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Exponentes italianos en Festival de Arte Vivo

Libertad de improvisar, diferencia entre tango clásico y contemporáneo

Ambos no dejan de ser música maravillosa que llega a la sangre, señala Cesare Chiacchiaretta

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Lo más electrizante y sutil de la velada llegó cuando Cesare Chiacchiaretta (izquierda) y Giampaolo Bandini interpretaron una serie de piezas de Astor PiazzollaFoto Prometeo Lucero
 
Periódico La Jornada
Lunes 8 de julio de 2013, p. a10

La libertad de improvisar es la principal diferencia entre el tango clásico y el contemporáneo, según el bandoneonista Cesare Chiacchiaretta, quien al lado del guitarrista Giampaolo Bandini, ambos de Italia, ofreció un intenso y refinado recital la noche del sábado como parte del primer Festival de Arte Vivo.

El tango es una música sin límites, pasión, un encuentro con lo inesperado, definió Chiacchiaretta, entrevistado al término de la presentación. La única diferencia entre el clásico y el contemporáneo es que el primero es más libre, está abierto a la improvisación, mientras el segundo es más estricto, todo está escrito en las partituras. Sin embargo, ambos no dejan de ser música maravillosa que llega a la sangre.

Y, precisamente, eso último, una atmósfera de exaltación y gozo, fue lo que el dúo europeo suscitó entre la audiencia que llenó el Teatro Firenze de la recientemente inaugurada sección mexicana de la Academia de Arte de Florencia, organizadora del festival.

Guitarra y bandoneón, los más emblemáticos instrumentos de ese pasional género, dieron cuenta lo mismo de obras clásicas del repertorio, como Gallo ciego, de Agustín Bardí, y El Choclo, de Ángel Villoldo, que piezas de reciente creación dedicadas a ese par de músicos, entre ellas Elogio alla consonanza y Nubes de Buenos Aires, de Saverio Rapezzi y Máximo Diego Pujol, de forma respectiva.

Poco más de 90 minutos durante los que dicha mancuerna de intérpretes caló con su quehacer en los más viscerales y sublimes resquicios del alma humana para seducirla y enervarla. Conmoverla.

Lo más electrizante y sutil de la velada llegó, sin embargo, de la mano de una serie de piezas del grande Astor Piazzolla, figura revolucionaria e imprescindible de y para el tango, a cuya memoria y música el dúo Bandini-Chiacchiaretta debe su integración, hace 11 años.

Adiós nonino, Invierno Porteño, Muerte del ángel, Oblivión y la imprescindible Libertango determinaron el ánimo de la audiencia y la noche con sus acentuadas oscilaciones emocionales, que van de la apacibilidad a la furia, del recato a la desfachatez, de los sentimientos inasibles y recatados a lo más sensual y atrevido del amor carnal.

Obras, las de Piazzolla, en las que guitarra y bandoneón, lo mismo que sus ejecutantes, se funden y se confunden en un solo ente que se atrae y se repele, que baila y se extasía, que dialoga y calla, que vibra y flota.

El público, emocionado, quería más, y así se lo hizo saber al dueto con estridentes ovaciones, las cuales fueron atendidas por los músicos italianos con una serie de tres encores.

Fue así, en el clímax, que concluyó la primera visita de Bandini-Chiacchiaretta a la ciudad de México; las siguiente escalas los llevarán a Taxco, Guerrero, y Saltillo, Coahuila. En tanto, el primer Festival Arte Vivo en la Academia de Arte de Florencia continuará con sus actividades, entre danza, teatro y música, hasta el 28 de julio. Detalles de la programación, en la página web de la academia (Río Magdalena 116, colonia La Otra Banda, delegación Álvaro Obregón).