Opinión
Ver día anteriorLunes 13 de mayo de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Melón

Amat, el tresero

H

ay cosas que no puedo resistir y una de ellas es cuando escucho un buen conjunto. Recibí dos compactos, que simple y sencillamente me tienen en el columpio. Hacía mucho tiempo que no oía algo con tanto sabor. Sin ofender, lo que estoy escuchando no es salsa monga, salsa brava, y no creo que puedan bailarlo los que quieren dormir al velador con la salsa en línea porque esto es lo verdadero: es son cubano de altísima calidad, interpretado por Pancho Amat y su Cabildo del Son.

A Pancho Amat lo conocí en una visita a México, como integrante del grupo Adalberto y su Son, pero la primera vez que lo escuché fue en una grabación del Conjunto Manguaré que también estaba por la maceta. El contador Murillet me invitó a una comida en la que el señor Amat era el invitado de honor y así tuve el gusto de decirle ¡quihúbole!, y enterarme de un poco de su trayectoria.

Monina, estos discos los puede conseguir con mi ñero Miguel en Motolinía, cerca de 5 de mayo, en el Centro. No me diga que no se lo recomendé. Esto es para soneros y espero que los salseros que lleguen a escuchar estas joyas “cambien los palos pa’ rumba”, que esto es para gozar de verdura.

Por desgracia, hace mucho que me resigné a regalarles mi ausencia. Lo que he podido escuchar en el medio sonero nacional sencillamente no me gusta; desde luego, con honrosas excepciones, creo que son dos y no digo nombres porque las cosas cambian de la noche a la mañana. Deseo fervientemente que tanto Luis Frank como Pancho Amat y su Cabildo del Son me sigan regalando su calidad. Si usted, monina, se adhiere, bienvenido, pues le aseguro no se va a arrepentir.

Hace tiempo, querido asere, le dije que no me interesa saber quién es el mejor; lo que me importa es escuchar muchos buenos, como en el pasado, y deseo que en un futuro lo pueda disfrutar antes de cantar El manicero.

Voy a recomendarle, mi enkobio, el cidí La rumba soy yo, con los All Stars de la Rumba Cubana. Otra grabación que según mi punto de vista y gusto muy particular no es sólo buena, sino magnífica y auténtica. En este disco hay una grabación de Xiomara en una versión diferente a la de Irakere, pero con calidad, así como Soy la rumba, que grabaron Luis Ramírez, Papo Lucca y Peret. También viene Magdalena; todas con un sabor de bala.

Foto
Pancho Amat
Foto jazzendominicana.blogspot.com

Volviendo a Pancho Amat, Un son para Canarias no tiene desperdicio; en fin, nada del cidí. Créame, bonkó, esto para mí es bocado de cardenal. Si a usted le gusta el son cubano cuando llegue al Tresero, estoy seguro de que le hará caso al montuno. ¡Disfrútelo! Se vale bailar y recuerde que en Manzanillo se baila el son en calzoncillo y en camisón. También tendrá una interpretación del Jamaiquino, muy original y sabrosa, con un detalle del Guayabero muy bien colocado. El cantor, según mi punto de vista, muy bueno, pero todos los cantores, porque intervienen varios. El trompetista con sabor e ideas propias y del señor Amat, ni qué decir más que ahí quedó eso. Me hace decirle al Cabildo del son felicidades y a Pancho, El rápido de Güira de Melena, Cuba, que se pasó. Si usted, mi querido asere, es observador, en una inspiración del trompetista encontrará algo de Benny Moré.

Desde aquí un saludo y mi agradecimiento a Jerónimo que me ha regalado cosas que me han hecho seguir en el columpio, porque es lo que me gusta. Es lo verdadero y con lo que he gozado durante más de seis décadas. Antes de que llegue el alka-seltzer, agradezco al señor Gerardo Rocha que desde Cali, Colombia, me envió un emilio con palabras que no merezco.

Quiero dejar en claro que no estoy en contra de nada que esté de moda. Hay cosas que me hacen decirlas tal como las siento y eso de que la música es esto y aquello, simple y sencillamente en labios de quien no quiero decir su nombre, me suena más falso que un billete de dos pesos, y junto al otro, ya se la creyeron. Qué malo es vivir en el error, y si como intérpretes no la hicieron. En Reventón musical no se han dado cuenta que los engañó la gitana. ¡Vale!