Cultura
Ver día anteriorDomingo 3 de febrero de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Era adelantado: vio cómo el mundo iba a rendir culto a lo material: Ernesto Kavi

Baudelaire predijo que todo se volvería una gran prostitución

El editor y traductor dedicó cuatro años a recopilar los dibujos y textos inéditos del poeta francés, alabados por el filósofo Friedrich Nietzsche

Hoy, en México se puede encontrar en ese autor una enorme rebeldía, heroísmo, una llamada a la acción, afirmó el escritor

 
Periódico La Jornada
Domingo 3 de febrero de 2013, p. 2

El poeta francés Charles Baudelaire (1821-1867) fue un gran pensador político, muy adelantado a su tiempo, porque vio cómo el mundo iba a rendirle un impresionante culto a los objetos materiales; supo que se iba a volver fetichista cuando todos los valores fueran despreciados, excepto el del dinero, y dijo que todo se iba a volver una gran prostitución, afirma el escritor Ernesto Kavi, editor, traductor y compilador del libro Charles Baudelaire: dibujos y fragmentos póstumos (Sexto Piso).

El volumen reúne 39 dibujos originales, así como una serie de textos, antes dispersos en bibliotecas y colecciones particulares de Francia, del autor de Los paraísos artificiales. Algunos de los escritos no habían sido traducidos al español y descubren a un autor con facetas poco conocidas.

“De Baudelaire siempre se dice que es el padre de la poesía moderna. Lo es en el tema, pero no en las formas, pues en Las flores del mal siempre es muy clásico; sin embargo, en estos fragmentos encontramos formas novedosas que bien podrían haber sido escritas por un joven de hoy, lo cual abre un campo inmenso para la concepción de la literatura actual y antigua”, considera Kavi en entrevista con La Jornada.

Añade que del poeta francés no se conocía mucho el culto que tenía por las imágenes: “Las concebía como formas sagradas. Cuando hablaba de ellas hablaba de dioses. No es el iconoclasta que se tiene en el imaginario, es un idólatra, creador de dioses y, probablemente, el último de los paganos.

“Para Baudelaire, una parte fundamental de la civilización y la cultura que se perdió y que defiende es el sacrificio; incluso, hace la comparación entre el trabajo del artista y el de un sacerdote antiguo; ahí habla de Moctezuma, el emperador azteca.

“Se le ha llamado ‘poeta maldito’, concepto que resulta corto e incompleto, pero al mismo tiempo no es tan falso; quizá se entiende mal la expresión, pues es un hombre que al estar maldito es relegado, despreciado. El sentido de la palabra sagrado, sacer, en latín, significaba aquel que estaba maldito y había que segregar o separar, y al mismo tiempo aquel hombre que era divino y podía salvarte. Quizá la figura de Baudelaire y las imágenes a las que rendía culto tenían este doble significado: una imagen capaz de destruir o una capaz de salvar .

“Lo mismo ocurre con su vida: fue siempre despreciado, se tuvo que exiliar en Bruselas durante la última parte de su existencia, tratando de encontrar el prestigio y la admiración que no halló en París, y también ahí lo rechazaron. Murió lleno de cólera, de tristeza, frustrado, sabiendo que era un genio y que nadie podía comprenderlo.

“Siglo y medio después, a muchos de sus lectores, sus imágenes y sus poemas nos salvan. No sólo espiritualmente, incluso pueden salvar nuestras relaciones políticas y sociales. Las respuestas que él da hoy son polémicas, no sólo adelantadas a su tiempo, muchos lo tachan de retrógrada, porque opta por gobiernos aristocráticos y critica la democracia, de la cual dice que es un sistema injusto, pues los países que la adoptan tienen un sistema inequitativo de distribución de riquezas.

Foto
Los dibujos son casi análisis profundos de la realidad que vive, sobre todo, de la imagen del artista, puntualizó Ernesto Kavi en entrevista con La Jornada Foto Carlos Cisneros

“Cuando habla de un gobierno aristocrático, se refiere a los mejores, a los más virtuosos, nunca a la riqueza material. Al contrario, aquel que tenía la riqueza material era el esclavo. Decía que los únicos hombres que valen la pena son aquellos capaces de crear, son los hombres inútiles para la sociedad consumista y de progreso; y si hay una miseria política y un capitalismo que está destruyendo todo es porque hay miseria en los corazones.

Los aristócratas serían para Baudelaire aquellos capaces de curar esa miseria en los corazones, los artistas, pero superhombres con fuerza descomunal y un heroísmo capaz de modificar la historia. El escritor da mucha importancia a la fuerza, al coraje, a la voluntad. Busca la vuelta del héroe, busca ese espíritu guerrero, poeta, avasallador, capaz de transformar su tiempo.

Ernesto Kavi se enfrascó durante cuatro años en la tarea de recuperar de bibliotecas privadas y públicas, y de manos de coleccionistas particulares, la obra gráfica y los textos dispersos de Baudelaire luego de leer al Friedrich Nietzsche en los cuales el filósofo comenta que esos escritos son capaces de cambiar el siglo.

Existía una parte mínima y mal traducida en español, por eso me dediqué a buscarlos, continúa el compilador; en los últimos días de su vida, Nietzsche tradujo y comentó algunos fragmentos. Si él lo tomó tan en cuenta, fue por algo. Muchas de las ideas de Nietzsche son en realidad, primero, ideas de Baudelaire, quien no sólo era poeta, sino filósofo. Es decir, su poesía era una forma de pensamiento, él crea arte como una forma de conocer el mundo y no como una imitación de la naturaleza o una manera de rendir culto a los dioses. En un ejercicio crítico y de conocimiento, sus dibujos son casi análisis profundos de la realidad que vive, sobre todo, de la imagen del artista.

Hoy, en México, se puede encontrar en Baudelaire una enorme rebeldía, heroísmo, una llamada a la acción, pero también muchos disgustos. Tanto para los que se dicen rebeldes; para los que defienden las instituciones, Baudelaire puede resultar muy incómodo e irritante, con ideas que se podría pensar que rozan la extrema derecha, porque, por ejemplo, hace una defensa de la pena de muerte, de la que dice es una salvación, no material, sino espiritual de la sociedad, pues la entiende como sacrificio. Por eso creo que es el último de los paganos, concluye el escritor.