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La editorial Sexto Piso recopila manuscritos y bocetos inéditos del escritor francés

Publican obra póstuma del poeta maldito, que según Nietzsche podría cambiar el siglo

Es la primera vez que se dan a conocer en el orden que dispuso su autor

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Los manuscritos permanecieron en la Biblioteca Nacional de Francia y se publicaron hasta mediados del siglo XX. Se muestran sobre estas líneas algunos dibujos con textos manuscritos por el autor de las La flores del mal
 
Periódico La Jornada
Domingo 3 de febrero de 2013, p. 3

Soy desmedido. Amo la orgía y le agrego el condimento de la ironía y La única y suprema voluptuosidad del amor consiste en la certeza de hacer el mal son algunas de las frases que Charles Baudelaire (1821-1867) escribió poco antes de su muerte. Se trata de manuscritos inéditos que el poeta maldito por excelencia y convicción redactó durante sus últimos 10 años de vida. Se encuentran reunidos en Charles Baudelaire: dibujos y fragmentos póstumos (Sexto Piso).

Los textos, que el autor describió como gros mostre, traitant de omnia re (un gran monstruo que trata de todas las cosas), permanecieron resguardados en la Biblioteca Nacional de Francia, de la rue Vivienne, y no fueron publicados sino hasta mediados del siglo XX.

Baudelaire dejó hojas sueltas de dimensiones variables que escribió enfermo y en la completa miseria; aun así, su pasión por la poesía y la belleza se percibe en cada letra, en cada línea. Palabras escritas con lápiz o pluma, con múltiples correcciones que evidencian el malestar físico y emocional que embargaba al autor.

En manos de varios editores

Poco antes de morir Madame Aupick, madre de Baudelaire, entregó los manuscritos a Poulet-Malassis, editor de su hijo. Éste intentó encontrar una secuencia o conexión entre ellos, por lo que los enumeró con tinta roja y los pegó sobre enormes hojas, orden totalmente arbitrario, pues el autor no dejó rastro alguno que permitiera agrupar sus proyectiles.

En 1887, el editor Eugène Crépet publicó algunos de estos textos con el nombre de Diarios íntimos, basándose en el orden que Malassis les dio. Las ediciones posteriores cambiaron muy poco o nada esta secuencia. La edición de Sexto Piso es la primera que publica los fragmentos tal como el francés los dejó antes de morir, incluso con uso desmedido de mayúsculas y minúsculas, y las correcciones.

El completo caos de los textos dificultó el orden de los manuscritos, por lo que se recurrió a los originales, los cuales se encuentran bajo resguardo de colecciones privadas y públicas; otros más desaparecieron. También se recurrió a ediciones facsímiles, más que para agrupar, para publicar los escritos íntegros.

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En 1888, cuando Nietzsche leyó estos fragmentos se percató de la gran importancia y la tremenda carga emotiva y alusiva a la belleza con las que el autor redactó sus textos. Ante la expectación no pudo más que afirmar que estos fragmentos tendrían el poder de cambiar el siglo.

No sólo quedó fascinado con ellos, también dedicó parte de sus últimos días en Niza, Francia, a transcribirlos, traducirlos e incluso, hacer algunas anotaciones. El filósofo alemán mostró un interés tal que sólo puede ser comparado con la admiración que le despertó el compositor y reconocido director de orquesta, Richard Wagner (1813-1883).

No obstante la opinión de Nietzsche, los textos póstumos fueron ignorados durante muchos años, tanto por críticos europeos como americanos, por lo que recibieron el comparativo de ser como una selva tibetana, virgen e inexplorada, y permanecieron así, vírgenes e inexplorados, durante mucho tiempo.

La edición que presenta Sexto Piso se encuentra divida en dos secciones, los fragmentos póstumos y los dibujos, en los que el francés expresa de la forma más literal su gusto por la belleza, el arte y las imágenes. Estas imágenes, en su mayoría autorretratos, formaron parte de las colecciones de los amigos de Baudelaire desde 1846.

Después de la muerte del poeta, Malassis los recopiló en una libreta que llegó a las manos de Gaston Gillimard, editor francés y fundador del sello que lleva su apellido, quien los publicó por primera vez en marzo de 1927. También editó un ejemplar de lujo con un tiraje de 300 volúmenes.

Años después el poeta cubano Armand Godoy (1880-1964), compró todos los dibujos de Baudelaire, no obstante en 1988 durante una subasta en el hotel Drout en París, la colección se dispersó. Esta edición es la primera en reunir todas la imágenes, tanto las de la colección de Godoy como las publicadas por Gillimard.

Como parte de los preceptos que Charles Baudelaire cultivó en vida están el hedonismo y el amor a la belleza, porque, como alguna vez expresó: La más alta belleza sólo puede engendrar en el hombre la furia o la parálisis; esto es lo que Charles Baudelaire: dibujos y fragmentos póstumos (Sexto Piso), incita en el lector. El libro ya está en librerías.