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La zona afectada representa 3% de la producción nacional

No hay razones de mercado que justifiquen alza del huevo: Sedeco
 
Periódico La Jornada
Viernes 22 de febrero de 2013, p. 42

La Secretaría de Desarrollo Económico informó que no existe ninguna razón económica que justifique el incremento de los precios de la carne de pollo y del huevo, pues su producción y distribución no presenta ningún cambio significativo; aunque el precio promedio del blanquillo en el mercado está en 35 pesos.

Del primero de enero al 21 de febrero, el precio del kilogramo de huevo disminuyó 12 por ciento al pasar de 27 a 24 pesos, por lo que en conjunto con la Procuraduría Federal del Consumidor se realizan inspecciones en establecimientos para evitar se ofrezcan a un precio mayor, advirtió.

No hay razones de mercado, para justificar las alzas en dichos alimentos, pues el nuevo brote de gripe aviar es muy diferente al registrado el año pasado en Jalisco, que ocupa el primer lugar en producción avícola en el país con 50.2 y 11 por ciento en huevo y pollo”, argumentó.

La afectación en 12 granjas de una empresa en Guanajuato, representa sólo 3 por ciento a nivel nacional, por lo que se está ante un fenómeno muy localizado y de pequeñas dimensiones, por lo cual no hay riesgo alguno de desabasto en la capital del país.

La Central de Abasto y los mercados sobre ruedas, precisó, tienen el compromiso de mantener los precios existentes hasta el momento y evitar con ello su especulación.

La Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México (Canacope) señaló que esta semana el precio del huevo subió entre uno y tres pesos, debido al costo ofertado por los distribuidores, vendiéndose en el mercado en un promedio de 35 pesos.

Los precios que se exhiben en las llamadas tienditas de la esquina, misceláneas, abarrotes y cremerías responden directamente a los encontrados en la Central de Abastos, grandes abarroteros, distribuidores particulares, así como en clubes de precios.

Dicha situación, comentó, genera en la población la percepción de que los tenderos especulan con los precios y buscan obtener una ganancia ante una posible situación de escasez, dañándonos gravemente, cuando somos el último eslabón de la cadena de distribución.