Opinión
Ver día anteriorLunes 15 de abril de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Juego Limpio

¿Pacto de qué?

D

esde hace años, se ha intentado establecer un sindicato de peso en el futbol nacional. Cuarenta años atrás se dio el primer paso; sin embargo, hoy más de 55 temporadas después, los futbolistas siguen desamparados. Posiblemente el paso más cercano a una organización que velase por los intereses del gremio fue la asociación de futbolistas profesionales, dirigida por quienes hoy comparten la gloria de revivir al Club Espanyol de Barcelona, los mexicanos Javier Aguirre y Alfredo Tena.

Establecer garantías de justicia laboral es uno de los avances sociales del siglo XIX. La creación de derechos y garantías habla de los avances humanos para impulsar sociedades justas.

En distintos países se han establecido tales organizaciones, ejemplo de ello son Brasil, Italia, Alemania y Argentina. Estos países son también los que más copas mundiales han ganado, y han aprendido a conjugar intereses de dueños y jugadores. Las organizaciones gremiales en el deporte no son exclusivas del futbol, también existen en el beisbol, el baloncesto y el futbol americano, entre otros.

Abusos violan la LFT

La inexistencia de un sindicato de futbolistas en México facilita que se pasen por alto derechos sociales y que los deportistas se mantengan en la indefensión. Los abusos violan hasta la ley federal del trabajo. ¿De qué derechos gozan los dueños de clubes para no cumplir con una ley aplicable a todos los mexicanos?

Llegan a imponerse retenciones salariales, o atrocidades como el famoso pacto de caballeros que impide al jugador, aún terminado su contrato laboral, poder contratarse con otro equipo sin pagar antes derechos de formación.

Existe una necesidad imperiosa de garantizar en el futbol unas condiciones de trabajo justas. En caso contrario, el capricho de unos entorpecerá los avances sociales y se regresará a un tipo de esclavismo feudal. Los derechos son conquistas ganadas por la humanidad en beneficio de la humanidad, aunque hoy en pleno siglo XXI, aún existan trogloditas que no quieran entender que TODOS somos iguales ante la ley y que con las garantías humanas no se juega.

Disculpen ustedes, pero para realizar un pacto de caballeros, primero se necesitan caballeros.