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El presidente reitera que no dimitirá, pide a militares retirar ultimátum y llama al diálogo

El ejército de Egipto proyecta suspender la Constitución

Disolver el Parlamento e instalar un consejo interino, plantean fuerzas armadas en su mapa de ruta

Imparables, las protestas se saldan con más de 20 muertos y unos 200 lesionados en todo el país

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Simpatizantes del mandatario (izquierda) se movilizaron ayer frente a la Universidad de El Cairo, en el barrio Nasr City y frente a la mezquita Rabia el AdawiyaFoto Reuters
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Por su parte, los opositores nuevamente se manifestaron en la plaza Tahrir y frente al palacio presidencial, así como en otras ciudadesFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de julio de 2013, p. 27

El Cairo, 2 de julio.

El presidente de Egipto, Mohamed Mursi, rechazó esta noche dimitir, como reclama la oposición, y reafirmó la legitimidad de su cargo, al recordar que llegó al poder mediante elecciones democráticas. A lo largo de la jornada continuaron las manifestaciones masivas en demanda de que deje el poder, las cuales se saldaron con más de 20 muertos y unos 200 heridos.

En un discurso televisado, el gobernante expresó que sólo la legalidad constitucional garantizará que no se produzca un conflicto civil. Soy el presidente de Egipto, el que representa a todos los egipcios, sostuvo Mursi, quien se declaró dispuesto a dar su vida por defender la legitimidad.

Un día después de que las fuerzas armadas lanzaron un ultimátum al gobernante para que atienda las demandas de la población a más tardar este miércoles, Mursi atribuyó los problemas sociales y económicos a la corrupción y a miembros del antiguo gobierno de Hosni Mubarak, obligado a renunciar tras multitudinarias protestas en febrero de 2111. Los remanentes del viejo régimen se aprovechan de la ira de la juventud para sus objetivos. Este viejo grupo criminal no quiere la democracia, sólo sembrar caos y violencia, destacó.

Tras admitir defectos en su gobierno hizo un llamado al diálogo y prometió emprender medidas para alcanzar consenso con los opositores, incluido el remplazo del gabinete.

Antes, en su cuenta de Twitter, llamó al ejército a retirar su ultimátum, lanzado el lunes para hallar una conciliación, y rechazó cualquier imposición, ya sea que venga de Egipto o del extranjero.

En un comunicado emitido el lunes, el jefe del ejército y ministro de Defensa, Abdel Fatah Sisi, pidió a Mursi acordar en 48 horas compartir el poder con otras fuerzas políticas o de otra forma los militares fijarían su propio mapa de ruta para el futuro del país.

De acuerdo con un borrador de dicho mapa, las fuerzas armadas suspenderían la Constitución y disolverían el Parlamento. Se instalaría un consejo interino, compuesto en su mayoría por civiles de diferentes grupos políticos y tecnócratas, para que gobernara el país hasta que se tuviera lista una enmienda a la Constitución.

A ello seguiría una nueva elección presidencial, mientras los comicios parlamentarios serían demorados hasta que entraran en vigor estrictas condiciones para la selección de candidatos, indicaron fuentes militares a la agencia Reuters.

Las fuentes aclararon que los acuerdos sobre el periodo de transición serían completamente diferentes al régimen militar que siguió a la caída de Mubarak, en 2011. En ese momento, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas mantuvo el poder, pero fue criticado por políticos liberales y de izquierda por no implementar reformas económicas y políticas, y por inclinarse por la islamita Hermandad Musulmana, la cual llevó a Mursi a ganar los comicios.

El presidente se reunió por segundo día consecutivo con Sisi y el ministro del Interior, Hicham Kandil, con el fin de abordar la crisis política que sacude al país, según fuentes militares, las cuales no aportaron detalles del encuentro.

Este día, a las 15 horas, se cumplió el ultimátum lanzado por la oposición –integrada por el Frente de Salvación Nacional, el movimiento Tamarod (rebelde, en árabe) y la Coalición 30 de Junio–, que nombró a su portavoz, el premio Nobel de la Paz Mohamed El Baradei, como su representante con vistas a una transición política.

Los opositores a Mursi continúan manifestándose no sólo en la emblemática plaza Tahrir, sino en varias ciudades del país, como Alejandría, Benha, Mansoura y Giza, donde siete personas murieron y 72 resultaron heridas en choques con simpatizantes de Mursi.

Aquí, en El Cairo, cientos de miles de personas se concentraron en la plaza Tahrir y frente al palacio de gobierno de Ittihadya. En las inmediaciones de la Universidad de El Cairo choques entre partidarios de Mursi y la policía se saldaron con 16 muertos y unos 200 lesionados. Decenas de miles de partidarios del presidente seguían reunidos en el barrio Nasr City y frente a la Universidad de El Cairo. Despierta Sisi, Mursi es mi presidente, coreaba la multitud.

Uno de los líderes de la Hermandad Musulmana, de la cual procede el Partido Libertad y Justicia de Mursi, pidió a los egipcios estar dispuestos a sacrificar sus vidas para prevenir un golpe de Estado e instó a sus miembros a llenar las plazas y calles de Egipto para proteger al mandatario de la ilegalidad constitucional.

Frente a la Universidad de El Cairo, las fuerzas de seguridad se enfrentaron contra seguidores del mandatario y usaron bombas de gas lacrimógeno para dispersarlos, dejando decenas de lesionados.

Mursi ha sido abandonado por seis ministros, entre ellos el de Exterior, y los portavoces de la presidencia y el gobierno. Además sufrió un golpe jurídico luego de que la justicia ordenó la reintegración del fiscal general Abdel Meguid Mahmud, nombrado en la era de Mubarak y destituido por el actual jefe de Estado.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llamó a Mursi para expresarle su preocupación por el agravamiento de la crisis en Egipto, la cual, comentó, se puede solucionar mediante el diálogo. Solicitó a Mursi asegurarse de que las voces de todos los egipcios sean escuchadas y representadas por su gobierno, incluyendo la de los egipcios que se manifiestan en todo el país, afirmó la Casa Blanca.