Opinión
Ver día anteriorJueves 6 de junio de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

La Zona Rosa y Tepito

Rescate urgente

Operativo en Milpa Alta

E

n el misterioso asunto de los desparaecidos del bar Heaven las autoridades tendrán que atender, sin duda, las dos puntas que salen de esa muy enredada madeja.

Y es que aquí se conjugaron los casos de un par de lugares, la Zona Rosa y Tepito, donde la regla es, aún ahora: que cada quien haga lo que le dé la gana.

Es muy probable que lo más urgente sea atender la llamada Zona Rosa. No vale la pena insistir en todas las anomalías que se dan en ese lugar, pero sí es necesario advertir que, en caso de que no se dé un giro a buena parte de lo que allí sucede, el fenómeno de los desparecidos, aún sin resolver, es decir, un extremo de la ilegalidad, se repetirá con consecuencias tan o más graves que las que tienen ahora más que preocupados al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, y a los titulares de las dependencias policiaca y de procuración de justicia del Distrito Federal.

Por más policías y cámaras que se instalen en esa parte de la colonia Juárez, si de lo que se habla es de una acción del crimen organizado, nada los detendrá, y es que estamos hablando de un lugar en donde casi todos sus habitantes, cansados de levantar denuncias sin que nadie los atienda, han emigrado y las casonas y los departamentos han sido ocupados por oficinas y lugares de diversión.

Entonces, se podría afirmar que la fuerza vecinal, tan activa en otros lugares de la ciudad, en la Zona Rosa prácticamente no existe. Quienes reclaman y exigen son los comerciantes, que no están dispuestos a perder la mina de oro que significa esa porción del DF ligada al Paseo de la Reforma.

Allí se vende y se compra casi todo, y casi todo está adulterado. Lo sabe todo el mundo. Así que no es posible que las autoridades no estén al corriente de lo cotidiano ilegal que se vive la Zona Rosa. Echar del barrio a los comerciantes que se apoderaron del lugar para explotarlo como zona de exclusión y repoblarlo tendría que ser el remedio para liberar a la ciudad de un foco de constante peligro.

En Tepito, el otro lugar donde la ley se lleva en la cartera, parece que el comercio tiene algunos límites. Por eso los jóvenes de ese barrio ya han elegido la Zona Rosa como su lugar preferido para salir de farra. Las acciones que se han tomado para tratar de frenar el comercio ilegal, también de casi todo, por las autoridades del gobierno central, han fracasado, y el problema, que lanza estallidos de baja intensidad, hasta ahora, en cualquier momento puede reventar.

Así pues, el rescate de los espacios urbanos, en estos dos lugares, que tanto se ha cacareado, podría significar un éxito para el gobierno de Miguel Ángel Mancera, de lo contrario...

De pasadita

Y si de poner orden se trata, el mandatario capitalino demostró ayer que sí se puede lograr. El operativo en Milpa Alta –convertida en gran aserradero clandestino– llevó a cientos de policías y autoridades a la zona boscosa de esa delegación, donde se estaba cometiendo un crimen contra el medio ambiente.

Lo malo del caso es que los taladores no son más que campesinos empobrecidos que no tienen más remedio que cortar troncos para subsistir, y en caso de que no se les dé una alternativa de empleo, dentro de muy poco tiempo la tala clandestina volverá a surgir como único remedio a su creciente pobreza.

A todo esto vale preguntar ¿quiénes eran los hombres armados que bloqueaban los accesos al bosque? Porque lo que sí está claro es que las denuncias de los pobladores eran precisamente por eso, y la gente empobrecida que hallaron ayer las autoridades del GDF no tienen para comprar armas que intimiden. ¡Aguas!