El eminente pianista francés Pascal Rogé y su esposa, Ami Rogé, iniciaron a sala llena y en medio de aclamaciones, la tarde del domingo en la Sala Nezahualcóyotl, su esperada serie de cuatro conciertos, el segundo de los cuales ocurrirá este jueves 27 en la misma sala, con un recital a cuatro manos.

Ronald Zollman a la batuta y sobre el escenario una orquesta de jóvenes que suena mejor que muchas orquestas de profesionales: la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata (OJUEM), que inició el programa del domingo con un Mozart transparente, alegre y vital.

Toda la primera parte de la obertura a Don Giovanni sonó exquisitamente mozartiana y todo transcurrió con musicalidad y belleza tal, que Ronald Zollman de plano se soltó el pelo y ambos, el director y la joven orquesta, se dieron el lujo de ofrecer una versión de Mozart, en lugar de una lectura de Mozart, que es lo habitual y con lo que se conforman muchos directores y muchas orquestas.

Enseguida, apareció el matrimonio Rogé en escena.

Si de por sí los rituales de conciertos contienen un dejo de magia, entre la fascinación y lo solemne, la presencia de estos dos solistas fue finamente singular, pues ambos entraron a escena tomados de la mano y se sentaron uno frente al otro, para continuar su unión, ahora a través de sus pianos respectivos.

El Concierto para dos pianos en re menor, de Francis Poulenc, sonó entonces portentoso. Todos los matices, los detalles, la dificultad técnica extrema que plantea la partitura, el paisaje sonoro completo, se escandió por la sala entera, para deleite de los muchos jóvenes, amas de casa, niños, ah, y melómanos que atiborramos la Sala Nezahualcóyotl. Maravilla.

Esa sesión de la OJUEM, bajo la batuta huésped de Ronald Zollman, culminó con la Primera Sinfonía de Mendelssohn.

El jueves, acontecimiento único

La siguiente aparición en la Sala Nezahualcóyotl del matrimonio de pianistas Rogé ocurrirá la noche del jueves, en uno de esos acontecimientos únicos, que nadie debe perderse, pues el programa ofrece atractivos irresistibles:

Pascal Rogé pondrá en vida las Seis improvisaciones de Poulenc y la Suite Bergamasque, de Debussy, al principio y al final del programa.

Juntos, Pascal y Ami harán sonar la legendaria Sonata para dos pianos de Poulenc, la Rapsodia española en versión para cuatro manos, de Ravel, y El mar, de Debussy, en un arreglo para dos pianos realizado por ellos mismos.

Después de ese recital de antología, el próximo sábado por la noche, con repetición al mediodía del domingo, siempre en la Sala Nezahualcóyotl, Pascal Rogé será solista con la Ofunam, dirigida por Ronald Zollman, en lo que será el último concierto de la temporada, con dos monumentos: el Concierto en fa, de Gershwin y el Concierto en sol, de Ravel. La sesión iniciará con el estreno en México de la Danza petrificada, del compositor inglés Bernard Rands.

La presencia en México de Pascal Rogé es un acontecimiento. El año pasado fue también solista de la Ofunam con el Concierto para la mano izquierda, de Ravel. Cuando regaló, a manera de encore, un delicioso Menuet, también de Ravel, hizo una broma al público: mostró su mano derecha como diciendo: ah, pero sí tengo mano derecha.

La discografía de Pascal Rogé es apabullante. Sus grabaciones más recientes las ha hecho con su esposa: Wedding Cake, que ellos describen como un disco amoroso hecho con dos pianos, dos corazones y cuatro manos y que contiene obras de Fauré (Dolly), Dukas (El aprendiz de brujo), Paul Chihara (Amy) y una versión deliciosa de La Valse, de Ravel, para cuatro manos.

Otros de los discos nuevos del matrimonio Rogé contienen, uno, el Concierto para dos pianos, de Poulenc, que interpretaron en vivo el domingo y el arreglo que ellos hicieron de El mar, de Debussy, para dos pianos, donde, a decir de Ami, podemos ver las olas y percibir el aroma del mar.

Pascal Rogé grabó toda la obra para teclas de Poulenc y también la de Debussy. Entre los tesoros que ha registrado en disco está el maravilloso compacto titulado Crystal Dream, donde entrepierna las obras sensuales y oníricas de Erik Satie con las partituras igualmente delicadas y plenas de ensoñación del compositor japonés Takashi Yoshimatsu.

Pascal y Ami Rogé en vivo, en México, Sala Nezahualcóyotl. Privilegio.