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Investigadores del IPN alertan sobre los daños a la salud que causan esos compuestos

El zinc y el manganeso de las pilas, útiles en la industria automotriz

Contaminan el agua del subsuelo, lo que puede ocasionar problemas de riñón, pulmón o cáncer, señalan expertos del Cinvestav, que desarrollan un proyecto de reciclaje de esos materiales

 
Periódico La Jornada
Jueves 31 de enero de 2013, p. 2

Investigadores de la unidad Saltillo del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), alertaron sobre los riesgos a la salud y al medio ambiente que conlleva el desecho inadecuado de pilas alcalinas, pues arrojar una de ellas a la basura puede contaminar hasta 100 mil litros de agua, lo cual puede originar problemas en el riñón, el pulmón o el sistema nervioso central, cáncer o incluso, dependiendo de la cantidad de ingesta –en particular de mercurio y cadmio–, la muerte.

La carga de las pilas alcalinas sólo dura alrededor de un mes y al desecharlas sus compuestos químicos –manganeso, zinc, cadmio y mercurio, muy dañinos para la salud– se degradan y se filtran al subsuelo, contaminando el agua que ahí se encuentra.

Jesús Torres Torres y Alfredo Flores Valdés, adscritos al departamento de ingeniería metalúrgica, advirtieron que la contaminación del ambiente y el daño a la salud humana son considerables, toda vez que anualmente se generan en el país más de mil millones de baterías. En promedio, se emplean 10 pilas por habitante.

Los especialistas trabajan desde 2006 en un proyecto para dar tratamiento a esos materiales, cuyo reciclaje podría sustituir todo el zinc y el manganeso que se utiliza en la industria automotriz y que actualmente se importa.

Mediante el procedimiento denominado reducción aluminotérmica, los científicos utilizan los óxidos de manganeso y de zinc como materia prima secundaria para crear productos en el área de la metalurgia.

Flores Valdés señaló que cada pila alcalina contiene alrededor de 30 por ciento de óxido de zinc y de 30 por ciento de óxido de manganeso, entre otros compuestos, los cuales se emplean para fabricar aleaciones con base en aluminio.

Dichas aleaciones son muy utilizadas en la industria automotriz para elaborar el monoblock, los pistones, el sistema de enfriamiento, los ductos o el escape de un automóvil.

Además, explicaron, este proceso reduciría costos en la industria, pues en lugar de utilizar materia prima pura, como el zinc, que lleva un proceso largo y costoso en su extracción, podría obtenerse zinc puro del óxido de las pilas alcalinas usadas, con las mismas características físicas, mecánicas y térmicas, pero a menor precio.

Los expertos destacaron que en México se consume cerca de un millón de toneladas anuales de aluminio, el cual se importa, pues carece de este material. De esa cantidad, 450 mil son para la industria automotriz.

Si lográramos reciclar todas las pilas que se generan en el país, podríamos sustituir todo el zinc y el manganeso que necesitamos para esta industria, apuntaron.

Los expertos del Cinvestav señalaron que en México no existe una cultura de reciclaje, mientras en países como Estados Unidos, Alemania, Francia o Suecia la legislación es muy estricta y cada productor de pilas es responsable de la disposición final de ésta. En la República Mexicana, en cambio, la responsabilidad del reciclaje queda en manos del consumidor, pues no está legislado.