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Sus integrantes aplazan planes de reducción de deuda

Rechazo unánime del G-20 a una guerra de divisas

El crecimiento mundial sigue siendo demasiado flojo, señala comunicado

 
Periódico La Jornada
Domingo 17 de febrero de 2013, p. 21

Moscú, 16 de febrero. Los ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales del grupo de las principales 20 economías mundiales (G-20) se pronunciaron unánimemente en contra de una guerra de divisas y aplazaron sus planes de establecer nuevos objetivos de reducción de deuda, en un indicio de la preocupación por el frágil estado de la economía global.

Los representantes del G-20 –en el que se encuentra México y cuyo bloque representa 90 por ciento de la economía mundial– también dijeron estar decididos a modificar el sistema fiscal internacional para que las multinacionales no eludan el pago de impuestos.

El mundo no debería volver a cometer el error de utilizar las divisas como arma de guerra económica, declaró el ministro británico de Finanzas, George Osborne, en el segundo y último día de reunión del grupo de potencias industrializadas y emergentes en la capital rusa.

La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, reconoció que había preocupación, pero descartó la idea de una guerra de monedas.

Las políticas expansivas de Japón, que han provocado una marcada devaluación del yen, escaparon de la crítica directa en el comunicado redactado en Moscú por los funcionarios del G-20. Tras discusiones hasta última hora de la noche, los ministros de Finanzas y banqueros centrales llegaron a un acuerdo cercano al comunicado conjunto que emitió el martes el Grupo de los Siete países más ricos –Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania e Italia–, respaldando que los tipos de cambio deben ser determinados por el mercado.

Hasta hace poco, el pulso sobre las monedas estaba centrado en el diferendo entre las potencias occidentales y China, acusada de mantener artificialmente bajo el yuan para favorecer sus exportaciones.

Pero las inyecciones de liquidez de la Reserva Federal (banco central estadunidense) y recientemente del banco central japonés, que buscan favorecer la actividad en sus respectivos países, han depreciado el dólar y el yen, lo que automáticamente encarece las divisas de sus competidores y castiga sus exportaciones.

Los emergentes, empezando por Brasil, vienen denunciando desde hace dos años estas prácticas. A su reclamo se han unido ahora países europeos que, como Francia, sostienen que el euro es demasiado fuerte y está retrasando la salida de la crisis.

Nos abstendremos de devaluaciones competitivas. No fijaremos objetivos de tasas de cambio con fines competitivos, reza por su parte el comunicado final del G-20 difundido este sábado. Hay que tomar medidas para mejorar la competitividad de nuestras economías, pero los gobiernos tienen que evitar la manipulación de la moneda, declaró por su parte el ministro ruso Anton Siluanov, cuyo país preside el G-20 este año.

El comunicado aboga también por adoptar estrategias creíbles a medio plazo para reducir los déficit presupuestarios, pero no fijan objetivos cifrados ni fechas. Los peligros que amenazan a la economía mundial retrocedieron y las condiciones de los mercados financieros mejoraron. Con todo, siguen habiendo importantes riesgos y el crecimiento mundial continúa siendo demasiado flojo, señalan los ministros y jefes de bancos centrales en el texto.

El G-20 se acercó al punto de vista del FMI, que instó a moderar la austeridad, y al de la Comisión Europea, que parece considerar posible alargar los plazos para reducir los déficit. Estados Unidos, que ha recurrido a grandes estímulos monetarios y a aumentar la deuda del gobierno para impulsar el crecimiento y reducir el desempleo, bloqueó una iniciativa europea de comprometerse a reducir el déficit presupuestario.

Las naciones del G-20 son Argentina, Australia, Brasil, Reino Unido, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrcia, Corea del Sur, Turquía, Estados Unidos y el grupo de la Unión Europea. La próxima cita de los representantes del G-20 será en septiembre en San Petersburgo.