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La actriz logró expresar la complejidad humana, afirmó María Cristina García Cepeda

Carmen Montejo estuvo por última vez en el Palacio de Bellas Artes, donde debutó

México te adora; México te extrañará, gritó un hombre cuando salían los restos de la estrella del recinto, en el que se le rindió un homenaje de cuerpo presente

 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de febrero de 2013, p. 8

Carmen Montejo hizo ayer su última aparición en Palacio de Bellas Artes, en el que debutó en 1946 con la obra La casa de Bernarda Alba, antes de convertirse en una icono de la época de oro del cine nacional.

Sin embargo, esta vez no fue en el escenario, sino en el vestíbulo del máximo recinto de la cultura en México, que abrió sus puertas para rendir un homenaje de cuerpo presente a una de las estrellas del histrionismo, que se va, pero se queda, como aseguró don Pepe, quien llevó una rosa para la actriz, que en opinión de muchos de los presentes destacó más que las dos coronas protocolarias que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) colocó ante el féretro de Montejo.

México te adora. México te extrañará, gritó un hombre de unos 50 años cuando vio salir el ataúd del Palacio de Bellas Artes, a eso de las tres de la tarde, para regresar a la funeraria donde el lunes fue velada la primera actriz.

Poco más de una hora permanecieron en el palacio de mármol los restos de doña Carmen, quien así, como doña, fue calificada por Cuquita, octogenaria dama que desde céntricos lares, y ataviada con todo y mandil, se dio tiempo para despedir y aplaudir a la actriz.

Entre decenas de personas, también se apareció Ira Almar –quien se denominó La poetisa del pueblo–, señora de unos 60 años que fue de las pocas que llevó una cartulina con un poema dedicado a la estrella finada. También le cantó Las golondrinas, lo que detonó un sonoro aplauso entre la gente que esperó fuera del recinto.

Minutos antes, dentro del inmueble, familiares y amigos despedían a la actriz.

La primera guardia de honor que se montó estuvo encabezada por la secretaria general de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), Silvia Pinal; la llamada compañera inseparable de Carmen Montejo, Cristina Muñoz; la titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, María Cristina García Cepeda, y la hija de la primera actriz, María de los Ángeles González.

Foto
Durante la ceremonia en Bellas ArtesFoto María Luisa Severiano

El contexto sonoro lo obsequió un cuarteto de cuerdas de la Orquesta Sinfónica Nacional, que dio el toque nostálgico al ambiente.

Esencia del teatro

En breve discurso, la directora del INBA, María Cristina García Cepeda, dijo: “Estamos aquí para honrar a Carmen Montejo, quien logró expresar las emociones del ser humano, confió en actores jóvenes y entendió la esencia del teatro, además de ser de las pocas actrices que visitaron los foros teatrales del INBA.

Hay que recordar que en 1999 el instituto le otorgó la medalla Bellas Artes; hoy le daremos un aplauso más, pues no será el último. Fue una de las figuras más queridas del cine, teatro y televisión; contribuyó a forjar la identidad mexicana por medio de su trabajo. Sedujo a nuestras madres y abuelas en los años 40 con la radionovela. Carmen Montejo logró expresar la complejidad del ser humano.

Movimiento Rosa Mexicano

Poco antes del mediodía, el teatro Jorge Negrete de la ANDA había sido el escenario para un homenaje previo al de Bellas Artes, en el que tampoco faltaron las integrantes del movimiento Rosa Mexicano (que tiene la finalidad de cuidar a los hijos del gremio actoral), que fundó Montejo junto con Dolores del Río.

Otros de los acompañantes en el velorio fueron Diana Bracho, Wanda Seux, Javier Mark, Raymundo Capetillo y Sergio Reynoso, entre otros compañeros de Montejo, cuyos restos fueron trasladados de nuevo a la agencia funeraria de la calle de Sullivan, donde se reunirá la familia de forma privada. Este miércoles por la mañana serán llevados a la cripta familiar del panteón Jardín.