Opinión
Ver día anteriorDomingo 3 de marzo de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El género epistolar
E

sta es una forma de expresión literaria ante la que yo guardaba prejuicios. ¿Cómo va a ser íntima y espontánea una carta que será publicada? Pero apenas me embarqué en la lectura muestra, el rechazo inicial se disolvió por falta de fundamento. Los corresponsales que elegí se escribieron con sinceridad y soltura, por más que las circunstancias en que lo hicieron fueran en parte responsables. Uno de los resultados de esta lectura liberada fue que me compenetré tanto con los autores que difícilmente leeré o releeré el resto de su obra sin emoción.

Estos epistolarios además pintan las épocas en que fueron escritos. Y los acontecimientos políticos, así como las consecuencias existenciales que tuvieron en los autores, marcan el fondo histórico que recorre el periodo quizás más determinante para el siglo XX, o al menos uno particularmente rico por lo que hace a la cultura.

El volumen Cartas del verano de 1926 recoge la correspondencia de Boris Pasternak, Marina Tsvietáieva y Rainer Maria Rilke. De trasfondo histórico están la Revolución soviética y la Primera Guerra Mundial, hechos que entre otros temas hablan de la separación de las familias y los amigos, el exilio, la adopción total o parcial, voluntaria o forzada, de lenguas ajenas a la materna. Marina Tsvietáieva, rusa, exiliada en Francia, llega a escribir en alemán; el último libro de Rilke, austriaco, está escrito originalmente en francés. Las cartas de estos tres poetas expresan la pasión de la amistad y del amor sin excluir esas otras pasiones, las intrigas, el afán de exclusividad, las frustraciones y los malentendidos inseparables de estas formas de relación básicas. Gracias a esta recopilación me enteré del deslumbramiento y enamoramiento que Rilke experimentó, acompañado por Lou Andreas-Salomé, hacia Rusia y lo ruso; a tal grado fue esto así que Rilke llegó a dominar el idioma del país y los escritores rusos que tanto influyeron en él. A pesar del apasionamiento desbordado que Marina vivió por Rilke, y al que él respondió, aunque más sosegadamente, nunca llegaron a conocerse en persona. Y a pesar de que desde Moscú Pasternak hizo posible que Marina, casada, y de quien él, casado, estaba enamorado, entrara en contacto con Rilke, enfermo y dividiendo su vida entre hospitales y un castillo aislado del mundo, Boris y Rilke, al que Boris admiraba profundamente, se cartearon menos. El tema de las cartas es la admiración, el amor y la poesía.

Las Cartas de Miguel Hernández, poeta español, comunista, tienen de contexto histórico la Guerra Civil de España. En su mayoría son cartas escritas desde prisión que pasan por la censura y están encaminadas a pedir a poetas (Neruda, Bergamín, García Lorca, Cernuda) que intercedan para lograr su libertad; o a su familia, campesinos, para que le envíen comida o, al final, para que procuren conseguir su traslado de cárcel a otra que esté más cerca de ellos –pues quiere conocer a su hijo– y en un lugar cuyo clima sea más favorable para su quebrantada salud. En un principio las cartas de Miguel Hernández tenían como finalidad conectarse para colocarse en Madrid y hacer contacto con los poetas de su época. En todas, el tono es el de una inquietante exigencia; el tema, la necesidad de existir, de escribir, de publicar, de no morir.

Entre amigas es la correspondencia de Mary McCarthy y Hannah Arendt a lo largo de muchos años. De fondo histórico tienen la Segunda Guerra Mundial; político, el nazismo; existencial, el exilio, una vez más, ésta, de Hannah Arendt, que huye de Alemania y se refugia en los Estados Unidos. También en esta época tiene lugar la Revolución cubana, la Guerra de Vietnam, El 68: París-Berkeley-México. Pero en especial, Entre amigas es el intercambio que estas dos escritoras hacen de sus ideas acerca de los asuntos de su tiempo, de su vida personal y de su larga amistad. Mientras que Arendt dejó Europa por Estados Unidos, McCarthy dejó Estados Unidos por Europa. No obstante, las dos siguieron interesadas en sus países y regiones de origen sin que esto cancelara la atención hacia su país y región de adopción. Discutían este interés por carta, y elaboraban sus conclusiones en su obra. Las dos trabajaron sin descanso y conocieron el éxito. Las suyas son cartas altamente inteligentes y humanas. No hay tema que no hubieran tocado; concluir su lectura produce una intensa nostalgia inmediata.