jornada


letraese

Número 202
Jueves 2 de Mayo
de 2013



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate




Joséphine Quallenberg

Adiós a la envidia del pene

A más de 100 años de que el vienés Sigmund Freud desarrolló el psicoanalásis y de haber introducido el concepto de "envidia del pene" — que se refiere a la "lesión" que tiene la población femenina, ya que no posee dicho órgano sexual—, ahora esta disciplina cambió la postura que tiene de la mujer, pues la ve como un ser independiente y no como "menos" en comparación con los hombres, señaló la integrante de la Sociedad Psicoanalítica Canadiense, Joséphine Quallenberg.
"La niña era vista como menos, porque no tenía pene, y el niño era más. De ahí se definía a la mujer. (La práctica terapéutica) ya no distingue entre 'este tiene y esta no'. Los dos sexos, cada quien, son diferentes, tienen un aparato genital distinto y ambos tienen que luchar por ser sujetos y seres".
De acuerdo con el Diccionario de psicoanálisis de Laplance y Pontalis, la envidia del pene en la teoría freudiana surge cuando se descubre la diferencia anatómica de los sexos: la niña se siente lesionada en comparación con el niño y desea poseer un pene.
Posteriormente, en el transcurso de la etapa del Edipo –el deseo inconsciente de mantener una relación sexual (incestuosa) con el progenitor del sexo opuesto y de eliminar al padre del mismo sexo (parricidio)–, esta envidia adopta dos formas: deseo de poseer un pene dentro de sí (principalmente, el deseo de tener un hijo) y de gozar del pene en el coito.
Entrevistada luego de su participación en el X Diálogo Latinoamericano Intergeneracional entre Hombres y Mujeres "Intolerancia a lo Femenino", que reunió a numerosos representantes del psicoanálisis actual, Quallenberg mencionó que las teorías de esta escuela psicológica han cambiado, ya que anteriormente las mujeres eran concebidas como personas incompletas debido a que no tienen pene, por lo cual debían estar sometidas.
Ante la pregunta de si esta disciplina es misógina debido a los fundamentos que introdujo Freud en 1908, en su artículo acerca de las etapas del desarrollo sexual infantil, la especialista contestó que no, pues hay que considerar "la parte estructural y social en la época freudiana". En aquel momento, muchas mujeres eran diagnosticadas con "histeria" y "había una cultura que reprimía a la sexualidad. En este momento la sexualidad ya no se reprime como en esa época".
La especialista recordó que el psicoanálisis surgió alrededor de 1896 con una "histérica", cuando el sueño de una paciente llamada Irma dio inicio a la interpretación de los sueños; Freud estudió los síntomas de esta persona y así llegó a la construcción de esta corriente.
Quallenberg señaló que la teoría del psicoanálisis debe ser ajustada al siglo XXI, pues la cultura ha cambiado y, con ella, la posición del psicoanálisis respecto a la mujer. "Ajustar quiere decir revisar esta teoría. Conforme vienen cambios estructurales en la cultura se debe volver a pensar la teoría, volver a acomodarse. Las teorías del psicoanálisis no se vencen, sino que se renuevan. Si no cambias, te mueres".
En el Diálogo también participó Doris Berlín, integrante de la Sociedad de Psicoanalítica de Caracas, quien apuntó que el psicoanálisis fue creado en la época victoriana, cuando predominaban las ideas sobre la dependencia de la mujer respecto al hombre. Por ello, descartó que la disciplina sea misógina, pues ésta surgió en medio de "ideas afectadas por la cultura" en la que fue creada.
Durante el mismo evento, Antonio Santamaría, de la Asociación Psicoanalítica de México, aseguró que la población femenina se ha apoderado del psicoanálisis, lo cual refleja el avance de la mujer, por lo que se preguntó si esta terapia fue creada por un hombre, en alusión a Sigmund Freud. "Hay muchas razones para creer que no", sostuvo, pues la primera experiencia psicoanalítica fue clínica y ocurrió entre el psicólogo Carl Rogers y una de sus pacientes llamada Ana O, terapia que fue accidental.
Esta mujer presentaba náuseas, dificultades en la visión y parálisis de brazo y pierna derechos. La terapia consistió en que ella hablara sobre lo primero que se le viniera a la mente; con esto comenzaron a desaparecer los síntomas.
Rogers siguió a Freud en el psicoanálisis; sin embargo, al paso del tiempo el estadunidense desarrolló la psicoterapia humanista, la cual se enfoca en el acogimiento de un bienestar mental positivo. En ambos casos, las pacientes iniciales fueron mujeres. (Yared de la Rosa)


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