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El intérprete y 8 niñas realizan el estreno mundial de obra pedagógica de Mercedes Gómez

Hacer música me alegra la vida, dice Nicolás Gurría, arpista de 10 años

La pieza enseña que siempre existe la esperanza, sin importar los problemas, señalan ejecutantes

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Mercedes Gómez Benet (al centro) con su grupo de nueve alumnos de arpa, donde el único niño es Nicolás Gurría Sánchez (junto a la arpista)Foto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Jueves 25 de abril de 2013, p. 6

Hacer música me alegra la vida, exclama con ánimo contagioso Nicolás Gurría Sánchez, quien a sus 10 años es en la actualidad el único alumno varón en la clase de arpa impartida por Mercedes Gómez Benet en el Conservatorio Nacional de Música, en el grupo infantil.

Cuando la escucho y la hago me siento como en un laberinto en el que voy descubriendo cosas sorprendentes mientras busco la salida agrega este entusiasta niño, hijo de un baterista de jazz y quien decidió hace un año estudiar arpa por los sonidos que genera este instrumento.

Pueden ser lindos, pero también feroces, describe Nicolás, a quien le corresponderá interpretar al Doctor Olof Kors en el estreno mundial de la obra Vania y las ventanas abiertas, para teatro de juguete y ensamble de arpas, que tendrá lugar hoy en el Conservatorio, en el auditorio Silvestre Revueltas.

Esta obra fue escrita por la propia Mercedes Gómez Benet con ánimo pedagógico, para que los pequeños estudiantes practiquen y ejerciten lo aprendido durante el curso, además de que tengan una idea de lo que puedan enfrentarse en el futuro, en el caso de optar por la música como profesión, como es la interdisciplina,

Sin embargo, la arpista también busca con esta pieza, en la que música y teatro se combinan, refrendar la idea de que para la música no existen límites. Para ello retoma el caso Evelyn Gleenie, quien hoy día es una de las percusionistas más famosas del mundo no obstante de que desde los 12 años padece sordera absoluta.

La intérprete escocesa trató con diferentes maneras y métodos de aprender esa disciplina artística hasta que encontró uno que es mediante la recepción de las vibraciones sonoras a través de los pies, por lo cual toca descalza.

Ella supo encontrar una nueva manera de hacer música y es lo que deseo compartir. Vania, mi personaje ficticio, también decide seguir haciendo música a pesar de los obstáculos a los que todos nos enfrentamos de una u otra forma, explica Mercedes Gómez.

Esta obra es un experimento, como los muchos que hizo Evelyn y los que realiza mi personaje, para sensibilizar a los alumnos y mostrarles el tipo de concentración al que se verán expuestos en su vida profesional, cuando toquen con bailarines, video, ensambles, poetas, actores, cantantes y artistas de otras disciplinas, combinaciones cada vez más frecuentes en este siglo. Además de la concentración que requiere contar esta historia, tocarán piezas para una, dos, tres y cuatro arpas.

Títeres de papel y madera

Para este montaje, cuya duración aproximada es de 50 minutos, los alumnos, nueve en total, realizaron sus propios títeres con cartón, pedazos de papel y madera, además de que han estado trabajando en en equipo para contar esta historia junto con las piezas de música que interpretarán, entre otros compositores, de Arturo Márquez, Peg Mclennar e Isabelle Frouvelle.

De acuerdo con Mercedes Gómez, resulta muy gratificante que Vania y las ventanas abiertas –cuyo estreno está dedicado a la memoria de la arpista polaca Victoria Jankowska, fallecida el pasado 8 de marzo– haya sido adoptada en otros países como método didáctico.

Después de México, se presentará en el Conservatorio Mozarteum, de Venezuela, en mayo; luego, en Seattle, Estados Unidos, en julio; y asimismo se están haciendo las traducciones al francés y el serbio.

Lo más importante de esta obra, consideran los jóvenes arpistas que participan en ella, es que nos enseña que siempre existe la esperanza, sin importar lo que le afecte a uno. Se puede estar sordo, ciego, pero si amas algo en verdad, debes perseguirlo, nunca darte por vencido.