Opinión
Ver día anteriorJueves 11 de abril de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Pobreza y balance moral

Política social, ¿resultona?

¿Por el rumbo correcto?

E

n los últimos cinco lustros se destinaron miles y miles de millones de pesos –versión oficial– a combatir la pobreza y superar las carencias sociales, pero resulta que a estas altura el inventario mexicano de pobres ronda los 60 millones, o lo que es lo mismo, 20 millones más que en 1988, año de arranque del Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol, puesto en marcha el 2 de diciembre de ese año), estrategia gubernamental que permitiría –según su fundador, Carlos Salinas de Gortari– construir un nuevo balance moral en la sociedad.

A 25 años de distancia, y luego de cambiar de denominación en un par de ocasiones (Progresa, con Ernesto Zedillo, y Oportunidades, a partir de Vicente Fox), el balance moral resulta escalofriante: la carretada de recursos públicos que, oficialmente, se destinaron al fin descrito sólo generó mayor número de pobres, al grado de que uno de cada dos mexicanos se encuentra en tan precaria situación. Parte del resultado es atribuible a la rotunda negativa gubernamental de modificar su política económica, que sólo genera pobreza para la mayoría, por un lado, y riqueza para la minoría, por el otro.

Por muchos millones que destinen a lo que el gobierno denomina combate a la pobreza, el número de pobres seguirá en ascenso mientras no se modifique la política pública que los produce al por mayor. Y cada año que pase ese mismo gobierno consumirá más y más recursos del erario en su afán de demostrar que el programa (Pronasol-Progresa-Oportunidades) no sólo es justo, sino resultón, por mucho que la realidad tercamente le lleve la contraria.

En este sentido, el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM le puso números a la historia reciente: “el gasto gubernamental en los programas de combate a la pobreza –a nivel federal, estatal y municipal– se incrementó en términos absolutos en 96.1 por ciento en los últimos 42 años (1970-2012). El gasto total desembolsado por el gobierno federal en programas de combate a la pobreza a nivel nacional ha sido continuo, pero no ha resuelto el problema de la pobreza. En dicho periodo, el número de pobres en México se incrementó 58.2 por ciento”.

Por lo anterior, subraya el CAM, si el total de recursos utilizados en los distintos programas creados durante estos 42 años para combatir la pobreza, realmente se hubieran ejecutado para disminuirla, tomando en consideración, únicamente los datos oficiales, no habría un incremento de pobres. Lejos de ello, en esas dos décadas y pico alrededor de 23 millones de mexicanos cayeron en pobreza, y de ellos cerca de 20 millones se registran del Pronasol en adelante.

Con base en fuentes gubernamentales, el CAM señala que en 1970 el número de pobres en México ascendió a 31 millones; una década después se elevó a 38 millones, y a 40 millones en 1990, dos años después del arranque de Pronasol. Para 2000, el ejército de pobres acumulaba 50 millones (cifras del Coneval), que aumentó a 57 millones en 2010 (ídem) y concluyó el sexenio calderonista en 60 millones (estimación del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey). En número cerrados, 20 millones más en 22 años, del Pronasol a Oportunidades.

El análisis del CAM incluye siete sexenios (de Luis Echeverría a Felipe Calderón), aunque el boom de recursos destinados, oficialmente, al combate de la pobreza se registra (cifras del propio gobierno federal) a partir de la estancia salinista en Los Pinos. Así, ¿cuántos recursos se han invertido por cada pobre de este país en 42 años?, pregunta el CAM y él mismo lo desmenuza de la siguiente forma:

“De manera real, los recursos destinados en los tres niveles de gobierno para reducir la pobreza, según sus propios datos y considerando el comportamiento de la economía para cada sexenio, caracterizados por un discurso de ‘un gran desarrollo en la economía de las familias mexicanas’, tenemos que el monto invertido por pobre equivale a 36 millones 366 mil 541 pesos durante estos 42 años. Derivándose múltiples preguntas: si año con año se incrementó el presupuesto para combatir la pobreza y el hambre, ¿por qué aumentó la pobreza? (se duplicó en el periodo referido), ¿cuántos de los recursos originalmente destinados llegaron a los mexicanos en pobreza?, ¿cuántos de los recursos se quedaron en el aparato gubernamental y bajo qué argumentos?”

El CAM subraya que el gobierno federal y la propia Secretaría de Desarrollo Social, que cuatro décadas y pico es poco tiempo para ver resultados, pero es demasiado para no hacer nada en 42 años de supuestos cambios. Lo cierto es que basta mirar a la población para corroborar la vigencia de los mismos problemas. Y mientras el modelo económico siga parchándose, mayores y más complejos serán los problemas.

Así es. Una catarata de recursos públicos oficialmente destinados al combate de la pobreza entre 1970 y 2012, siete inquilinos de Los Pinos involucrados y un programa social con tres nombres distintos (Pronasol, Progresa y Oportunidades) pero con los mismos objetivos, para que al final de cuentas el balance moral (Salinas dixit) sea un espeluznante incremento de 100 por ciento en el número de pobres a lo largo de 42 años, no es precisamente sinónimo de éxito de la política social del gobierno en sus últimas siete presentaciones, especialmente a partir de la solidaridad.

Decía el padre fundador del Pronasol que si bien el crecimiento económico generará los empleos que necesitamos, sólo un programa de gran envergadura social permitirá moderar opulencia e indigencia en nuestro país, como siguen reclamando los Sentimientos de la Nación. Solidaridad. Es ella la que nos va a permitir construir un nuevo balance moral en la sociedad. Pues bien, ese balance indica que el crecimiento ha brillado por su ausencia, los empleos se mantienen prófugos, la opulencia es cada día más ostentosa y la indigencia monumental. Pero eso sí: en política económica, ni un paso atrás, porque vamos por el rumbo correcto.

Las rebanadas del pastel

Dicen los chismosos que si Martita Sahagún fundó Vamos México para –según ella– combatir la pobreza, teniendo como base el trabajo compartido entre los sectores social, público y privado, ahora Rosario Robles, que no quiere quedarse atrás, fundará Vamos Trasnacionales para –según ella– combatir el hambre en el país teniendo como base el trabajo compartido de los sectores trasnacional y público. Ya tiene amarradas a dos de ellas en el bolsillo (o ella amarrada a las empresas, cualquiera que sea el orden correcto). Y va por más.