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Anoche se realizó el estreno mundial de su concierto para fagot y orquesta en Bellas Artes

Crear música significa quitar, poner y repensar: Javier Álvarez

En el arte sonoro la obra no sale calientita del escritorio y ya queda lista, explica el compositor

La solista Wendy Holdaway y la Sinfónica Nacional interpretaron Ceiba de luz y sombra

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La fagotista Wendy Holdaway durante un ensayo con Carlos Miguel Prieto y la Sinfónica Nacional, en el Palacio de Bellas ArtesFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Sábado 9 de marzo de 2013, p. 2

La música nunca sale bien a la primera. No, por lo menos, en lo que corresponde a su creación, según el compositor Javier Álvarez, de quien la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) hizo anoche el estreno mundial de su concierto Ceiba de luz y sombra, en el Palacio de Bellas Artes, donde también lo interpretará este domingo.

Hacer música significa quitar, poner, ajustar, repensar, replantear; así es el arte musical, no es que la obra salga calientita del escritorio y quede ya lista. En la historia de la música, no hay partitura que quede perfecta a la primera, explica el autor.

Escrita para fagot y orquesta, esta nueva pieza fue concebida y realizada por Javier Álvarez entre diciembre de 2012 y febrero de 2013 como un encargo de la OSN, si bien forma parte de un añejo proyecto de la fagotista Wendy Holdaway, quien fue la solista en su estreno.

Dicha iniciativa de la intérprete de origen estadunidense consiste en incrementar el repertorio mexicano para ese instrumento. De tal manera, desde hace dos décadas ha invitado a autores a componer obras para fagot solo, en dúos, tríos, ensambles y, en los cuatro años más recientes, conciertos para aquél y orquesta.

Con éste, la fagotista cuenta ya con tres conciertos y está en vías de hacer dos encargos más para meterse al estudio de grabación y de esa manera difundirlos al mundo.

Una fantasía

Para Javier Álvarez, este es el sexto concierto de instrumento solista y orquesta dentro de su catálogo. Antes escribió ya dos para percusión, uno para corno, otro para viola y uno más para cuarteto de cuerdas.

En Ceiba de luz y sombra el autor se apartó de la estructura de tres movimientos y decidió que fuera de uno solo: Determiné hacer una especie de fantasía, entendida como una secuencia de cosas, de cuadros lentos y rápidos que, en sí, hagan un sentido y que estén unidos como por algún tipo de pequeños fragmentos melódicos, a manera de costura.

Si bien precisa que la obra carece de narrativa, destaca que en ella puede advertirse una serie de claroscuros contantes, los cuales representan esa especie de juego de luces y sombras que un árbol, en este caso una ceiba tupida de follaje, proyecta en el suelo cuando es iluminado por los rayos del sol.

En esta fantasía surgen secciones lentas y más rápidas. Una de esas secciones parece una plegaria y le puse como título Letanía; en ella, el fagot canta como una especie de lamento y se reúnen elementos que sucedieron de forma previa y que sucederán después.

Para Wendy Holdaway, la interpretación de este concierto, en particular la sección Letanía, tiene que ver con el sentido que la ceiba cumplía dentro de la mitología maya, como el árbol que conectaba el mundo de los vivos con el inframundo.

Tanto el compositor como la intérprete reconocen la importancia de trabajar de manera conjunta. Aseguran que esa dinámica de intercambio permite probar y sugerir diversos aspectos de un lado a otro, incluso de orden técnico, para al final lograr una obra más pulida.

El hecho de ser clarinetista de formación, según dice Javier Álvarez, le permite conocer cómo funcionan los alientos y en el caso específico de este concierto de fagot poder invitar a Wendy Holdaway a probar elementos que son muy exigentes para la ejecución.

En la música, cualquier cosa que haga uno como creador debe ser interesante y tener algo significativo para los intérpretes, sea director, solista o cualquier músico de sección. De otra forma, uno tiene perdida la pelea, de antemano la obra no funcionará. Eso lo tengo clarísimo como autor, añade.

Melodía sensual y romántica

En su condición de titular de la OSN, Carlos Miguel Prieto destaca la complejidad técnica de este concierto de Javier Álvarez, tanto para la orquesta como para la solista, y de antemano considera que será del gusto del público, por contemplar una melodía extremadamente sensual y por momentos muy romántica.

Destaca que, a diferencia de las obras del repertorio, en la música contemporánea se crea una atmósfera increíble, debido a que los procesos creativo y de estira y afloja con el público es más real.

En una obra así, el público escucha más activamente que en una sinfonía que ha oído 25 veces. Además, en México tenemos un público más abierto hacia la música nueva, algo que no se puede decir de todas partes; es más abierto en general, porque es más joven y con menos prejuicios.

Además del concierto Ceiba de luz y sombra, la OSN interpretará este domingo, a las 12:15 horas, la Suite of English folk tunes, de Benjamin Britten, y el poema sinfónico Don Quijote, de Richard Strauss, en el recinto de avenida Juárez, esquina Eje Central Lázaro Cárdenas, Centro.