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Moral y éticamente incorrecto, continuar creando cepas muy infecciosas, señalan

Alto a la investigación con virus de gripe aviar, exigen científicos a Obama

Intentar volver al H5N1 más transmisible mediante experimentos de laboratorio equivale a correr el riesgo de desatar una pandemia de efectos devastadores, alertan en una carta

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En el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Shangai vacunan a un pollo contagiado con el virus H5N1Foto Reuters
The Independent
Periódico La Jornada
Viernes 5 de abril de 2013, p. 2

Un grupo de destacados científicos afirma que es moral y éticamente incorrecto continuar creando cepas altamente infecciosas de virus de gripe aviar que pueden ser transmitidas con facilidad entre humanos.

Los científicos, entre ellos un ex jefe científico del gobierno del Reino Unido y un premio Nobel, han apremiado al presidente estadunidense Barack Obama a investigar las implicaciones técnicas de la decisión de crear en el laboratorio un nuevo virus de influenza que es más letal y transmisible que los existentes en la naturaleza.

Dos equipos científicos –encabezados por Ron Fouchier, del Centro Médico Erasmo, en Rotterdam, y Yoshihiro Kawaoka, de la Universidad de Wisconsin-Madison– anunciaron en 2011 que lograron mutar el virus de la gripe aviar H5N1 de modo que pudiera en teoría ser transmitido entre personas por vía aérea.

Suspendieron la investigación el año pasado, como parte de una moratoria voluntaria ante la indignación pública por su trabajo. Pero a principios de este año anunciaron el fin de la moratoria, e incluso una expansión hacia nuevas áreas, con otros virus y enfermedades.

En una carta escrita en términos enérgicos, enviada a la Comisión Presidencial para el Estudio de Temas Bioéticos del gobierno estadunidense, opositores a la investigación advierten que no se ha debatido lo suficiente sobre las amenazas planteadas por la cancelación de la moratoria.

Señalaron que la tasa de mortalidad del virus H5N1, en las raras ocasiones en que ha infectado a humanos, lo ponen en una clase por sí mismo, y que intentar volverlo más transmisible mediante experimentos de laboratorio equivale a correr el riesgo de desatar una pandemia de efectos devastadores.

La liberación accidental en la comunidad de un virus artificial de H5N1, transferible a humanos, tiene el potencial de causar una pandemia global de proporciones épicas que empequeñecería la pandemia de gripe española de 1918, que provocó la muerte de más de 50 millones de personas, sostienen los científicos.

La mayoría (de científicos) considera que la creación en laboratorio de un patógeno más letal de uno que existe en la naturaleza es moral y éticamente incorrecto. De hecho, la opinión mayoritaria es que no existe justificación científica que compense los problemas morales y éticos, afirman.

La carta fue promovida por la Fundación para la Investigación de Vacunas, organismo privado con sede en Washington. Fue enviada a la comisión presidencial para dar la vuelta a los poderosos Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, que han financiado los dos proyectos de investigación sobre la transmisibilidad del H5N1 y controlado gran parte del debate en la materia.

Firmantes

Entre los 17 firmantes de la carta están los británicos Robert May, ex jefe científico del primer ministro británico y experto en transmisión de enfermedades; Marc Lipsitch, especialista en enfermedades comunicables de la Universidad Harvard, y Richard Roberts, quien ganó el Premio Nobel de Medicina en 1993 por sus investigaciones precursoras en genética.

Los científicos se preocupan en particular de que los intentos de crear formas más letales de H5N1 sean sólo el principio de mayores trabajos con otros virus potencialmente letales, en lo que denominan estudios de ganancia de función, que estimulen mutaciones virales más peligrosas.

El profesor Simon Wain-Hobson, eminente virólogo del Instituto Pasteur de París, quien fue el primero en firmar la carta, afirmó que la Organización Mundial de la Salud debió haber tomado la iniciativa: “La reciente cancelación de la moratoria por 40 investigadores de influenza –no financiadores, gobiernos ni organismos internacionales– lo dice todo. La comunidad de la influenza no ha entendido que este es un tema candente que no desaparecerá”.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya