Movie Company, La Casa del Cine, Cine Tonalá y Cinemanía.

En conferencia de prensa el director dijo: Quisimos estrenar de esta manera, porque hemos esperado desde enero a que nos den fecha de estreno en salas comerciales. Así que optamos con la distribuidora Mantarraya hacer este circuito; prefiero estas salas que estrenar en Cinépolis, adonde no vaya nadie o que me den salas muy retiradas. Prefiero la promoción de boca en boca, a ver cuánta gente llega a verla. Es un circuito alternativo pero importante.

En Canícula José Álvarez se concentró en dos actividades de la vida de la comunidad Santa Cruz Zapotal, Papantla, Veracruz: la cerámica producida por un grupo de mujeres calificadas, un taller dirigido por Hermelinda Santes, y la enseñanza del ritual de los voladores a niños totonacos en la escuela dirigida por el maestro Esteban González.

El documental se presentó en 2011 en el Festival Internacional de Cine de Morelia; desde ese tiempo ha participado en 30 festivales alrededor del mundo. Según el director, en este periplo ha sido muy bien recibida, ganó algunos premios importantes como el Fipresci, del Festival de Salónica; el Signis, del Festival de Toulouse, Francia; el del jurado, del Festival Riviera Maya, y el galardón a mejor director Cinema Tropical NY.

El cinerrealizador también informó que después de estrenarse en la ciudad de México, Canícula se proyectará en 15 ciudades del interior de la República Mexicana, como Pachuca, Saltillo, Tijuana, Guadalajara, Toluca, Monterrey, Veracruz, Zacatecas y Mérida, entre otras.

Recordó: Cuando se estrenó la película en Morelia llevamos a todos los niños voladores y al grupo de alfareras totonacas que aparecen en el documental; fue muy emotivo, porque Mario García, uno de los pequeños, nunca había estado en una sala de cine. Cuando se vio, lloró y nos contagió; todos comenzamos a llorar.

Álvarez comentó: “Durante el rodaje compartimos muchas imágenes con los personajes, lo que permitió que Canícula se armara de la forma como quedó filmada, muchas de las cosas que aparecen fueron provocadas por ellos mismos; por ejemplo, la escena de Hermelinda bañándose la propuso ella. Nos dijo: ‘vamos al río donde me bañaba mi abuela’. El hecho de que ellos estuvieran permanentemente viendo las imágenes que filmábamos ayudó a que se integraran de manera muy práctica y le dio forma”.

El también locutor radiofónico develó cómo se encontró con esta historia: Una fundación me contrató para registrar el ancestral trabajo de las alfareras totonacas; unos meses antes de que iniciáramos el rodaje, en enero de 2011, fuimos a conocerlas pero a partir de esa filmación, me di cuenta de que no únicamente existían ellas, que con su trabajo les ha permitido vivir dignamente, organizar talleres entre su comunidad y ser reconocidas internacionalmente... cuando fuimos también nos encontramos con un niño que nos contó que iba a una escuela de voladores y, efectivamente, llegamos a filmar cuando estaban tomando una clase. Así que lo que iba a ser un trabajo sobre el proceso creativo de la alfareras se convirtió en una película en la que involucramos a los niños voladores. Estas dos historias como eje principal llegaron a ser un largometraje.

Tal como son

José Álvarez también comentó: El ciento por ciento de la película está hecha por ellos, nosotros no provocamos en ningún momento ninguna situación. No lo hicimos no porque no quisiéramos, sino porque no era necesario. La comunidad totonaca donde filmamos está totalmente abierta al mundo; le gusta participar en muchas actividades como las del Parque Temático Takilhsukut y la zona arqueológica de El Tajín. En la película ellos aparecen tal cual hacen su vida, el ciento por ciento de las escenas de la cinta está hechas de manera natural por ellos... Además el colorido, la música, la selva, la luz de la zona del Totonacapan son tan cinematográficas que no se necesita colocar absolutamente nada.

Y remarca: La cultura totonaca es tan abierta, pintoresca, bella, sonriente, musical que basta poner una cámara para que las cosas salgan. Mi trabajo en toda la película fue estructurar un diálogo con ellos, que permitiera registrar la acción. Lo que queríamos mostrar era ese tesoro, nos ganó la parte estética del trabajo en su comunidad.

Después de la corrida de Canícula, se pondrán a la venta el devedé y el soundtrack, aunque en la pasada Cumbre Tajín se lanzó un tiraje de 5 mil unidades que fue entregado a los integrantes de la comunidad totonaca.