Sociedad y Justicia
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El calentamiento global involucra más a Estados Unidos y China, aseveran

México debe abocarse a resolver sus propios problemas ambientales: investigadores

Científicos del IPN y la UAM trabajan en áreas afectadas de Yucatán, Oaxaca y Michoacán

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La deforestación, las variaciones en las lluvias y el exceso de población han influido en las bajas del nivel de agua en el lago de Pátzcuaro, afirma Isabel Quintas Pereira, especialista de la UAMFoto La Jornada
 
Periódico La Jornada
Domingo 9 de junio de 2013, p. 37

En lugar de que México se oriente hacia el combate al calentamiento global –al que contribuye en escala menor en comparación con Estados Unidos y China, que generan la mayor parte de los gases de efecto invernadero–, debería enfocar la política ambiental en la investigación y solución de muchos problemas locales, específicos.

En lo anterior coinciden investigadores de tres casos de emergencia ecológica en el país: la destrucción de los arrecifes y manglares de la península de Yucatán; la desforestación, erosión y migración en un pueblo de Oaxaca, y la baja del nivel de agua en el lago de Pátzcuaro.

Desde la Unidad Mérida del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) y como parte de un grupo de trabajo, Ernesto Arias González, biólogo y oceanólogo con especialidad en ecología marina, estudia actualmente la vinculación entre los arrecifes coralinos y los manglares de las lagunas costeras de la península de Yucatán, en particular en el área del Caribe mexicano.

Arrecifes afectados

Descubrimos que los arrecifes coralinos asociados a los manglares pueden producir de dos a seis veces más biomasa de peces que los no asociados. Sin embargo, ambos están afectados por el turismo y los desarrollos urbanos generados en los años 70, con el surgimiento de Cancún, y ahora abarcan la Riviera y por la Costa Maya, donde se ubican Majahual y la segunda barrera de arrecifes más grande del mundo.

Estos desarrollos implican llegada masiva de turistas, crecimiento de las ciudades, construcción de muelles, generación de basura y aguas negras, destrucción de la selva y construcción de hoteles, restaurantes, comercios y zonas de vivienda en playas y manglares.

Como se ha edificado sobre las dunas –depósitos de arena que genera y lleva el mar a las orillas–, las olas se las vuelven a llevar, lo que provoca erosión, por lo que ahora el gobierno federal tiene que gastar millones de dólares para rehacer las playas. Parte de la arena también se deposita en los arrecifes, que resultan altamente impactados.

Al arrasarse los manglares se afecta otro refugio de vida acuática y zona de pesca, que además protege la costa de los huracanes como también lo hacen los arrecifes. Otro error, agrega Arias, es que se limpian las playas de pastos marinos porque a los turistas no les gusta pisarlos. Se destruye así un escondite natural de peces pequeños que intentan desarrollarse alejados de otros más grandes y se liberan sedimentos marinos (arena suelta), los cuales se asientan en los arrecifes y los matan.

Miguel Alvarado, del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), trabaja con un equipo en un diagnóstico ambiental y el diseño de un programa de desarrollo sustentable en el municipio de Asunción Nochixtlán, Oaxaca, el cual buscará aplicarse con habitantes y autoridades locales.

Desde hace al menos 30 años hay ahí tres problemas muy severos: la erosión de suelos, la desforestación por tala inmoderada y la migración de la fauna, lo que provoca otro desplazamiento, el de sus habitantes, debido a la pobreza y la falta de empleo.

Problemas locales como estos, dice Alvarado, influyen en el cambio climático, pues la deforestación y la erosión de suelos significan la pérdida de un reservorio del bióxido de carbono. Al resolverlas, en cambio, se combate el calentamiento global.

Isabel Quintas Pereira, especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana, afirma que el lago de Pátzcuaro ha sufrido bajas en el nivel de agua –aunque luego ha vuelto a recuperarlo–, quizá por variaciones en las lluvias, la desforestación y el exceso de población.

La baja del nivel afecta la vida acuática y, además, las especies extrañas introducidas liquidan a las nativas. La disminución de agua también genera problemas socioeconómicos que afectan a pescadores, agricultores y al turismo, finalizó Quintas.