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Protesta porque un juez le negó el derecho a asistir a audiencia sobre su libertad condicional

María Ailiojina, de Pussy Riot, se declara en huelga de hambre en la cárcel

Abogada pide considerar el diagnóstico de su hijo que sufre un trauma por falta de cariño maternal

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María Ailiojina, en imagen de archivo, cumple dos años de cárcel por cantar en la catedral de Cristo Redentor de Moscú una plegaria contra PutinFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 23 de mayo de 2013, p. 25

Moscú, 22 de mayo.

Desde el centro de reclusión 28 de la región de Perm, en los Urales, frontera con Siberia, donde cumple condena por haber cantado una oración punk contra el presidente Vladimir Putin, María Aliojina, integrante del grupo Pussy Riot, se declaró este miércoles en huelga de hambre.

Protestó de este modo contra el juez Mijail Shagalov que le negó el derecho de asistir a la sesión en que se decidirá si procede o no otorgarle la libertad condicional.

Es claro que Aliojina no podrá salir de la prisión hasta que cumpla su condena de dos años y, por eso, al considerar mero trámite la audiencia, el juez de la corte municipal de Berezniki, la más cercana a la cárcel donde está recluida la activista de Pussy Riot, dispuso que la joven compareciera por videoconferencia.

Madre de un niño pequeño, Aliojina pidió sin éxito revocar al juez Shagalov por tener una actitud preconcebida contra ella. Después rechazó participar a distancia y prohibió a sus abogados tomar parte en la audiencia hasta que me lleven a la corte, por lo cual el juez resolvió aplazar a este jueves la sesión.

Antes de que se anunciara el receso, la abogada Irina Jrunova argumentó por qué debía concederse a Aliojina el beneficio de la libertad condicional. Entre otros documentos, presentó un estudio sicológico que concluye que el niño sufre un trauma al faltarle el cariño de su madre.

Asimismo, Jrunova pidió al juez tomar en cuenta 17 cartas de personalidades de la cultura, tanto de Rusia como de otros países, que piden la libertad de Aliojina.

Son misivas, por citar sólo algunas, que llevan la firma del periodista Leonid Parfionov, de la conductora de televisión Svetlana Sorokina, de la escritora María Arbatova, de la política Irina Hakamada e incluso de un sacerdote ortodoxo, el cual no aprueba la acción de Pussy Riot, pero pide clemencia para las jóvenes.

Entre las personas que enviaron cartas en favor de Aliojina, hay figuras de talla mundial como Peter Gabriel y Patti Smith, subrayó Jrunova.

Pero no cabe esperar este jueves sorpresas –como ha pasado invariablemente con las solicitudes anteriores tanto de Aliojina, como de su compañera de grupo, Nadezhda Tolokonnikova, encarcelada en Mordovia– y, por tanto, puede anticiparse que le será denegada la libertad condicional, bajo cualquier pretexto.

Desde el punto de vista formal es muy importante la opinión del director del centro de reclusión de Perm. Éste, como era de suponer, se mostró ya en contra de la libertad condicional para Aliojina, alegando su mal comportamiento y la violación del reglamento carcelario, es decir, levantarse unos minutos tarde en dos ocasiones y otras faltas igualmente ridículas.

Tanto Aliojina como Tolokonnikova se declaran inocentes y reiteran que su performance en el altar mayor de la catedral de Cristo Redentor de Moscú, el principal templo de la mayoritaria Iglesia Ortodoxa Rusa, tenía un evidente propósito político y no pretendía herir los sentimientos religiosos de los creyentes.

El presidente Putin, en cambio, está convencido de que la irreverentes muchachas, cuyo pecado fue pedir a la Virgen María que no permitiera la vuelta al Kremlin del gobernante, merecen estar entre rejas hasta el último día de su condena.