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Quema de ropa vieja, llantas y zapatos provoca alergias y otros males a los habitantes, aseguran

Ejidatarios de Samalayuca exigen frenar contaminación de cementera

Un tiradero de material nuclear y 4 termoeléctricas también afectan esa población chihuahuense: comisariado

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Aspecto de la planta de Cementos de Chihuahua, ubicada a 52 kilómetros al sur de Ciudad Juárez. Campesinos de Salamayuca denunciaron problemas de salud, ante la inhalación de humo emitido por la fábrica, la cual quema llantas, ropa y zapatos como combustibleFoto Felipe García
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 18 de marzo de 2013, p. 32

Ciudad Juárez, Chih., 17 de marzo.

Ejidatarios de Samalayuca, población ubicada 52 kilómetros al sur de Ciudad Juárez, exigieron controlar la emisión de contaminantes que provoca todas las noches la planta de Cementos Chihuahua, la cual quema llantas, ropa vieja y zapatos decomisados por la aduana de Juárez.

El presidente del comisariado ejidal, Javier Meléndez Cardona, explicó que Cementos de Chihuahua tiene un contrato con el municipio para incinerar las llantas, pues le pagan por cada una que llega a los hornos, con lo cual la empresa ahorra grandes cantidades de dinero en combustibles. Agregó que entre las 5 y las 6 de la madrugada, aproximadamente, emanan sustancias tóxicas de las llantas, ropa y calzado que queman en la empresa.

Aseguró que este proceso ha causado por años problemas de salud en Samalayuca, cuyos habitantes padecen alergias y otros males, a pesar de que la planta de Cementos Chihuahua se ubica a dos kilómetros de distancia, pero cuando se producen vientos los afecta en forma directa. Añadió: Si sopla el viento llega un hollín negro que cubre sus casas y terrenos agrícolas.

Piden estudios a Profepa y Conanp

Ante el peligro que las instalaciones representan, los ejidatarios pidieron a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) realizar estudios en la zona, para evitar más daños a la salud de los habitantes.

Según Javier Meléndez, los ejidatarios de Samalayuca detectaron que, además de la cementera, cuatro plantas generadoras de energía eléctrica dañan el medio ambiente, e incluso ya abatieron los mantos freáticos; para hallar agua se deben hacer perforaciones a 90 metros de profundidad, cuando hace años el líquido se encontraba a 20 metros.

Asimismo, en la población de Samalayuca se encuentra un tiradero de material contaminado con desechos nucleares, por un accidente con equipo médico ocurrido en la década de 1970.

Cementos de Chihuahua quema llantas en sus hornos con el aval de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, actividad autorizada cuando el panista Alberto Cárdenas Jiménez encabezó la dependencia.

Con este aval, el entonces alcalde de Ciudad Juárez, el también panista Alfredo Delgado Muñoz, promovió en el cabildo un convenio con Cementos de Chihuahua –propiedad de Federico y Enrique Terrazas Torres– para que la planta incinerara 800 mil llantas en sus hornos.

Meléndez Cardona recordó estudios de especialistas en contaminación, según los cuales “los hornos de cemento que incineran llantas producen más emisiones de dioxinas, mercurio, hidrocarburos poliaromáticos y metales pesados como plomo, zinc, níquel y vanadio que las plantas de cemento que usan carbón o gas como combustible.

Estos contaminantes causan cáncer, malformaciones congénitas, daños en los sistemas hormonal, inmunológico y nervioso central, y generan problemas en los pulmones, entre otros desórdenes en la salud, señaló.

El presidente del comisariado ejidal aseguró que la Organización de las Naciones Unidas identificó las sustancias citadas como contaminantes orgánicos persistentes o POPS, según sus siglas en inglés, y determinó que deben ser eliminados globalmente.

Perjuicios a la agricultura

Además, la quema de llantas afecta la agricultura, pues la contaminación por dioxinas y furanos no sólo afecta por inhalación, sino también al consumir leche, carne, huevos y verduras porque las corrientes de aire depositan sobre el agua y el suelo esas toxinas, que se acumulan en cosechas, así como en animales acuáticos y terrestres.

Javier Meléndez destacó que el fuego no destruye ni desintoxica los metales, sino que se dispersan al medio ambiente a través de las emisiones al aire, las cenizas, los chorros provenientes de los equipos anticontaminantes y los productos finales, que contienen cemento horneado con residuos peligrosos.