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Ver día anteriorJueves 11 de abril de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Foro de la Cineteca

Leones

E

l Foro Internacional de la Cineteca Nacional empieza hoy su 33 edición en su sede central y sedes alternas, para luego hacer su recorrido por diversas salas capitalinas y en el interior del país. Importa señalar algo capital: el acto fílmico ha conseguido mantener un óptimo nivel de calidad en sus propuestas y, sobre todo, convertirse en el primer foro de exhibición de cine realmente alternativo en el país. Su vocación primera, la de presentar operas primas y películas nacionales e internacionales con escasa o nula posibilidad de llegar a las salas comerciales, la ha venido cumpliendo cabalmente.

No se trata, como en el caso de la tradicional Muestra Internacional de Cine, de un escaparate de películas premiadas en los grandes festivales, que luego encontrarán, por su prestigio, cabida natural en los grandes complejos de exhibición comercial, sino de algo más necesario aún y posiblemente más valioso.

El Foro de la Cineteca es un foro de discusión y una plataforma eficaz para incrementar y afinar la cultura cinematográfica del público juvenil mexicano. Este cometido le permite seleccionar y programar obras arriesgadas, en ocasiones herméticas, de corte minimalista o con estructuras narrativas novedosas, que abiertamente desafían la tiránica obligación del entretenimiento masivo a toda costa.

El cine es, por supuesto, diversión y espectáculo, pero también, y muy honrosamente, cultura. El Foro de la Cineteca apuesta a reivindicar cada año, y en el mayor número de plazas posibles, ese compromiso cultural insoslayable.

La cinta que abre este foro muestra holgadamente el calibre de esta apuesta cultural. Leones, de Jazmín López –joven artista argentina de 28 años, escritora y actriz, responsable también de instalaciones de video, debutante hoy en el largometraje de ficción– incursiona de modo muy audaz en un relato desdramatizado, con diálogos escasos o apenas comprensibles, en los que cinco protagonistas, tres jóvenes y dos chicas de clase media, caminan infatigablemente por un bosque en busca de una casa, destino final para una posible convivencia armoniosa o para la dispersión total que también se prefigura en cada momento de la trama.

La cinta, de 82 minutos, contiene únicamente 19 planos secuencia, algunos de los cuales bien podrían formar parte de una instalación video. Como tal, no se espera del espectador otra cosa que la contemplación hipnótica de uno o dos personajes, vistos siempre de espaldas, cuyo recorrido por el bosque habrá que seguir por largo tiempo, ignorando a ciencia cierta el motivo o destino real de la trayectoria, con apenas algunos atisbos sobre el tipo de relación afectiva de cada pareja o el verdadero papel que desempeña el joven que las acompaña.

Habrá que asistir e interesarse, en lo posible, en el adolescente juego de construir frases con cinco o seis palabras, suerte de haikus caprichosos, y esperar una sorpresiva vuelta de tuerca para despertar a la posibilidad de que algo realmente sobrenatural termine dominando este ambiente.

Esta dinámica de la contemplación tiene su mejor sustento, no en la trama azarosa de la que es fácil, o inevitable, abstraerse en todo instante, sino en el notable trabajo de ambientación y en la fotografía que hace de la experiencia un fuerte goce estético.

Por lo demás, el inocuo vagabundeo existencial juvenil vira insidiosamente a un malestar extremo o a la pesadilla, como un relato fantástico que negándose a presentarse como tal, termina perturbando a los espectadores de manera inesperadamente oscura. Experimentación formal y minimalismo extremo.

Leones se presenta esta semana en las salas 7, 8 y 9 de la Cineteca Nacional.