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Monta varias exposiciones por el centenario luctuoso del grabador e ilustrador

El Faro Tláhuac cumple siete años y se suma al homenaje nacional a Posada

El artista Demián Flores propuso parafrasear obras conocidas del creador de La Catrina

 
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de julio de 2013, p. 8

La Fábrica de Artes y Oficios (Faro) Tláhuac celebra su séptimo aniversario con varias exposiciones en homenaje a José Guadalupe Posada, por su centenario luctuoso.

Una muestra es Posada alterado, derivada del taller-clínica de gráfica contemporánea que impartió el artista Demián Flores, cuyos 15 trabajos se exhiben en el Palacio de la Autonomía (calle Primo Verdad 2, Centro Histórico). La carpeta de grabados resultante fue presentada en el Museo Nacional de la Estampa.

El Faro Tláhuac cuenta con un taller de grabado que trabaja desde hace varios años. Con motivo del tributo nacional a Posada, Flores fue invitado a dar un curso de una semana para lo cual se abrió una convocatoria pública por lo cual pudieran acceder las personas interesadas.

Llegaron más de 20 jóvenes procedentes de diferentes lugares de la ciudad, aparte de los alumnos habituales del taller, expresa Demián Flores en entrevista. El taller se inició con una plática a modo de una revisión histórica y teórica que dieron el promotor cultural Samuel Meneses y el artista.

Nuevas interpretaciones

Flores propuso parafrasear imágenes conocidas de Posada con la finalidad de articular nuevas interpretaciones que tuvieran que ver con nuestra propia realidad.

El trabajo se hizo con base en la técnica de la xilografía, uno de los medios más tradicionales. Primero, se elaboró un banco de imágenes de la obra de Posada al fotocopiar esos libros que todos conocemos, cuyos referentes fueron intercambiados, recortados, yuxtapuestos y modificados, a la vez que mezclados con signos de otras fuentes llevados por los propios jóvenes, provenientes de revistas, imágenes publicitarias, incluso dibujos personales. Todo esto se fundió hasta llegar a una imagen primera: el resultado justo de este ejercicio. Después se tradujo a la madera, primero, a nivel técnico al pasar la imagen y después ya el dibujo lo abrimos a que el grabado propusiera su propia dinámica como de hechura”.

Los temas abordados incluyeron una pieza titulada Iztapa-Ladra, una sátira sobre los perros que presuntamente atacaron y quitaron la vida a varias personas en el Cerro de la Estrella. Esto, vinculado con las imágenes de Posada como una especie de nota roja. Hubo talleristas que casi eliminaron de sus argumentos visuales todo este barroquismo que Posada tiene, hasta llegar a imágenes mínimas o puras, y dejando que el grabado correspondiera a sus propias características.

El entrevistado también participa en la carpeta con un grabado, en el que retomó la imagen de Posada llamada el culebrón, que es la cara de un hombre que tiene cuerpo de serpiente entrelazada.

“Me encanta –prosigue Demián Flores–, porque me relaciona con toda la imaginería prehispánica –Posada es el primero que lo empieza a recuperar–, a la vez con la idea del enredo político y social. Era una imagen que seguramente en algún momento encabezó alguna noticia”.

Flores no sólo intervino la imagen, sino que dejó que todos sus alumnos incidieran sobre ella, de modo que es un grabado colectivo.