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Abrirán muestra en el Museo del Estanquillo, anuncian

Posada nunca aspiró a nada, pero acabó en el Parnaso

El artista no fue precursor de la Revolución mexicana, aunque sí retrató las desventuras del pueblo, señala Rafael Barajas, El Fisgón

 
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de marzo de 2013, p. 6

El grabador José Guadalupe Posada de ninguna manera es un precursor de la Revolución Mexicana ni mucho menos un ideólogo, como nos han dicho una y otra vez, pero sí retrata como nadie las desventuras del pueblo pobre de México que hizo la Revolución, expresó Rafael Barajas, El Fisgón.

El caricaturista es curador de José Guadalupe Posada: crónica de un cronista, exposición de 435 obras que será inaugurada mañana jueves, a las 20 horas, en el Museo del Estanquillo Colecciones Carlos Monsiváis (calle Isabel la Católica 26, Centro Histórico), en el contexto del homenaje nacional con motivo del centenario luctuoso del artista aguascalentense.

Si bien Posada no fue un revolucionario, su forma de trabajar fue netamente revolucionaria para la época, porque en un momento en que nadie pela al peladaje, se convierte en un artista que está al servicio del pueblo pobre de México y hace una obra espléndida, acotó El Fisgón, quien estuvo acompañado en la rueda de prensa por Henoc de Santiago, nuevo director del Museo del Estanquillo, y Beatriz Sánchez, sobrina de Monsiváis.

La exhibición se hizo gracias a la gran cantidad de piezas de Posada que Carlos Monsiváis (1938-2010) reunió a lo largo de su vida. Hace dos años se hizo una primera muestra del artista, curada por Pablo Méndez, sin embargo, el acervo es tan grande que nos permite hacer esta nueva curaduría, con algunos apoyos de amigos del museo, señaló El Fisgón.

Dividida en dos tiempos, el primero de la muestra es “básicamente una crónica de lo que fue la trayectoria periodística de Posada. Tratamos de dar un panorama de la evolución de su trabajo artístico y su posición política desde que se inicia en la prensa en El Jicote, en los años 70 del siglo XIX, hasta sus últimas caricaturas publicadas en Gil Blas”.

La exposición incluye la que “posiblemente sea la última caricatura de Posada, publicada postmortem” en La Metralla. En ella, el Tío Sam ve hacia un abismo y pregunta, ¿qué pasa en México? Esta sección comprende un acervo relevante de caricaturas poco vistas, inclusive, inéditas, publicadas en Fandango, periódico de la prensa obrera que costaba un centavo.

Otra lectura

En el segundo nivel se ofrece “otra lectura de su trabajo: el Posada cronista y cómo funcionaba. Primero, se le inscribe dentro del costumbrismo mexicano, también se reúne el grueso de sus calaveras, así como las hojas de impresor Antonio Vanegas Arroyo en diversos grupos, libros para niños, cancioneros y estampas religiosas.

Una serie de piezas que hablan del redescubrimiento de José Guadalupe Posada se encuentran en el tapanco, como una maqueta hecha por la familia Torres del mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, de Diego Rivera, también el retrato que le hizo el grabador Leopoldo Méndez. Se muestra cómo lo han abordado autores más contemporáneos, como Ramón Alva de la Canal y Francisco Toledo, para rematar con una pequeña exhibición de artesanías de hueso hecha por el señor Ruiz a partir de la obra de Posada.

Caso único el del aguascalentense, quien nunca aspiró a nada, pero acabó en el Parnaso, concluyó El Fisgón.