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Entrevista con los autores de Francisco, el nuevo Juan XXIII

Creo que el pontífice tendrá una gran influencia geopolítica
 
Periódico La Jornada
Sábado 30 de marzo de 2013, p. 15

Madrid, 29 de marzo.

El papa Francisco despierta en José Manuel Vidal y Jesús Bastante esperanzas de cambio en la Iglesia católica similares a las generadas en su día por Juan XXIII, iniciador del Concilio Vaticano II. Francisco, el nuevo Juan XXIII es por ello el título del libro que acaban de publicar ambos periodistas españoles, una de las primeras obras sobre el pontífice argentino.

Vidal y Bastante dirigen religiondigital.com, portal de información religiosa entre cuyos colaboradores se encuentra desde hace ocho años el mismo Jorge Mario Bergoglio. Podemos presumir de que tuvimos al Papa de columnista, afirman en una entrevista con Dpa en Madrid.

Su libro está prologado por el ex presidente del Congreso de los Diputados José Bono y ha aparecido en Desclée De Brouwer.

Dpa: Francisco está dando muchos gestos de sencillez y cercanía. ¿Cuánto hay de natural en ellos y cuánto de pose?

Vidal: Creo que no tiene pose. Es un tipo absolutamente transparente que se transparenta en esos gestos, y lo que hace es porque le sale del alma, le sale de dentro. Cuando sigue llevando sus zapatos negros o cuando elimina el trono es porque es lo que ha hecho toda la vida.

Bastante: A mí me gusta mucho su manera de improvisar. En todas sus homilías siempre ha encontrado un hueco para una improvisación muy personal: cita mucho a su abuela, habla de las cosas que ha vivido. A diferencia de papas anteriores, intenta continuar siendo lo que ha sido siempre, un pastor, un obispo que se dedica a su grey.

Vidal: No sólo improvisa, sino que sintoniza, con gestos y tonos. Estábamos acostumbrados a la linearidad de Benedicto XVI que lo decía todo siempre en tono monocorde. Francisco subraya, enfatiza, se para, improvisa.

Dpa: ¿Qué implicaciones tiene que sea jesuita?

Vidal: Muchas. Juan Pablo II se echó en manos de los nuevos movimientos neoconservadores y marginó a todas las congregaciones religiosas. A los jesuitas les nombró incluso un comisario, los tutorizó. Benedicto XVI empezó a recuperar a los jesuitas, pero con Francisco la Compañía de Jesús se convierte en un referente. La tortilla se va a volver. Los nuevos movimientos tendrán que bajar el pistón de su protagonismo en la Iglesia, y las congregaciones se recuperarán, también los dominicos, franciscanos o salesianos. El papa tendrá que situarse en el centro para que tengamos algo de pluralismo. En la Iglesia hasta ahora no había pluralismo.

Bastante: La clave es que consiga que todos nos sintamos Iglesia. La Iglesia por católica es absolutamente plural, o debe serlo. Todas las realidades son necesarias. La Iglesia no debe es­tar copada por kikos, legionarios, Comunión y Liberación y demás, y también sería malo que sólo fuera una Iglesia de jesuitas, franciscanos y dominicos.

Dpa: ¿Qué otros cambios se necesitan para esa Iglesia de centro?

Vidal: Resituar el péndulo eclesial en el centro significa que hay que resituar la Iglesia también ideológicamente. Hay que volver al Concilio Vaticano II, a explotar y aplicar el Vaticano II. Lo que se hizo en estos últimos 30 años fue involucionar, dar marcha atrás. No hace falta ninguna revolución, ni ningún Vaticano III. Hace falta que la democratización y la colegialidad que se pedían en el Vaticano II se activen, se pongan en marcha, no se congelen como hasta ahora.

Bastante: Los cardenales han dado una muestra de lo que pueden ser. Son tipos acostumbrados al ordeno y mando que han tenido que elegir democráticamente a un señor que además está fuera del aparato curial. Esto debería ser un mensaje para reformar el papel de la curia y que haya un gobierno más participativo. La Iglesia es una estructura muy piramidal y probablemente cueste rebajar esa pirámide, pero si se horizontaliza un poco lo veremos con los nuevos nombramientos y en cómo funciona la nueva estructura curial.

Dpa: Francisco habla mucho de los pobres y de una Iglesia pobre.

Vidal: La Iglesia tiene que volver a ser menos triunfante y a ser más pobre de verdad. Y eso está previsto también en el Vaticano II. La involución ha sido tremenda en este sentido. Cuando vuelven del concilio, los obispos dejan sus palacios y se van a pisos. También los seminaristas dejan sus grandes seminarios y se van a vivir en medio de la gente. Después hubo marcha atrás. Creo que una de las cosas que hará y será muy impactante es la reconfiguración del Banco Vaticano como una banca ética. Hay quien habla incluso de que se estaría planteando seguir viviendo en el Vaticano como referencia, pero dejar de ser jefe de Estado.

Bastante: De los cardenales que entraron en el cónclave, uno de los pocos que podría llevar a cabo esto es Bergoglio. Cuando era arzobispo de Buenos Aires vivía en un piso al lado de la catedral, de dos habitaciones, compartido con otro sacerdote. Todas las medidas anticrisis que les planteamos a los políticos sería conveniente que nuestros obispos empezaran a tenerlas, que no tuvieran tanto chofer.

Tener un papa latinoamericano

Dpa: ¿Qué significa tener un primer papa latinoamericano?

Bastante: Primero, reconocer que la Iglesia es universal. En América están viviendo la mitad de los católicos del mundo y hasta ahora no tenían prácticamente peso en la toma de decisiones. Es interesante que sea un papa fuera del juego curial y muy cercano a la sensibilidad de América Latina, tan distinta a la de la vieja Europa. Es muy interesante a la hora de dejar de considerarnos en Europa y en Roma el ombligo del mundo y de la Iglesia, y cambiar mentalidades.

Dpa: ¿Y en lo político?

Vidal: Creo que tendrá una gran influencia geopolítica. Su gran caballo de batalla ha sido siempre la moral social, no la moral religiosa o la conyugal. Sabemos muy bien que no sólo se ha dedicado a ir a hacer caridad a las villas miserias, sino que ha hecho una denuncia profética clarísima incluso ante un gobierno de izquierdas como es el de los Kirchner. Creo que los que están más a la expectativa de cómo va a reaccionar y de los subrayados que va a hacer no es tanto la izquierda argentina o de Venezuela, sino la derecha. Los grandes poderes financieros están preguntándose por dónde va a salir, qué es lo que va a denunciar y poner en evidencia.