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La muestra Instantáneas del sonido... se inaugura mañana en el Museo Mural Diego Rivera

La música latinoamericana bajo la visión particular de Leo Matiz

El vasto trabajo del fotógrafo colombiano permitió descubrir imágenes inéditas de Diego Rivera y Frida Kahlo en su acercamiento a los acordes

Artistas y gente humilde, en su trabajo

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Niño con chirimia, Oaxaca, México, 1941Foto Acervo Fundación Leo Matiz
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Vallenatos, Valledupar, Colombia, 1955
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El colombiano Leo Matiz se relacionó con familiaridad y desparpajo con la comunidad artística de México, detalla Monserrat Sánchez. En la imagen, Diego Rivera en Xochimilco, México, en 1941Foto Acervo Fundación Leo Matiz
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Cumbia, Bogotá, Colombia, 1955
 
Periódico La Jornada
Lunes 15 de abril de 2013, p. 9

De entre la vasta obra fotográfica del colombiano Leo Matiz (1917-1998), el Museo Mural Diego Rivera (MMDR) localizó 3 mil 600 imágenes en torno al tema de la música, luego, emprendió la difícil tarea de seleccionar a las 72 que integran Instantáneas del sonido. La mirada de Leo Matiz a la música en América Latina, exposición dividida en siete núcleos y que será inaugurada mañana en el mencionado recinto del Centro Histórico del Distrito Federal.

La revisión arrojó fotografías inéditas de Diego Rivera y Frida Kahlo como las tres que introducen la muestra, en que se ve al muralista bailar con Rosa Rolando, mientras que en otra, el artista guanajuatense observa a un arpista tocar su instrumento en una imagen fechada cerca de 1941 en Xochimilco. En la tercera la lente captó a Rivera, Kahlo y Miguel Covarrubias.

Ernesto Peñaloza, curador de Instantáneas del sonido..., explica que la aparición de imágenes inéditas obedece al hecho que hasta ahora se han digitalizado 30 mil fotografías, mismas que él revisó, pero por lo menos hay lo doble en proceso.

Otros retratos que destacan son uno del trompetista Louis Armstrong, tomada después de un concierto que dio en Caracas, Venezuela, otra de la contralto y activista Marian Anderson, así como de la bailarina Maudelle Bass, que posó para Rivera, Edward Weston, Manuel Álvarez Bravo y Lola Álvarez Bravo, entre otros.

Matiz llegó a México en 1941 y permaneció casi ocho años, hasta que un incidente con David Alfaro Siqueiros lo obligó a irse. Aquí se definió como fotógrafo, porque traía un bagaje de pintor, dibujante y caricaturista.

Contratado por diferentes revistas ilustradas, sus encargos lo llevaron a viajar tanto por el país como por América Latina.

De Matiz se han realizado varias exposiciones en fechas recientes, ya que su obra se resguarda en México a través del Acervo Fundación Leo Matiz, que dirige su hija Alejandra.

De acuerdo con Monserrat Sánchez, directora del Museo Mural Diego Rivera, dada la vastedad del acervo las exhibiciones anteriores han sido de muestreo, pero en esta ocasión se enfocó a la música popular.

Peñaloza hace hincapié en “el acercamiento que el fotógrafo sigue tanto de las personas humildes, como de ese mundillo más cerrado y elitista de los pintores, músicos de concierto, escritores y poetas.

Se sabe, por ejemplo, que Pablo Neruda inauguró la primera exposición en que Matiz participó aquí, llamada Artistas colombianos residentes en México, en el Palacio de Bellas Artes. Acercamiento que le sirvió para hacerle retratos al poeta chileno. También logró la confianza de los indígenas porque en sus imágenes uno percibe una serenidad como si no existiera el fotógrafo.

Matiz llega a México en “un momento relevante para el fotoperiodismo. Siguen en activo muchos de los fotógrafos de la Revolución, como los Casasola, El Gordo Díaz, pero también hay una renovación. El jovencísimo Héctor García empieza a hacer sus trabajos y llegan los inmigrantes, primero, expulsados por la Guerra Civil Española y después por la II Guerra Mundial. Estas circunstancias crean un ambiente propicio para el desarrollo profesional del fotoperiodista, que no se entiende si no recordamos que es la época de auge de las revistas ilustradas”.

Es en ese ambiente que se forma Matiz y se perfila como un gran reportero gráfico, con su propio estilo, a la vez que recibió la influencia de la fotografía artística: Es un fotógrafo que de manera temprana tiene consciencia de sí mismo como artista. Por eso se explica la familiaridad y desparpajo con que se vincula no sólo con los Rivera-Kahlo, también fue muy amigo de José Clemente Orozco, comenta Peñaloza.

De la misma manera incursionó en el cine mexicano que pasaba por una época de oro. A la altura del Museo Mural Diego Rivera, pero del otro lado de la avenida Juárez, Matiz tenía su estudio, en el cual le hizo el primer estudio fotográfico a María Félix para lanzarla. Inclusive, tuvo unos llamados como extra en una coproducción mexico-estadunidense llamada La fiesta, en que se interpreta a sí mismo, con sus cámaras, en una corrida de toros.

Alguna vez Matiz declaró que para hacer tanta actividad en México sólo dormía cuatro horas y trabajaba 16.

La exposición se complementa con instrumentos de época prestados por distintas instituciones y coleccionistas particulares. El Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha organizado un ciclo de conferencias del 23 de abril al 11 de junio.

El Museo Mural Diego Rivera se ubica en la calle de Colón sin número, esquina Balderas, en el Centro Histórico de la capital del país.